Subida al Chozo de Matascalientes de Las Salas

Subida al Chozo de Matascalientes de Las Salas.

La subida es, junto a la de Peña de las Pintas, una excursión obligada para todo el que visite esta preciosa localidad del municipio de Crémenes.

La subida al Chozo de Matascalientes es, junto a la subida a la Peña de las Pintas, la excursión obligada para todo el que se sienta de Las Salas. El esfuerzo es pequeño y el sitio y las vistas son fabulosas. Además este chozo se ha convertido últimamente en un icono de Las Salas desde su restauración en el año 2014.

Matascalientes (1320 m.) es una majada situada en la falda de la Peña de las Pintas que desde hace muchos años (siglos, más bien) era arrendada todos los años a los rebaños de merinas que subían desde Extremadura en su trashumancia anual para pasar allí los meses de verano. Los pastores que las guiaban – la mayoría de pueblos cercanos como Prioro y Tejerina- “residían” en un chozo como el actual que el pueblo de Las Salas les acondicionaba para que tuviesen las comodidades más imprescindibles (es decir, muy pocas…). Desde hace más de medio siglo el chozo estaba caído y abandonado, cubierto de maleza, pues la trashumancia dejó de acampar en esta majada hace mucho tiempo. También en esa misma zona el pueblo de Las Salas tenía cercados un corral para que durmiesen las vacas de la vecera cuando aún se cuidaban así.

Con estos antecedentes y mucho ánimo, un puñado de personas, del pueblo y veraneantes, (guiados por la mano sabia de Miro, un pastor de Tejerina “de los de verdad”), acometieron en el año 2014 la tarea nada fácil de levantar, sobre las ruinas del antiguo, el chozo que hoy luce tan bien y desde donde el pueblo de Las Salas y el monte del Jaido tienen una de las vistas más espectaculares que pueden disfrutarse. Como preámbulo de la construcción del chozo se levantó el año anterior (2013), un “Monumento al Turullo” como homenaje de la Asociación El Escubiello de Las Salas a todos los pastores que por allí pasaron. El “turullo” es el cuerno típico con el que los pastores se hacían oír en la 2 distancia, para avisar de la salida del ganado o por cualquier otro evento. Sólo los más entrenados son capaces de hacerlo sonar bien aunque todos pueden intentarlo con el turullo que allí está plantado. Este monumento tan original es el único que existe en España sobre este tema.

La subida hasta el chozo es sencilla y gratificante y puede hacerse sin prisas en poco más de una hora, que es lo que se tarda en superar los 300 metros de desnivel que hay desde el pueblo.

Se sale desde la parte alta del pueblo (1.020m.) por el camino que va al pueblo de Salamón (señalizado como GR-1) y, sin desviarse, en una media hora llegaremos a otro chozo, de buena factura, el chozo de Valdesalamón, que recuerda al que hubo allí durante mucho tiempo para la pernocta de los pastores que cuidaban la vecera de la vacas. Pasado este chozo el camino hace una curva pronunciada a la derecha dejando a mano izquierda una fuente con pilón - que siempre mana- (algo escondida entre la maleza). De seguir el camino nos llevaría hasta el pueblo de Salamón pasando antes por el collado del Pando, separación entre ese pueblo y Las Salas. Pero bastante antes de ese collado, a poco mas de 100 metros de la fuente veremos a mano derecha un cartel y un gran “hito” o montón de piedras que nos indica que hay que abandonar el camino que llevábamos y desviarnos bruscamente a la derecha.

A partir de este punto, una vez cogida la citada desviación a la derecha, ya no hay camino marcado sino solo unas veredas marcadas con algún hito y unas manchas amarillas que suavemente van ganado altura paralelas a la Peña hasta un visible corredor entre rocas tapizado de aulagas (plantas rastreras que pinchan bastante las piernas). Superado este paso, en poco tiempo ya se divisará a la izquierda la parte cimera del chozo de Matascalientes a donde se llega sin problemas en poco más de otra media hora desde el primer chozo antes referido,. En total habremos tardado una hora más o menos sin demasiado esfuerzo en un paseo apto para todos.

Conviene disfrutar un buen rato de las fabulosas vistas que desde allí se abarcan y atreverse a tocar el turullo cercano. Hay también en el exterior del chozo un pequeño banco rústico que compite con ventaja contra otros “bancos más bonitos de…” tan frecuentes hoy día. Es una pena que no haya agua en las inmediaciones, así que no hay que olvidarla antes de salir. Los más afortunados pueden pasar la noche durmiendo en el chozo (tiene dos camas “de matrimonio”) en la seguridad de que, si miran al cielo, estarán en el hotel de más estrellas disponible en la oferta turística de la zona. Un amanecer en Matascalientes será siempre inolvidable.

Es preciso recordar aquí la necesidad de dejar el interior del chozo y el terreno limpios sin restos de basura y las puertas del chozo y de la cerca cerradas para evitar el paso del ganado.

El regreso puede hacerse por el mismo itinerario, pero es más agradable y completo hacer una ruta circular bajando en direccion Este. Para ello basta seguir una marcada vereda que sale del mismo chozo en horizontal y sin perder altura en sentido contrario al que subimos, y que llega en 20 minutos hasta los bien visibles praos de Los Pozos, concretamente a un collado verde llamado la Villa Caballar desde donde un camino carretero nos baja sin problemas hasta el pueblo. El tiempo empleado, desde el chozo hasta Las Salas es, sin paradas, de algo menos de una hora. Sin embargo, si se quiere ir con más calma (cosa recomendable) es interesante hacer una pequeña parada a poco mas de 10 minutos de haber abandonado el chozo en una señal (hito) en la vereda que nos indica que a la izquierda y a 20 metros por encima de la misma está (también señalada con dos grande montones de piedra) la entrada a la Fuente de la Cazuela que, aunque lleve ese nombre, no es más que una cueva de unos 20 3 metros de profundidad con alguna estalactita a donde se puede bajar sin dificultad (y con linterna) a explorar y a comprobar si por casualidad hay algo de agua, cosa poco probable en verano.

En resumen un paseo obligado para todo aquel que visite Las Salas por primera vez y para los que yendo a menudo, quieran disfrutar de una de sus maravillas. Una vez en el chozo, subir a la Traviesa o incluso hasta el alto de la Peña de las Pintas no es más que un empujón.

Fuente: Daniel Tejerina

Fotografía: Daniel Tejerina