Cánticos, fuego y pasión en el Rosario de la Buena Muerte de Soto de Valderrueda
Cánticos, fuego y pasión en el Rosario de la Buena Muerte de Soto de Valderrueda.
Medio centenar de personas apoyaron una tradición del Viernes Santo que llegó a perderse durante tres décadas y que ahora vuelve a coger fuerza.
Los cánticos y el fuego de las antorchas encendieron la pasión el Viernes Santo en Soto de Valderrueda. Medio centenar de personas formaron parte de la tradición del Rosario de la Buena Muerte para que no vuelve a perderse, y la procesión salió a las calles al ritmo de Semana Santa.
Gracias a la tesón de sus vecinos y descendientes la pequeña localidad del municipio de Valderrueda, que apenas cuenta con 10 habitantes durante el invierno, ha recuperado este patrimonio cultural que quedó en el olvido durante tres décadas.
Al oscurecer, todos juntos arrancaron la procesión con sus antorchas mientras, como manda la tradición, un vecino cantaba el Rosario de la Buena Muerte, acompañado de las respuestas de todos los asistentes y los tambores que imponían el ritmo del paso.
Finalmente cumplieron con su objetivo, conseguir mayor asistencia que el año pasado, para dar a conocer un acto litúrgico único en la Montaña Leonesa y llenar este pueblo de Alto Cea, que solo a fuerza de tradiciones y mucho esfuerzo de sus vecinos, volvió a ver sus calles repletas de gente.
De esta forma, el Rosario de la Buena Muerte ha dado lugar a un nuevo motivo por el que reunirse, una tradición que 'hace pueblo' y con el que revivir la celebración con el fervor con el que lo hicieron sus antepasados.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: DDV
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