Boñar presentará el libro sobre la inundación de los pueblos bajo un gran embalse de León
Boñar presentará el libro sobre la inundación de los pueblos bajo un gran embalse de León.
Este martes Benito Huerta dará a conocer 'Los mugidos del agua', un recuerdo a los años sesenta del siglo XX que narra la tragedia del Valle del Porma en la Montaña Leonesa.
Este martes, 12 de agosto, se presentará en Boñar la novela 'Los mugidos del agua' de Benito Huerta, escritor natural de Lodares, uno de los ocho pueblos sumergidos bajo las aguas del embalse del Porma.
La novela, que se dará a conocer a las 19:00 horas en la Biblioteca boñarense, está ambientada a finales de los años sesenta del siglo XX y narra las vivencias de un grupo de escolares de un pequeño pueblo de la Montaña Oriental Leonesa después de enterarse por su maestra de que su localidad y el valle del que forma parte quedarán inundados bajo un gran embalse.
Llegada la adolescencia, esos mismos escolares observan cómo sus mayores y las autoridades locales se resignan a comprobar que los efectos de la construcción de la presa van más allá de la desaparición de los pueblos, hasta sepultar también sus raíces y valores más profundos.
La obra, editada por el sello leonés 'LoboSapiens', fue presentada por primera vez el pasado 14 de abril en León con importante afluencia de público, y el pasado 31 de julio repitió éxito en Puebla de Lillo.
El escritor montañés, que carga con una mochila repleta de recuerdos de su infancia hasta ser echado de su pueblo, ha vaciado esa mochila para contárnoslo todo en esta novela, casi sin querer. “Fue la época del encierro por la Covid. Aquello me tenía bastante deprimido y no podía leer para matar el tiempo, no me concentraba, así que como me gusta escribir comencé con esto sin ninguna otra pretensión que eso, matar el tiempo”, explica Huerta.
“Aquellos que vimos borrar del mapa nada menos que nuestra casa y nuestro pueblo con todo lo que ello representa, siempre tendremos presentes algunos paisajes: la Pela de la Vega, donde mirábamos la hora de echar las vacas a pacer en la fría grande, porque en aquella época no teníamos reloj; la del piñaruelo y la del Susaron, pegada a Puebla de Lillo, donde conservamos escondidos algunos de nuestros más bonitos recuerdos de infancia”, cuenta el propio autor.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Benito Huerta