Una mirada desde las alturas a los paisajes de los cursos altos del Porma y Curueño

Una mirada desde las alturas a los paisajes de los cursos altos del Porma y Curueño.

Las aguas de los ríos han contribuido a crear en la Montaña Leonesa entornos que cautivan y que son perfectos para disfrutar de un día de excursión.

Los cursos altos de los principales ríos de la Montaña Oriental Leonesa han contribuido a crear entornos que cautivan y que son perfectos para disfrutar de un día de excursión. Te enseñamos algunos de los miradores y balcones donde encontrar las mejores panorámicas del Alto Porma y Alto Curueño: agua y montaña, todo un espectáculo. 

ALTO PORMA

El Embalse Juan Benet inundó parte de un paisaje antiguo, pero sus aguas han devuelto como resultado un entorno idílico con el reflejo de las cumbres sobre ellas, una panorámica que se puede observar a lo largo del curso del río Porma desde distintos puntos.

Mirador Embalse del Porma 

Se trata de otro espacio en el que el pasado de lo que fue se funde con lo que es hoy día, un entorno con una imagen espectacular del embalse Juan Benet, más conocido como embalse del Porma. 

Varios pueblos de la ribera del río Porma quedaron sumergidos bajo sus aguas, Vegamián, Lodares, Armada, Campillo, Quintanilla y Ferreras; y otros dos, Utrero y Camposolillo, fueron expropiedos pero no sumergidos. 

Desde este punto de la LE-331, que bordea el embalse durante varios kilómetros, podemos intuir lo que fue en su momento el Valle pero, sobre todo, podemos admirar la parte buena que nos ha dejado su construcción: un paisaje incomparable en el que las montañas se funden con el agua.

Pico Cueto

Para llegar hasta esta panorámica de los Picos de Europa y el Embalse del Porma es necesario realizar una ruta de senderismo que discurre por el municipio de Boñar. Parte del Soto y el sendero asciende acompañado por el discurrir del río Porma. Durante el recorrido podremos contemplar los bosques que rodean la su ribera, formados principalmente por chopos, abedules, cerezos, fresnos y alisos. 

Una vez que la senda llega al cruce del Puente Viejo, tendremos que seguir por el camino que surge a nuestra izquierda, continúa hacia la derecha y nos conduce hacia la Pradera de la Jana, otro punto de grandes vistas. Finalmente, alcanzaremos el punto más alto a 1.613 metros, desde donde podremos contemplar la clara diferencia entre los valles de montaña y los de ribera. Desde aquí, la ruta sigue de manera circular llega a la falda del Pico Muelas y, después de un recorrido entre pinos, nos devuelve al Soto de Boñar. 

Mirador de Lodares 

Siguiendo la carretera LE-331 en su recorrido a orillas del Embalse Juan Benet, unos kilómetros más adelante que el mirador del Embalse del Porma, nos encontramos el mirador ornitológico de Lodares, que mira al lugar en el que se encuentra el pueblo de Vegamián, inundado por las aguas del pantano. 

Nos ofrece otro punto de vista del paisaje y el entorno natural creado tras la construcción del embalse, que abarca 364 kilómetros cuadrados, con una capacidad total de 317 hectómetros cúbicos. Un espacio que es hábitat de una abundante avifauna, que puede observarse si se presta la atención suficiente desde este mirador.

Mirador de la Peña 

Como en la Montaña Leonesa, en general, alcanzar la mejor panorámica requiere de esfuerzo, Redipollos, en el municipio de Puebla de Lillo, decidió impulsar la creación del mirador de la Peña, cuyo objeto principal es un banco.

Después del ascenso en la ruta circular que alcanza este punto, sentarse a admirar la belleza del Alto Porma es una gran idea. La salida de esta senda se encuentra en el propio pueblo y está señalizada como 'Mirador de la Peña', recorre 5 kilómetros en los que se sube por el frondoso bosque de Barberante y, después, la vista se abre a contemplar los picos La Peña o La Quebrantadilla, el Susarón y el embalse del Porma.  

ALTO CURUEÑO

La comarca del Alto Curueño entraña balcones desde los que poder disfrutar de la rica biodiversidad que baña las aguas del río Curueño, que conforma la Reserva de la Biosfera de Los Argüellos. Paisajes donde la naturaleza bulle a cada paso que das.

Balcón Agua de Nieves

Situado en la confluencia de Río Pinos y el Reguero de la Carba, que se nutre de las lagunas glaciares de Vegarada, nos encontramos un mirador que se asoma al nacimiento del Río Curueño. Un espacio flanqueado por cumbres que superan los 2.000 metros de altitud, donde manan aguas minerales. Pasar aquí a disfrutar y admirar el paisaje donde mora el oso, el lobo, el águila real, el rebeco o el urogallo es sin duda un plan idílico.

Balcón Pisadas Milenarias

En este mirador los ojos del visitante podrán apreciar el lento trabajo de erosión que a lo largo de miles de años ha realizado el Río Curueño, pero sobre todo, podrán descubrir una de las obras de ingeniería romana mejor conservadas, la 'Calzada de La Vegarada'.

Esta ruta milenaria, transitada por guerreros cántabros y astures, por los soldados de las legiones romanas, por los pastores trashumantes, arrieros, peregrinos y ahora, senderistas. 

Agua, caliza e historia, son los principales elementos que componen el espacio natural al que podemos asomarnos desde el Balcón Pisadas Milenarias, situado en la LE-321 entre la Venta del Aldeano y la localidad de Tolibia de Abajo.  

Balcón la luz del verde 

En la localidad de Santa Colomba de Curueño nos espera otro de los paisajes que baña el río Curueño y donde el color verde brilla con una luz especial. Es un balcón desde el que se puede observar, en un entorno muy tranquilo, 

Desde él podremos deleitarnos con emplezamientos como la ermita de Santa Ana, que ocupa el espacio que antiguamente ocuparon las caballerizas del Castillo de San Salvador, una edificación casi desaparecida pero que todavía conserva las saeteras para los arqueros que asoman al Valle.   

La vista se despliega en dos cordales paralelos con el río Curueño y su fluir serpenteante marcando la panorámica. Para encontrarlo habrá que recorrer la Calle Río Curueño desde Santa Colomba y lo localizaremos antes de cruzar el Curueño, en dirección al Castillo de San Salvador.

Balcón Arribes de San Tirso

La localidad de Pardesvil, en el municipio de Santa Colomba de Curueño, acoge otro de los mágicos entornos bañados por las aguas del Curueño. La Ermita de San Tirso es la protagonista principal de las vistas desde este Balcón, un patrimonio reconstruido por completo gracias a los vecinos de la localidad y la tradicional 'hacendera', el trabajo en comunidad.

Desde este punto, junto a la propia Ermita, podemos descubrir un paisaje que invita a practicar actividades como el senderismo, BTT o la pesca.

Mirador de La Vecilla de Curueño 

El Pico del Corollo, Pico Polvoreda, Peña Galicia, Paña Valdorria o Peña Morquera son algunas de las cumbres que se pueden vislumbrar desde el mirador de La Vecilla. Un espacio habilitado, no solo para disfrutar de la panorámica que ofrece, sino también de una parada para descansar, una merienda o un momento de desconexión.

Para llegar a él hay que hacer una pequeña y sencilla ascensión por un camino que comienza en el entorno de la zona de baño en el río de La Vecilla, tras cruzar el puente. Además, una vez alcanzado este punto se puede continuar con una ruta hacia Otero de Curueño o bien hacia La Cándana de Curueño.

Fuente: Diario de Valderrueda

Fotografía: Turismo Montaña de Riaño; Turismo de Observación; Tino G; Ayuntamiento de Boñar