Cómo mantener una piscina en las mejores condiciones

El agua de una piscina puede convertirse en un caldo perfecto para el cultivo de hongos, bacterias o residuos orgánicos de los usuarios, como mucosas, sudor y hasta orina, así como restos de cremas protectoras o bloqueadores solares.

Para adquirir un aparato que esté diseñado para la limpieza del agua y el fondo de las piscinas, la alternativa idónea es contar con una guía para elegir una herramienta dotada de tecnología avanzada, que facilite la tarea de limpieza, y minimice el esfuerzo y el tiempo, tal como un robot limpiafondos.

Una piscina limpia es vital para los usuarios

El aseo y mantenimiento adecuado y periódico de una piscina, sea privada o pública, es muy importante para preservar la salud de los bañistas, ya que el agua almacenada tiende a llenarse de polvo, hojas y partículas de todo tipo, que pueden ocasionar la aparición de agentes patógenos como hongos y bacterias que proliferan y se reproducen en la humedad.

¿Cómo se limpia una piscina?

Para la limpieza correcta es habitual que se utilicen químicos, como el cloro, PHMB o el bromo, considerado como un desinfectante muy eficaz para acabar con virus, bacterias, algas u hongos. Estas labores de limpieza y desinfección se facilitan cada vez más con dispositivos provistos con avanzadas tecnologías, como los robots limpiadores de piscinas, que están disponibles en el mercado con mecanismos eléctricos, hidráulicos y hasta solares, en la actualidad.

Sus funciones básicas

Los limpiadores robots para higienizar piscinas están provistos habitualmente de dos funciones primordiales: cepillar el suelo, y aspirar los residuos y la suciedad que suelen estancarse en el fondo de las mismas.

El cepillo frota el fondo, y en algunos casos las paredes, por lo que resulta una alternativa mejor que la succión, porque este procedimiento de aspirar no remueve todos los residuos de forma total, al igual que sucede si los cepillos no tienen la presión suficiente o no son de excelente calidad.

Las ventajas que aportan los robots limpiafondos

Pueden ser programados con ciclos para el momento que se requiera y por el tiempo necesario, según el tamaño o capacidad de la piscina, o algún otro aspecto.

Para cargarlos, se deben conectar a la red de electricidad y están provistos de un transformador para convertir la tensión de línea de 220V a 24V, según la marca o el modelo del robot.

Están dotados de uno o más filtros que se encargan de absorber los residuos durante el proceso de limpieza. Estos filtros deben limpiarse al finalizar cada mantenimiento periódico.

Cuentan con rodillos, cepillos o ventosas que facilitan el proceso y lo hacen en menor tiempo y con menos esfuerzo que la limpieza manual, el cual es un procedimiento molesto que implica mucho esfuerzo, tiempo y dinero.

El ahorro de agua es considerable, porque no necesitan ser vaciadas las piscinas para limpiarse y llenarse al concluir. Estos dispositivos reutilizan el agua y la transforman en agua limpia. Habitualmente no hay que hacer reajustes del cloro o del pH.

Estos dispositivos pueden alcanzar hasta unos 15 metros de altura desde las paredes de la piscina. Algunos ofrecen la facilidad de un mando a distancia, para que el usuario lo programe hacia una zona donde se observe mayor acumulación de residuos y suciedad.

Una vida útil prolongada para la piscina

Esta automatización que proveen dichos robots aporta rapidez, calidad de mantenimiento y ahorro de tiempo y dinero, a la vez que contribuyen a no sobrecargar el esfuerzo de los procesos de filtración habituales en todas las piscinas.

Son perfectos para todo tipo de materiales que las recubren, como mosaicos, baldosas, poliéster, láminas armadas o liner, y los mantiene limpios y pulcros, sin que pierdan su textura, color o brillo.

Mantener regulado el pH

Es importante revisar el índice de alcalinidad del agua periódicamente, porque si es inadecuado puede causar irritación en la piel, e incluso, afectar y deteriorar algunos componentes o materiales que la conforman. También es recomendable cubrirlas en invierno u otoño, para protegerla de hojas, lluvia y otros agentes, como el polen.

Fuente: Diario de Valderrueda

Fotografía: archivos