Campo/Contracampo, exposición de José Pedro Croft, próximamente en la Fundación Cerezales
FCAYC abre el domingo 1 de diciembre, a las 12h. una exposición individual de obra inédita de este referente de la escultura, que permanecerá en la sala de Cerezales del Condado hasta el próximo 15 de marzo.
José Pedro Croft (Oporto, 1957), uno de los principales representantes de la renovación de la escultura en Portugal, presenta en la Fundación Cerezales Antonino y Cinia [FCAYC] una intervención escultórica de gran formato que trata las relaciones entre la forma y el espacio. En línea con sus trabajos anteriores, que desarrollan algunas cuestiones del minimalismo y del arte conceptual, la intervención se sitúa en la intersección que conforman la arquitectura y el propio cuerpo con relación a esta
La particular arquitectura de la FCAYC, en la que lo construido se integra con el paisaje prácticamente sin sobresaltos, le sirve a José Pedro Croft para mostrar la manera en que el arte en general, y en concreto su práctica escultórica, se presenta como una especie de territorio intermedio. En ese campo el tiempo y el espacio se miden de otra manera: la instalación escultórica genera una serie de pasadizos que según se recorren alteran las relaciones convencionales entre arquitectura, paisaje y cuerpo. En ese tránsito se pierden las referencias entre el adentro y el afuera, se sale de un entorno solo para entrar en otro en una especie de arquitectura dentro de la arquitectura. Los límites se desdibujan y reconfiguran a cada paso.
Los campos de color generados por las enormes planchas metálicas que conforman la instalación son a su vez producto del artificio: paletas cromáticas inspiradas en esculturas y pinturas tardo-renacentistas muy alejadas de cualquier idea de color “natural”. Es un color idealizado que además cambia en cada lado de cada plancha. La propuesta de Croft busca la fluidez y la expansión de la energía que generan tanto las estructuras constructivas como estos campos de color hiper-saturados.
Las esculturas instaladas tienen relación con trabajos que Croft ha realizado en otros soportes. Tanto en obras sobre papel de series anteriores como en el conjunto de grabados y fotograbados del libro Persiles y Sigismunda, una novela de Cervantes ilustrada por el artista. La sucesión de imágenes figurativas alternadas con campos de color monocromos en el Persiles, enlazan por un lado con las enormes planchas de color de la instalación y por otro, con asociaciones visuales relacionadas con la propia idea de viaje o recorrido por las obras instaladas. La maqueta del proyecto, como un juego de planos aparentemente sencillo, nos indica que el acontecimiento -la obra- no está aquí, sino que únicamente el paso del observador la realiza.
Esta sensación de transitoriedad, de algo que está todo el tiempo en el proceso de hacerse, es una de las características definitorias del trabajo de José Pedro Croft. En el proyecto para la FCAYC esto es llevado al extremo al tratarse de una especie de “escultura para armar” que cambiará su configuración cuando se presente posteriormente en el Convento de Santa Cruz en Coimbra, un entorno renacentista y barroco muy alejado del contexto de arquitectura contemporánea que presenta la FCAYC
En Campo/Contracampo José Pedro Croft nos ofrece una muestra contundente de su proceso de trabajo: la activación del espacio surge solo cuando, después de conceptualizar lo que sucede ahí -y lo que le sucede al sujeto en el espacio- el artista empieza a sumar elementos para poner en conflicto y cuestionar esa relación. En palabras de Aurora García, a Croft “le interesan los aspectos generativos del arte, lo que una forma y una materia dada es capaz de originar, no como objeto ensimismado que solo admite la confirmación aislada de su estatus, sino como algo relacionado con la complejidad del mundo y de la existencia”.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Fundación Cerezales