Paciencia y tradición, los mejores ingredientes del Roscón de Reyes de Valdeón
Paciencia y tradición, los mejores ingredientes del Roscón de Reyes de Valdeón.
La Panadería Talí elabora cada año, de forma artesanal, unas 200 unidades que endulzan todo el valle leonés de Picos de Europa.
Paciencia y tradición son los ingredientes que hacen especial el Roscón de Reyes de la Panadería Talí, en Posada de Valdeón, con el que cada año endulza cientos de comidas en todo el Valle leonés de Picos de Europa.
Aunque su gerente, Neftalí Riaño, afirma que este dulce "no tiene mayor secreto que un proceso de elaboración largo", porque son horas de amasado, boleado a mano, fermentación y trabajo artesanal, su esponjosa masa con o sin relleno conquista los paladares cada Navidad.
"Lleva una harina de fuerza que es más regia al trabajarla y necesita más esfuerzo, además de huevo, mantequilla, un poco de agua, azúcar, sal y agua de azahar, como es tradicional. Aquí hago tandas pequeñitas y tienen una fermentación larga, primero lo dejo una hora y media o dos horas, le doy un boleado, y lo vuelvo a dejar, repito el proceso y después se deja fermentar unas 12 o 14 horas más antes de cocer", detalla el panadero valdeonés.
De esta forma, elabora en torno a 200 roscones para dar sabor al día de Reyes, entre los que triunfan el tradicional sin relleno y el de nata, y que incorporan, como no puede ser de otra manera, el haba y el 'rey'.
Historia del Roscón
El origen del roscón de Reyes se remonta a las fiestas de las saturnales, dedicadas al dios Saturno y celebradas por los romanos coincidiendo con el solsticio de invierno para dar la bienvenida a un nuevo periodo de luz, al comenzar los días más largos, y poner fin al duro trabajo en el campo.
Para la celebración elaboraban unas tortas redondas con higos, dátiles y miel en las que se introducía un haba seca. Estas eran repartidas entre plebeyos y esclavos, y aquel que encontraba en el dulce el haba era nombrado 'rey de reyes' durante un tiempo, un premio relevante principalmente para los esclavos, que quedaban libres durante las saturnales.
Sin embargo, con la llegada del cristianismo el roscón quedó en el olvido, excepto en Francia, donde se conservó bajo el nombre del 'rey del haba'. Más tarde, en el siglo XVIII, Luis XV le dio el empujón definitivo a la tradición escondiendo una moneda dentro y extendiéndolo entre la corte, mientras que en España fue su tío Felipe V quien introdujo el roscón de nuevo, convirtiéndose en una fiesta popular que terminó uniéndose a la celebración del día de los Reyes Magos.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Roscones de la Panadería Talí de Posada de Valdeón