Cuatro platos de la gastronomía de castellanos y leoneses que tienes que probar
Hablar de Castilla y León es hablar de cultura y de historia de España. Su extenso territorio alberga una gran riqueza natural y cultural en la que se pueden admirar hasta ocho Bienes Patrimonio de la Humanidad. Pero además, como no podría ser de otra forma, también puede presumir de una gran riqueza gastronómica capaz de conquistar a los paladares más exigentes.
Castilla y León destaca por su trigo, sus vinos, sus legumbres y sus jamones y embutidos, pero sobre todo destaca por la fama de sus carnes, protegidas la mayoría de ellas con diversas indicaciones geográficas protegidas como la Denominación de Origen, Ia Indicación Geográfica y la Marca de Garantía. Todas ellas son la materia prima de una cocina tradicional que supone un gran legado gastronómico recogido en la recopilación de casi 12.000 recetas en el Recetario de Cocina Popular de Castilla y León.
De entre toda esa inmensa riqueza gastronómica hemos querido destacar cuatro platos que por su sencillez y su carácter tradicional debes probar si viajas a Castilla y León.
Sopa castellana
La sopa castellana o sopa de ajo es un plato muy sencillo, de origen humilde y con siglos de historia que sirvió de alimento y calentó en épocas de hambruna muchos estómagos gracias a lo barato de sus ingredientes. Pan duro, ajos, sal, pimentón y agua son la base de esta sopa que con el tiempo se ha mejorado un poco, sustituyendo el agua por un caldo y añadiendo jamón y unos huevos escalfados, pero conservando toda su esencia tradicional y sencilla que nos sigue calentando en los duros y fríos días de invierno.
Albóndigas en salsa española
Aunque está claro que las albóndigas en salsa española tradicionales son desde hace muchísimo tiempo patrimonio nacional, la salsa que tan deliciosamente las envuelve tiene su origen en Burgos y se remonta al año 1615 en la boda de la infanta Ana María Mauricia, la hija de Felipe III con el rey Luís XIII de Francia.
Es una receta muy tradicional y también se elabora con ingredientes sencillos en los que sin lugar a dudas la calidad de la carne y el tocino de las tierras castellanoleonesas son un sinónimo de rotundo éxito en este plato coronado por la reina de las salsas.
Hornazo de Salamanca
El hornazo de Salamanca es una especie de empanada rectangular elaborada con harina de trigo y rellena de productos típicos de Salamanca como jamón, lomo o chorizo y algunas veces huevo duro. Aunque el hornazo es típico de otras provincias de Castilla y León, como Ávila y Zamora, el hornazo de Salamanca tiene su propia denominación y es un alimento protegido como marca de garantía.
Su origen se remonta siglos atrás como comida de pastores, que se lo llevaban como alimento cuando salían al monte con el ganado, por su gran aporte calórico y porque se podía tomar frío, dos razones muy prácticas para el duro trabajo de los pastores de aquella época.
Cocido maragato
El cocido maragato es el plato estrella en la comarca de la Maragatería en la provincia de León. Tiene su origen como alimento contundente y con un alto aporte calórico para los sufridos trabajadores del campo. Como la mayoría de los cocidos, el cocido maragato se elabora con carnes, pata y oreja de cerdo, huesos de jamón, lacón, verduras y garbanzos. La particularidad que lo hace especial es que se come al revés, se empieza comiendo las carnes, se sigue con la verdura y los garbanzos y se finaliza con el caldo. La razón es que el cocido maragato, como tantos otros platos típicos de la zona, nace como comida para trabajadores del campo y pastores, que no tenían platos para servirlo, por lo que comenzaban comiendo los ingredientes sólidos para finalizar bebiéndose el caldo.