Los jóvenes que se incorporan al campo tienen mayor formación que la media de su generación
Los jóvenes que se incorporan al campo tienen mayor formación que la media de su generación.
Así lo recoge el estudio 'Agro-millennials. Perfil de los nuevos agricultores/as y ganaderos/as del siglo XXI' de Juventudes Agrarias de COAG y la Universidad de Córdoba.
Los jóvenes que se incorporan al sector agrario tienen una formación académica más elevada que la media de su generación. Casi 4 de cada 10 tienen titulación universitaria y el 65%, como mínimo, bachiller o FP superior, dato que se rebaja al 48,7% cuando hablamos de los jóvenes españoles en general, según el último informe de la OCDE.
Ésta es una de las principales conclusiones del estudio de investigación 'Agro-millennials. Perfil de los nuevos agricultores/as y ganaderos/as del siglo XXI', presentado ayer en Madrid por Juventudes Agrarias de COAG y la ETSIAM de la Universidad de Córdoba.
La radiografía del 'Agromillenial' refleja que es hijo de agricultores o ganaderos (75%), vive en el medio rural (83%), se dedica a tiempo completo a la actividad agraria (69%) y es el titular de su explotación (87%). Aprendió todo lo necesario de la tradición familiar (76%), complementado por la formación académica agraria (34%) y su propia experiencia (28%).
Tiene estudios universitarios (o como mínimo bachillerato o FP superior, 65%), y considera necesaria una mayor oferta formativa en cuestiones relacionadas con gestión empresarial y emprendimiento (69%), transformación digital (48%) y estrategias de comercialización (44%). Prefiera una modalidad formativo híbrida (combinación presencial-online, 48%).
Piensa que su entorno no le concede facilidades para el ocio (61%) y echa en falta más servicios, como centros educativos y sanitarios (67%). Lamenta que no se hayan mejorado las comunicaciones en materia de transporte (64%) y reconoce que existe aún una gran brecha tecnológica con los servicios de conectividad y wifi del medio urbano (51%). A pesar de ello, suele estar presente en redes sociales, de forma mayoritaria en Instagram (62%) y facebook (59%), y no tanto en twitter (25%) o Linkedin (16%). Su app favorita y la que más utiliza: whastapp (90%).
Se suele informar por redes sociales (76%) y prensa digital (55%) y mucho menos por medios de comunicación tradicionales como radio (38%), televisión (36%) y prensa en papel (10%). También utiliza como fuentes informativas las organizaciones profesionales agrarias (42%), las cooperativas (34%) y las revistas técnicas profesionales (31%). A nivel sociológico, se siente más identificado con una visión ideológica del mundo de centro-derecha, (5,8 en una escala en la que 0 es extrema izquierda y 10 extrema derecha).
Considera la agricultura como un trabajo estable a largo plazo (87%) y manifiesta un nivel de satisfacción muy alto por haber decidido hacerse agricultor/a (8,48 sobre 10). Vería con buenos ojos que sus descendientes se dedicaran también a la agricultura (69%). De hecho, la tradición familiar es lo que más le motivó para dedicarse al trabajo en el campo (66%), tan sólo un 3% reconoce que no tenía otra alternativa.
El 73% consideran útiles las ayudas económicas para la incorporación (7 de cada 10 la solicitan) pero el 66% las ve insuficientes. Entre los principales obstáculos para la incorporación señalan de forma destacada la excesiva burocracia (69%), el acceso a la tierra (42%) y el largo periodo entre que se solicita la ayuda para incorporación y su concesión (41%). El 24% reconoce también como freno la falta de reconocimiento social de esta actividad.
Sobre los principales elementos que pueden condicionar su permanencia en la actividad agraria apuntan al precio recibido por sus productos y el aumento del coste de las materias primas (68%), los recortes en el presupuesto PAC y la falta de apoyo institucional al campo (45%), la competencia desleal de terceros países por los acuerdos de libre comercio de la UE (30%), el cambio climático (25%) y la incapacidad para innovar e incorporar nueva tecnologías a su explotación (22%).
En el capítulo de innovación, el 76% reconoce conocer las ayudas para introducir mejoras en la explotación, el 55% las ha solicitado. Del 1 al 10, le dan un 7,57 a la importancia de la tecnología para mejorar la gestión de su explotación pero citan como principales barreras para su adopción la inversión económica (79%), la adecuación a sus necesidades (36%) y la falta de formación (29%). En ese sentido, un 88% considera muy necesarios foros y jornadas divulgativas para dar a conocer las posibilidades que ofrece el abanico de innovaciones en torno al sector.
En cuanto a las diferencias por género, cabe destacar que las agromillennials valoran en mayor medida que ellos las implicaciones sociales de la actividad agraria (lucha contra la pobreza y el despoblamiento rural) y ambientales (lucha contra el cambio climático, protección del medioambiente y la importancia del paisaje y la biodiversidad).
"Menos burocracia, más apoyo real a los jóvenes que quieren dedicarse a la actividad agraria y al modelo social y profesional de agricultura, y una cadena alimentaria que reparta de forma justa y equitativa el valor de los alimentos del campo a la mesa, es la mejor garantía para consolidar un sector agrario rentable y, por ende, un relevo generacional sostenible”, ha subrayado Andrés Góngora, miembro de la Comisión Ejecutiva de COAG, durante la presentación.
"Los jóvenes con los que contamos nos permiten ser optimistas, tienen altos niveles de formación y confianza en el sector, pero necesitamos atraer más talento joven para asegurar la sostenibilidad futura de un sector tan estratégico como el agroalimentario”, ha afirmado Rosa Gallardo, Directora de la ETSIAM de la Universidad de Córdoba.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Archivo - Agricultura