Reencuentro de los Quintos del 57 en Valdeón: memoria, amistad y fuerte calor
Reencuentro de los Quintos del 57 en Valdeón: memoria, amistad y fuerte calor.
Vecinos y amigos nacidos en 1957 se unieron para compartir una jornada de convivencia y de recuerdos en el marco incomparable de Picos de Europa.
Posada de Valdeón, en el corazón del Parque Nacional de Picos de Europa, acogió el pasado domingo el esperado encuentro de los Quintos del 57, una tradición que cada verano reúne a quienes comparten este año de nacimiento en el Valle leonés.
Este evento, esperado con gran ilusión por sus protagonistas, sirvió un año más para reforzar lazos, recuperar anécdotas y rememorar vivencias que ya forman parte de la historia colectiva de Valdeón. La jornada estuvo marcada por las altas temperaturas pero estas no impidieron que los Quintos del 57 pudieran lucir sus flamantes camisetas por el pueblo, con una extraordinaria fotografía de uno de ellos estampada en el pecho.
El encuentro comenzó con los saludos y abrazos propios de quienes, en muchos casos, llevaban un año sin verse. Entre conversaciones y recuerdos compartidos, los asistentes fueron tomando asiento en el Restaurante Cumbres de Valdeón, donde disfrutaron de un exquisito y abundante menú, y una atención destacada por parte de la dirección y de todo el personal del establecimiento.
El ambiente durante la comida fue de total concordia, donde la sana amistad entre los Quintos se puso de manifiesto en todo momento. Bromas, recuerdos y muchas anécdotas de infancia salieron a relucir un año más. La sobremesa, que duró toda la tarde gracias a la gentileza de la dirección, se vio animada por la intervención de uno de los quintos, músico de profesión, que amenizó con piezas ya clásicas de las décadas de 1970 y 1980.
No faltó la música de baile con pasodobles, cumbias o rancheras que invitaban a la participación general. Pero el momento de especial conexión entre los asistentes llegó con la interpretación de todos los Quintos de 'Valdeón qué grande eres', himno de Valle, compuesto por el músico asturiano Vicente Prado, 'El Praviano'. Se interpretó a capella, sin amplificación y a viva voz, y resultó un momento muy emotivo ya que las cuatro estrofas que componen la canción definen muy bien las características y bondades de este bello rincón de la Montaña Oriental Leonesa.
La actividad continuó en la plaza de Posada de Valdeón, aunque se vio condicionada por el cierre temprano de la hostelería local, a las diez de la noche. Varios asistentes lamentaron esta circunstancia, recordando que en fechas de gran afluencia turística sería deseable ampliar el horario para favorecer la vida social y económica de la comarca, y manifestando que deberían ser las autoridades quienes tendrían que tomar cartas en el asunto en el momento de conceder las licencias de apertura.
No es de recibo que una zona tan turística como el Valle de Valdeón se encuentre sin establecimientos de hostelería abiertos en todo el Valle a partir de la diez de la noche. “Señores, lo siento muchísimo, pero llevo aquí desde la siete de la mañana”, manifestaba una de las empleadas. Lo cual habla por sí solo y pone de manifiesto el origen del problema: la falta de personal.
La despedida, como cada año, se realizó en un clima de emoción. El grupo, situado en corro en el centro de la plaza, entonó el 'Adiós con el corazón' antes de emprender el regreso, con el compromiso ineludible de reencontrarse en 2026. Entre besos, abrazos finales y miradas cargadas de afecto, la plaza del pueblo volvió a quedar en silencio, custodiada por las montañas del Valle de Valdeón, testigos discretos de una amistad y un cariño que resiste al paso del tiempo.
Fuente: Enrique Martínez Pérez
Fotografía: Enrique Martínez Pérez