Pensamientos postnavideños
Pensamientos postnavideños...Por Marina Díez Fernández.
Tenemos los ojos del alma cerrados y la mente atrofiada después de tanto subidón de azúcar navideño. Amanecemos tristes y con la cartera vacía, casi tanto como nosotros, abandonados al consumismo no alcanzamos a comprender la importancia de estas fiestas.
Hay quienes las pasarían con gran dolor, por echar de menos a seres queridos o por problema económicos, o por ideologías... Otros las disfrutarían con los suyos -la magia de tener pequeños en casa.
Este año la crispación era generalizada. Las sonrisas y el "felices fiestas" no se respiraron entre el estrés de las compras. Nos estamos echando a perder. Nuestra salud mental se tambalea casi tanto como nuestro sistema sanitario y de la sociedad del bienestar solo quedan resquicios.
¡Son las vacaciones de invierno en medio Mundo! Las que nos ayudan a desconectar de la rutina hasta el esperado verano.
Decoramos nuestras casas haciéndolas sentir más hogar. Añorando lo que tuvimos de niños, deseando que nuestros pequeños sientan lo mismo y quieran regresar a ella cada año. ¡Lo que deseamos es seguir unidos a los nuestros!
No es bueno idealizar recuerdos. Sí ser conscientes de por qué lo hacemos, de lo que queremos conseguir.
Las cenas de empresa, además de cebarnos cual cerdo antes de San Martín, nos acercan a compañeros y jefes, disfrutando con personas con las que realmente pasamos más horas que en casa de una manera diferente. Está permitido divertirse, mostrarse un poco más.
También es tradición ser mejores personas estos días, idílicamente portarnos mejor con el prójimo, tratar de comprender que pueden pasarlo mal, que son como nosotros, empatizar. Lo que nos ayuda a pasar el año de una manera más amigable.
Llevamos años despidiéndonos del año deseando que no vuelva por lo mal que lo hemos pasado sin buscar aprendizajes de lo ocurrido, sin ver los instantes buenos, sin quedarnos con lo importante y pedimos al año nuevo que lo arregle, que sea mejor. ¡Pues siento deciros que eso es cosa nuestra! Que los años, sus recuerdos y el cómo tomarnos lo que viene: depende única y exclusivamente de nosotros.
Feliz fin de fiestas y nuevo ciclo de aprendizaje o ¡qué comiencen los juegos del hambre! Recordad (recuerda). De nosotros depende (de ti depende). Lo mío: de mí.