Un poblado indio en la Montaña Leonesa
Un poblado indio en la Montaña Leonesa...Por Noemí Suárez Blanco.
Hay un dicho popular que reza: 'uno no es de donde nace, sino de donde pace'. Dicho que hoy día se torna más real en ciertas partes del territorio nacional, pues ¿quién es ahora tan privilegiado como para elegir vivir donde ha nacido? (en cuanto a pueblo se refiere, claro). Solo hay que darse una vuelta por los pueblos y la montaña para percatarse de la realidad. No es sencillo, ni fácil, a pesar de los años que vivimos. Aunque acabemos formando hogar allá donde llegamos siempre llevamos un pedazo de nuestro lugar dentro.
¡Quién se lo iba a decir a nuestros abuelos, que llegaría el día que querríamos quedarnos y no podríamos!, cuando tanto se luchó por marchar...
Pues a pesar de todo encontramos a mucha gente que no se resigna. Entre esa 'resistencia', entre esas personas que aún tiran adelante a pesar de todo, en ese grupo donde estamos esos que algunos llaman locos, hay un hombre que lleva casi treinta y cinco años dándolo todo por su pueblo (su hogar).
Francisco Javier Suárez (al que llamamos 'Águila Roja') lleva muchos años al frente de la Junta Vecinal de su pueblo, Sorribos de Alba, en la Montaña Central Leonesa. Donde no solo ha desempeñado las tareas que su cargo le deparan si no que ha ido más allá. Ha levantado en muchas de sus fincas merenderos pintorescos al alcance de todo el que pase por ellos, fuentes, ¡y un poblado indio!.
Un tipi indio, una tienda, un chozo de pastores, un tótem, ... todo elaborado por él y a la vista de todo el que transite la comarcal 626, porque a pesar de nuestra arquitectura tradicional y característica nunca está de más destacar otras. Y claro está que destaca y lo hace muy bien.
Como el ejemplo de Javier tenemos unos cuantos por suerte. Son estas cosas, estas personas, las que nos enseñan y dicen día a día alto y claro que merece la pena el esfuerzo. El quedarse. Nos muestran esas ganas de cuidar de tu hogar y de la gente que hay en él. Y por supuesto de todo el que quiera venir a él porque aunque uno no nazca en un lugar...puede pacer.
Pacer y nacer por ende se puede dar con relatividad cuando el hogar es la gente. La que forman lugares y los convierte en tu casa.
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