"Rompamos fronteras", por Désirée Piñero Fernández
"Rompamos fronteras", por Désirée Piñero Fernández.
Como cada lunes, la sección "Senderos a lo alto" de Marina Díez sigue mostrando el homenaje literario de varios escritores a nuestra tierra y nuestra montaña.
Reencontrarme con Désirée Piñero Fernández, que fue mi profesora de francés en el colegio, y ver que tenemos tantas cosas en común, no solo la literatura sino el amor a la vida y a la montaña leonesa es un placer. Sobre todo cuando además es capaz de descubrirnos partes de esta provincia nuestra, tan bonita, que desconocía.
Rompamos fronteras, por Désirée Piñero Fernández:
Soy una mujer que vive en el medio norte, al lado de la montaña central y os invito a conocer un lugar muy especial de nuestra tierra: Villalbura.
El verano pasado, gracias al buen hacer de algunos vecinos, tendimos puentes de madera para atravesar a la margen izquierda de nuestro río Bernesga.
Cuadros y Vira (abreviatura de Villalbura) volvieron a unirse y facilitaron así el desvío-voluntario y curioso por nuestro pueblo- de los peregrinos que hacían el Camino de El Salvador hacia Asturias.
A pesar de que el río no creció hasta el otoño con la fuerza suficiente, volvimos a disfrutar de arroyos con islas, como si nuestros antepasados así lo hubieran deseado
Ellos utilizaban zancos, animales de carga y una y mil estrategias para atravesar con suerte y, sin mojarse, a la otra orilla. Nosotros tiramos tablones de madera y construimos puentes. Algo sencillo y acogedor.
Villalbura hoy está desierto; pero, se respira aún la magia del asentamiento romano, levantado en pleno monte. Los exiguos restos del castro de la Griega - también conocido como la Vallina de la Griega- aún están allí. El viajero los siente. El viejo cementerio llora en invierno. La lluvia desentierra a los muertos. Restos en las laderas. Niebla y frío. Descansan en paz.
Magia, leyenda, vida y misterio se respiran en la ladera. El silencio es sobrecogedor. Las vistas, espectaculares Desde este mirador espléndido se contempla toda la belleza y colorido de la mayor parte de los pueblos del municipio de Cuadros, especialmente, Santibáñez, Campo y Cuadros.
A tan pocos kilómetros de la capital, ¡tanta belleza escondida!
La placidez y el atractivo de la ruta están garantizados. Apta para todo el mundo. Desde Cuadros caminamos menos de 45 minutos. La sombra y el rumor del río Bernesga nos acompañan a lo largo del camino. Los vecinos os ofrecemos los bancos de madera más bonitos del mundo con oferta de libros para deleitaros un ratín.
Atravesamos el río, subimos la ladera, descubrimos Villalbura, bebemos el agua de su fuente, llena de tanta magia y encantamientos como tú desees, trepamos y descubrimos desde la altura un horizonte casi inabarcable.
Al descender, el rumor del río nos invita al baño. Aceptamos. Y después, tiempo de bocata y silencio, saboreando la dicha de lo recién descubierto. Placeres irrenunciables. Todo es paz.
Salud, sin fronteras, queridos amigos de la montaña oriental.
Un abrazo sin tiempo.
Fuente: Marina Díez Fernández - Désirée Piñero Fernández
Fotografía: Désirée Piñero Fernández