León no olvida...
León no olvida...
Nuestra provincia desbordaba belleza…Tenía tanta, que era de las más mágicas del mundo. Ahora, en apenas unos días, que parecen años, nuestra tierra se ha vuelto humo y ceniza...
Nuestra provincia desbordaba belleza… Tenía tanta, que era de las más mágicas del mundo:
El Bierzo, tierra fértil, con valles que guardan viñedos que beben del sol poniente y castaños centenarios que susurran historias antiguas.
La montaña leonesa, donde los ríos nacen salvajes entre bosques mágicos de hayedos y verdes valles que duermen bajo montañas inmensas.
Picos de Europa, donde las catedrales de roca rozan el cielo, abismos de un reino intacto donde la montaña se hace sagrada.
Tierra de Campos y Maragatería, entre montes y llanuras, horizontes sin final donde la tierra es un mar dorado.
En apenas unos días, que parecen años, nuestra tierra se ha vuelto humo y ceniza. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Porque, por desgracia, todo lo que nos rodea huele a humo y política. Una verdadera prevención hubiese evitado ésta herida abierta en la tierra.
Hoy, más que nunca, debemos unirnos, no para señalar con el dedo ni caer en el veneno de “y tú más”, “eso os pasa por votar a X o Y”, “la culpa es de…”; sino para exigir responsabilidades a quienes, rodeados por los lujos que nosotros les sostenemos, viven de espaldas al campo y a su gente.
No olvidemos nunca a los valientes – llamados insensatos por aquellos que jamás han pisado un monte salvo para hacerse la foto de turno- que arriesgan la vida para salvar lo que es de todos.
Necesitamos sentido común, ese que brilla más que mil papeles y despachos; empatía para reconocernos en los demás y la voluntad de enterrar los oscuros intereses que alimentan esta destrucción.
No esperemos de brazos cruzados. Renaceremos de las cenizas.
Fuente: Paula C.G
Fotografía: Incendios en la Montaña Leonesa - Barniedo y Portilla - El Invernal de Picos