Roscón de Reyes de excepción en la Panadería Prado de Puente Almuhey
Roscón de Reyes de excepción en la Panadería Prado de Puente Almuhey.
Una fermentación de más de 20 horas y un toque de ron convierten a este dulce artesano en uno de los más solicitados de la Montaña Leonesa en estas fechas.
Para aquellos que buscan un Roscón de Reyes artesano, rico y de excepción, la Panadería Miguel de Prado de Puente Almuhey es el lugar indicado. Una fermentación de más de 20 horas y un toque de ron convierten a este dulce en uno de los más solicitados del Alto Cea y de la Montaña Oriental en estas fechas.
"Tengo una receta francesa, porque es un postre que viene de Francia, con una fermentación larga, y es lo que le da el sabor característico al roscón de esta casa", explica Miguel Ángel de Prado, que regenta un establecimiento con más de 100 años de historia y que tiene asegurado el relevo con su hijo, la cuarta generación.
Los ingredientes esenciales, según detalla el panadero montañés, son harina, azúcar, mantequilla, huevos, ron, y agua de azahar, acompañados de la correspondiente masa madre. Después, el secreto está en el amasado y la fermentación.
"Se amasa durante mucho tiempo, porque al ser una masa muy grasa se tarda bastante. Luego la pesamos y calculamos unos 600 gramos para que cada bollo quede de medio kilo, y lo dejamos fermentar unas 20 horas en una cámara a unos 8 o 9 grados", detalla De Prado.
Un proceso que se repite hasta completar en torno a 180 unidades que se cuecen, se decoran con azúcar mojada y fruta escarchada, y se vende sin rellenar o rellenos de nata o crema, y acompañadas, por supuesto, del haba y la figura para cumplir con la tradición.
Ahora lo que queda es disfrutar de ellos en estos días navideños. Por eso, si quieres alguna unidad y reservar, puedes contactar con la Panadería Prado de Puente Almuhey en el 987.716.012, o en la Calle Mister Universo Juan Ferrero, Nº 67.
Historia del Roscón
El origen del roscón de Reyes se remonta a las fiestas de las saturnales, dedicadas al dios Saturno y celebradas por los romanos coincidiendo con el solsticio de invierno para dar la bienvenida a un nuevo periodo de luz, al comenzar los días más largos, y poner fin al duro trabajo en el campo.
Para la celebración elaboraban unas tortas redondas con higos, dátiles y miel en las que se introducía un haba seca. Estas eran repartidas entre plebeyos y esclavos, y aquel que encontraba en el dulce el haba era nombrado 'rey de reyes' durante un tiempo, un premio relevante principalmente para los esclavos, que quedaban libres durante las saturnales.
Sin embargo, con la llegada del cristianismo el roscón quedó en el olvido, excepto en Francia, donde se conservó bajo el nombre del 'rey del haba'. Más tarde, en el siglo XVIII, Luis XV le dio el empujón definitivo a la tradición escondiendo una moneda dentro y extendiéndolo entre la corte, mientras que en España fue su tío Felipe V quien introdujo el roscón de nuevo, convirtiéndose en una fiesta popular que terminó uniéndose a la celebración del día de los Reyes Magos.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Roscones de la Panadería Prado de Puente Almuhey - DDV