¿Transición justa para las cuencas mineras? Para Sabero NO

¿Transición justa para las cuencas mineras? Para Sabero NO.

Francisco García: "El Valle de Sabero es minero desde 1841 y sacrificó cientos de vidas y su medio natural para contribuir al progreso y al desarrollo económico y social de nuestro país...".

En los últimos meses se ha puesto en marcha por el Gobierno de España lo que se ha dado en llamar un proceso de “Transición justa para las cuencas mineras”.

Suena bien, mucho mejor que los términos usados en otras épocas, como el de “reordenación”, “reajuste”, “reconversión” e incluso “reindustrialización”.

Pero en este tiempo en el que nos ha tocado vivir, donde es más importante el envoltorio que lo que contiene o los nombres bonitos que su verdadero significado, hay que decir que esta llamada transición justa no lo es, al menos para el municipio de Sabero.

El gobierno fija de forma arbitraria el año 2018 como el de inicio de esta transición e incluye en ella solo a municipios que en esa fecha tuvieran explotaciones mineras en activo y a los afectados por el cierre de sus centrales térmicas. Para compensar este sinsentido abre la puerta a otros municipios que tengan algún vecino que haya trabajado en explotaciones mineras activas a partir de ese año, dándose la paradoja de incluir a lugares que jamás fueron mineros, como es el caso de algunos ayuntamientos del Bierzo (Ponferrada, Cacabelos, Camponaraya, Villafranca del Bierzo, etc.) y de la Montaña Central (Villamanín, Barrios de Luna), y dejar fuera a municipios históricos en la mineria española, como Sabero.

Tal vez haya que incluir a Benidorm como municipio minero susceptible de ayudas, al recibir como nuevos vecinos a muchos de los mineros prejubilados en los últimos tiempos.

Lo lógico hubiera sido acudir al Real Decreto 675/2014, que deja establecido los municipios mineros por territorios, no por la distribución socio-laboral. Y aquí, las administraciones como el Gobierno Regional y las Diputaciones de León y Palencia, los sindicatos, las asociaciones como ACOM o AMUMI tienen que estar unidas para exigir que se incluyan los municipios excluidos como el de Sabero. Especial protagonismo en esta defensa debe de tener la Diputación de León, garante de los derechos de los municipios de menos de 20.000 habitantes, que no puede mirar para otro lado cuando varios de estos municipios somos marginados injustamente.

El Valle de Sabero lleva treinta años en transición, “pasando de un modo de ser o estar a otro distinto” como dice la RAE. Pasó de ser una de las principales cuencas mineras del pais a dejar de extraer carbón de la noche a la mañana; pasó de tener miles de mineros a no tener ninguno; paso de ser un municipio pujante, con tres mil vecinos, a perder muchos de sus servicios y más de la mitad de la población…y así podría seguir enumerando otros muchos cambios en esta transición que empezó mucho antes de ese 2018 inventado como punto de arranque para separar a unos municipios de otros.

Una transición que nos ha tocado hacer en solitario y casi a ciegas, al ser el primer gran municipio minero de León abocado a una crisis y un cierre de la minería impuesto. Un recorrido que no ha dado los frutos que debería ni ha cumplido las expectativas creadas por las promesas de las administraciones, ni ha dado respuesta a las esperanzas de tantos trabajadores y vecinos que han tenido que emigrar en busca de un futuro. En resumen, una transición aún no acabada, porque el escenario actual no es el deseado ni el planificado hace ahora treinta años. Por lo tanto el municipio de Sabero no puede ser olvidado, como si ya hubiera llegado al final de esa transición, cuando apenas la ha iniciado.

Vuelvo al diccionario para leer que “justo” es algo arreglado a justicia y razón, y que “justicia” consiste en dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece.

El Valle de Sabero es minero desde el año 1841 y ha sacrificado cientos de vidas y buena parte de su medio natural durante más de siglo y medio para contribuir al progreso y al desarrollo económico y social de nuestro país. Cerró con el acuerdo de sus trabajadores y del resto de la sociedad sus explotaciones mineras para contribuir de forma solidaria y generosa a la reordenación del sector que se imponía entonces. Una reordenación que posibilitó con este sacrificio el mantenimiento de otras zonas mineras. Y ha visto como en los últimos años se le anulaban y negaban convenios y fondos de los sucesivos e incumplidos planes del carbón.

Y por esto, lo justo y lo que exigimos cargados de razón es que no se margine a uno de los principales municipios mineros de la historia de España, a quien le pertenece y le corresponde participar de estos nuevos planes de transición que recibirán fondos de la Unión Europea para llegar por fin a un modo de vida distinto, pero esta vez con empleo, población y futuro. 

Fuente: Francisco Javier García Álvarez

Fotografía: Alcalde de Sabero