Pica Ten, un tesoro desconocido y verde en el corazón de Sajambre
Pica Ten, un tesoro desconocido y verde en el corazón de Sajambre.
El Valle de los Picos de Europa es una joya en la que destaca la senda y su acceso, recientemente reformado, para disfrutar en familia de unas vistas increíbles del Parque Nacional.
Subir a Pica Ten (1.223 metros) es tocar el corazón del, quizás, el valle más verde de Picos de Europa: Sajambre.
Esta montaña es todo un símbolo de este rincón leonés donde nace el Sella. Su forma piramidal y especialmente, su casi inaccesible cara norte, la convierte en un punto de referencia único que atrapará las miradas de quienes asciendan Sella arriba a través de los pueblos de Ribota u Oseja.
Pero su subida natural es tan desconocida que desde el Ayuntamiento de Oseja de Sajambre, con Antonio Mendoza a la cabeza, se han volcado en potenciar para que familias, visitantes y amigos disfruten de un paraje único en el Parque Nacional.
La Pica Ten siempre ha estado ahí, pero recientemente han sido finalizadas las obras, con una inversión de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente con un importe total de 132.603 euros, del aparcamiento de acceso desde la N-625 y su entorno.
En concreto, las obras, que se iniciaron en noviembre de 2020 y finalizaron trece meses después, han consistido en actuaciones sobre la vegetación, excavación, obras de drenaje, aporte de zahorras de base y capa de rodadura, restauración del camino de acceso preexistente, vallado perimetral y mobiliario. Por otro lado, se colocaron señales direccionales, mejora de la plataforma y del firme del camino y se modificó el cierre ganadero para evitar que el ganado pudiera acceder al recinto.
La historia de esta zona en la que se ubica el aparcamiento correspondía a una antigua tejera, un lugar donde se fabricaban tejas y ladrillos de barro, por lo que se necesitó retirar una gruesa capa de material arcilloso de hasta un metro de profundidad. Además, se trata de un paraje que recoge las aguas de la ladera norte y este del pico, por lo que las labores de drenaje y de control del nivel freático cobraron gran importancia en la obra y permiten la evacuación de las aguas de precipitación y de infiltración.
La ruta en sí es sencilla, de poco más de un kilómetro, pero de gran valor ecológico y medioambiental que no dejará indiferente a nadie.
El inicio es toda una fantasía verde impulsada por la profundidad del bosque cantábrico caducifólio, seña de identidad del valle sajambriego. Posteriormente, dejando atrás hayas, robles, acebos y otras especies vegetales nos acercamos a la tierra de la roca cuarcita, que nos espera para recorrerla en un entretenido laberinto del que puede disfrutar cualquier persona sin necesidad de conocimientos previos en montañismo. De hecho, este tramo está acondicionado con una barandilla con cadenas y varios escalones de madera y metal, facilitando así el avance, aunque el alguna zona es cierto que cuenta con un fuerte desnivel.
Tras un recorrido precioso y con unas vistas de ensueño llegamos al punto más maravilloso de la ruta, la cumbre, que ha sido transformada en mirador explicativo del paisaje y que nos abre en prácticamente todas las direcciones, desde el Pontón hasta las profundidades de Los Beyos, ya en tierra asturiana.
A los lados se levantan las paredes del Jario y Picos de Europa, por la derecha, y las mágicas formas de Niajo, Ten, Pileñes, por la izquierda. También destacan los bosques y cortados de Pozúa, una montaña con mucha personalidad que divide Sajambre de Retuerto.
En la mitad del valle aparecen entre la profunda forestal de los pueblos de Oseja, Vierdes y Ribota. Soto y Pío quedan escondidos en sus respectivos valles. Y como no el río Sella, oculto entre los millones árboles que lo acompañan, formando u circuito que se prepara para uno de los viajes más espectaculares que tendrá en su corta pero intensa vida: el desfiladero del Sella o de Los Beyos, uno de los atractivos más famosos de este valle. El Sella, que ve la luz en la Fuente del Infierno, abrirá un profundo tajo en la roca caliza para encontrar su salida al mar cantábrico...
Un lugar especial que ahora es más accesible que nunca, y que el ayuntamiento ha querido fomentar para la llegada del turismo a uno de los valles más desconocidos de la Cordillera Cantábrica, Sajambre.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Pica Ten - Diario de Valderrueda