El corro de Campeón de Campeones 2019 de Lucha Leonesa
El corro de Campeón de Campeones 2019 de Lucha Leonesa.
Artículo de opinión por Pascual Gómez Álvarez.
El domingo día 25 hemos presenciado un bonito corro de lucha leonesa, el último de la temporada, el Campeón de Campeones. Al final hubo un pequeño desencuentro con una serie de aficionados que no entendía cómo la mesa había planteado los enfrentamientos finales de los campeones de las cuatro categorías masculinas. Tampoco entendían que a la postre la finalísima la disputasen dos luchadores que no habían conseguido ser campeones de su categoría y que habían sido derrotados en las finales correspondientes. Esto ocurrió en las categorías de medios y de pesados, pero por circunstancias diferentes.
Moisés, el campeón de medios, no puede participar por lesión y en el caso de pesados se da la circunstancia que Tomás logra quedar campeón en semipesados y también en pesados, pues en las dos categorías había sido campeón en algún corro.
Desde la mesa se nombra a los cuatro luchadores que van a disputar esa finalísima. Según su criterio, se seguían las normas previamente decididas y aprobadas con anterioridad por los órganos competentes.
Víctor - Campeón de ligeros
Adrián - Subcampeón de medios
Tomás - Campeón de semipesados
Cabero - Subcampeón de pesados.
Con gran deportividad los luchadores inician los combates. Adrián vence al campeón de ligeros y pasa a enfrentarse con el campeón de semipesados, que es Tomás, al que también consigue derrotar. El último combate lo disputan Adrián y Cabero. Este último es el vencedor proclamándose campeonísimo del corro. Dos subcampeones luchan la final de campeones.
El público no entendía por qué Tomás como campeón de pesados no podía volver al corro para enfrentarse de nuevo con Adrián y tampoco entendía que siendo campeón en las dos categorías no hubiese luchado solo en la categoría de pesados de no poder hacerlo en las dos.
Esta opción le favorecía, pues solo habría luchado la final y se lo merecía como doble campeón y que hubiese sido el subcampeón de medios el que participase.
El pequeño revuelo que se formó lo cortó de raíz Tomás, que dirigiéndose a los aficionados hizo callar todas las protestas a su favor, demostrando así, su gran talla de campeón. Lo puso de relieve como deportista, como compañero y como persona.
¡Para quitarse el sombrero!
Hasta aquí he tratado de describir los hechos tal y como yo los percibí en el corro y no quiero que nadie vea a priori una crítica frontal al método empleado para llevar a cabo este corro. En primer lugar, porque no conozco a fondo los estatutos o las normas que marcan el desarrollo de esta joven competición y pienso que la mesa las aplicaba por el contenido escrito y aprobado en su momento.
Debemos tener presente que las normas democráticamente aprobadas están para aplicarlas, aunque en algunos casos la experiencia nos pueda demostrar que no siempre son las más justas. En este caso debemos trabajar para cambiarlas y espero que así sea y los aficionados lo valoraremos. Está claro que los aficionados manifestaron su disconformidad con este modelo.
Una vez hecha mi descripción de lo ocurrido en el corro me gustaría manifestar como una reflexión personal, y sin ningún ánimo de marcar pautas, aquellos apartados que se debían de analizar detenidamente, contrastar opiniones y ver cómo se podrían mejorar los apartados más polémicos con el fin de ser más justos, de evitar los desencuentros y todo por el buen desarrollo de esta competición y sobre todo en beneficio de la lucha leonesa.
Tuvimos un bonito corro, los espectadores disfrutamos de unos combates con la clase de los campeones y con una exquisita deportividad por parte de todos los luchadores.
Expresando ya mi postura personal con respecto al desarrollo del corro considero que en la finalísima solo deberían participar los campeones de cada categoría en este corro. De otra forma se desvirtúa el propio título de esta competición.
Si esto hubiese sido así, habría sido cosa de dos: el campeón de ligeros y el campeón de semipesados y de pesados que era el mismo.
No parece lógico que al final suba a lo más alto del podio alguien que previamente fue derrotado. Con todo mi respeta para Cabero, que se limitó a hacer lo mejor posible su tarea y luchar para ganar. Además, habría que tener en cuenta algunas declaraciones suyas posteriores al corro cuestionando de alguna forma el orden de los enfrentamientos, que a él precisamente le favorecen. Todo un detalle de deportividad y de honradez.
Otro apartado a tener en cuenta, dicho lo anterior, es el orden de los combates.
Aquí, el teórico más débil (por el menor peso) es el más perjudicado. Tiene que subir tres escalones para llegar a la cumbre, mientras que el teóricamente más fuerte (por el mayor peso) solo tiene que subir un escalón. Con una sola victoria ya es el campeón.
Se podría pensar en hacerlo al revés o mejor plantearlo como una semifinal enfrentando al campeón de medios con el campeón de ligeros y por otra parte a los campeones de semipesados y de pesados. La final para los que se la hayan ganado. Sería más equilibrado.
También se pueden estudiar y modificar los emparejamientos en cada categoría.
En este corro, como es lógico, se prescinde de la báscula y también se podría prescindir de los sorteos y tener los enfrentamientos previamente diseñados.
- Cuando hay dos luchadores no hay problema.
- Cuando hay tres estaría bien como está.
- Cuando hay cuatro, sería como una semifinal, pero como se hace en algunos deportes, el primero se enfrentaría al cuarto y el segundo y tercero entre sí.
- Si hay cinco, habría una previa con los dos últimos y ya tendríamos los cuatro semifinalistas como en el caso anterior.
- Si hubiese más, siempre se harían las previas necesarias para que quedasen cuatro, pero empezando siempre por los últimos clasificados.
Como en todo corro, los luchadores pueden pensar en la buena o mala suerte en los sorteos.
De esta forma todos conocerían de antemano con quien le correspondería enfrentarse.
Los primeros clasificados ya hicieron méritos a lo largo de la liga. A todos se le da la oportunidad, pero algunos tendrán que hacer un esfuerzo mayor para llegar arriba y demostrar que están a la altura de los que más corros han ganado. Esta sería la filosofía de este planteamiento, que en la mayoría de los casos no va a ocurrir. Este año pasó en pesados. Hay que tener todas las variables previstas pare no tener problemas.
No pretendo que esto sea más que una reflexión personal sobre lo ocurrido en el corro y la posibilidad de aportar unas ideas.
Pienso que la crítica es algo normal en todos los órdenes de la vida, pero no debemos quedarnos en el desahogo pasional del momento. En este caso y en otros aspectos de la vida diaria debemos de ser críticos pero constructivos, no poner solo trabas, aportar nuestro esfuerzo en buscar mejores soluciones y ser participativos.
Habrá más opiniones diferentes y si pueden servir para que las personas que tienen que tomar las decisiones las puedan conocer y contrastar y quedarse con las mejores ideas en cada caso, habremos contribuido entre todos a mejorar la lucha leonesa que es lo que todos los aficionados y todo el mundo de la lucha deseamos.
Fuente: Pascual Gómez Álvarez (aficionado del Club San Pelayo de Liegos)
Fotografía: Corro Campeón de Campeones - Álvaro Quiñones