Las batallas del monte Bernorio, desde la Guerras Cántabras a la Guerra Civil
Las batallas del monte Bernorio, desde la Guerras Cántabras a la Guerra Civil.
El yacimiento de Villarén de Valdivia está considerado uno de los más importantes de Europa por haber sido una de las ciudades fortificadas más grandes halladas en todo el continente.
El monte Bernorio, en Villarén de Valdivia, es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Europa por su extensión, su historia y sus vestigios; pero además, constituye uno de los escenarios bélicos más destacados de la Montaña Palentina, porque en él se disputaron combates tanto durante las Guerras Cántabras como durante la Guerra Civil España.
Su ubicación a 1.170 metros de altitud, desde la que se divisan las provincias de Cantabria, Palencia y Burgos, le otorgó un gran valor estratégico que supo valorar una tribu cántabra ya en la Edad del Hierro. Así, se sabe a ciencia cierta que estuvo ocupado desde el siglo XVIII a.C. hasta el siglo I a.C, aunque algunos datos indican que hubo una ocupación anterior en el Calcolítico y en la Edad del Bronce.
Como castro cántabro, durante la mencionada la Edad del Hierro, se convirtió en un complejo defensivo insólito. El poblado fortificado ocupaba alrededor de 28 hectáreas y más allá de él se extendía, hasta alcanzar las 90 hectáreas, un intrincado sistema de trincheras que acogería fuentes, manantiales, barrios artesanales, áreas rituales y necrópolis. Se cree también que los terraplenes artificiales estaban rematados por empalizadas para dificultar un ataque por sorpresa.
Por todo ello ha sido identificado por algunos autores como la ciudad cántabra de Bérgida, la primera atacada por las legiones romanas durante las Guerras Cántabras y de la que se dice que sus habitantes huyeron al Monte Vindio, una mítica urbe a la que le han atribuido varias localizaciones. Lo que sí es seguro es que fue una de las ciudades fortificadas más grandes de Europa.
Batalla del monte Bernorio
Tras el auge de este castro cántabro, en el siglo I a.C. llegó su caída. Fue cuando el Imperio romano comenzó el asalto definitivo a los territorios dominados por cántabros y astures, con la poderosa Legio IV Macedonica y bajo el mando del emperador César Augusto.
El monte Bernorio fue asediado, y después incendiado y arrasado con un ataque final que posiblemente se organizó desde el campamento romano localizado en El Castillejo, en la cercana población de Pomar de Valdivia, considerado el más grande de la Península y uno de los mayores del continente europeo con sus 18 hectáreas.
Después del sometimiento definitivo de los cántabros, los romanos no desaprovecharon la oportunidad que ofrecía un lugar tan estratégico para ejercer control sobre una gran extensión de terreno, y construyeron en la zona de la acrópolis, la parte más alta, un castellum que ocuparon desde el siglo I a. C. hasta el siglo I.
Guerra Civil Española
Pero aquella batalla no fue la última ocasión en que Monte Bernorio fue ocupado para servir de refugio a tropas militares y ser escenario de episodios bélicos, porque el enclave tuvo también gran importancia en la Guerra Civil. En 1936 el ejército republicano tomó el lugar, aunque por poco tiempo, ya que en menos de una semana las tropas rebeldes se hicieron con la posición.
Los republicanos, sabedores de la relevancia de este lugar, intentaron su recuperación hasta el verano de 1937, lo que llevó a las tropas franquistas a construir una serie de trincheras y búnkeres al oeste del cerro para su defensa. Aprovecharon parte del trazado de la muralla edificada por los cántabros para protegerse de los romanos, e incluso emplearon muchas de sus piedras.
Mucho tiempo después, las excavaciones arqueológicas revelaron que en lo alto de la meseta había un arsenal y el refugio de un destacamento militar que albergó entre 200 y 300 soldados. Además, se pudo conocer que el depósito de munición fue alcanzado por un proyectil aéreo, provocando la explosión de miles de balas de fusil y granadas de mano.
Excavaciones y conservación
Las primeras extracciones arqueológicas fueron llevadas a cabo en 1890, por encargo de Claudio López Bru, segundo Marqués de Comillas. De esta forma, a lo largo de las diversas campañas llevadas a cabo hasta nuestros días, se han localizado buena cantidad de construcciones y utensilios que atestiguan los sucesos allí acaecidos, que abarcan desde la Edad del Bronce a la Edad Media.
Entre ellos destacan dos murallas, los muros de alguna casa de piedra y de barro cocido, objetos personales, restos de fauna, y especialmente el armamento, como los puñales a los que se les concedió el nombre de Puñales Tipo Monte Bernorio debido a su gran importancia y exclusividad.
Junto a ello, se encontraron también numerosos restos de material ofensivo y defensivo de la Guerra Civil, como cargadores para rifles de cerrojo tipo Máuser, balas, metralla de granadas de mano, metralla de proyectiles de artillería y bombas de aviación. Por su parte, otros materiales hallados revelan la dieta de los soldados: latas de sardinas, pimientos, carne o leche condensada.
Por todo ello, se considera uno de los yacimientos arqueológicos más relevantes de Europa, y fue declarado Bien de Interés Cultural en 1992.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: JCyL