El Castillo de Gordón, ruinas que perviven tras dos órdenes de destrucción
El Castillo de Gordón, ruinas que perviven tras dos órdenes de destrucción.
La fortaleza, en plena Montaña Central Leonesa, fue construida por Alfonso III de Asturias en el siglo IX, jugó un papel destacado en la rebelión de su hijo y resistió a las huestes de Almanzor.
El Castillo de Gordón es una de las fortalezas más antiguas de León, se encuentra en la localidad de Los Barrios de Gordón, en el municipio de La Pola y en plena Montaña Central Leonesa. Fue construido por Alfonso III de Asturias en el siglo IX, más tarde resistió el ataque de las huestes de Almanzor, y sus ruinas sobreviven a dos órdenes de destrucción.
La fortaleza se sitúa en una peña que domina el Alto Bernesga y la calzada que comunica León y Asturias. Tiene forma de rectángulo irregular, de unos 90 por 30 metros, y parece haber tenido sólo una única torre. En la actualidad, sus ruinas se reducen a los cimientos de sus muros y un paño de la torre, que apenas se eleva dos o tres metros.
Fue construido por Alfonso III de Asturias en el siglo IX, un reinado durante el que desempeñó un papel fundamental cuando se produjo la rebelión de su hijo, que se originó en el 910. Por aquel entonces, la reina Jimena entregó la fortaleza junto con los castillos de Alba, Luna y Arbolio a su primogénito, García I de León, por lo que este logró la abdicación del Rey y el ascenso al trono leonés.
Poco tiempo después, en el 944, Ramiro II de León encarceló en Gordón al rebelde conde de Saldaña, Diego Muñoz, aunque por poco tiempo, pues ese mismo año volvió a jurar de nuevo fidelidad al Rey y salió de la cárcel.
Otro de los momentos álgidos de su historia se produjo en el 997, cuando resistió al ataque de las huestes de Almanzor, que intentó tomar tanto Gordón como sus castillos hermanos, los de Luna, Alba y Arbolio, que controlaban el acceso a Asturias. La derrota de las tropas del califato de Córdoba demostró el buen funcionamiento de la red defensiva del reino asturleonés, y quedó reflejada en crónicas medievales como la de Alfonso X el Sabio, que fueron utilizadas ya en el siglo XX para crear el escudo municipal con el castillo y la frase "Mas Pero A Gordón Non Lo Priso".
Posteriormente, a lo largo de los reinados de Urraca I de León y su hijo el emperador Alfonso VII, la fortaleza fue confiada al magnate asturiano Suero Bermúdez, uno de los personajes más leales a la Corona en una época de nobleza tumultuaria.
Por su parte, bajo el reinado de Alfonso IX de León, en el siglo XIII, fue donado a su esposa Berenguela de Castilla, junto con otros castillos, y por el Tratado de Cabreros de 1206 pasó al hijo de ambos, el futuro Fernando III de Castilla.
Aunque en 1217 el Rey leonés ordenó su destrucción para evitar que este baluarte, en el corazón del reino, amenazara su seguridad cuando su hijo ascendió al trono de Castilla al morir Enrique I. De esta forma, el centro del poder político y económico pasó del alto al llano, estableciéndose en la creciente 'Puebla de Gordón', origen de la actual La Pola.
Con posterioridad fue reconstruido, y su destrucción definitiva volvió a ser resultado de una orden de la Regencia en 1811, a fin de que las fortalezas no sirviesen a los planes de ocupación de los franceses durante la Guerra de Independencia Española.
En la actualidad tan solo se pueden observar los restos de sus muros alrededor del cerro sobre el que se levantó. Además, también se conservan los escalones que bajaban a la sima de la 'leyenda de amores', que en su momento fue probablemente el pozo del que se surtía de agua la fortaleza. De hecho, el Grupo Espeleológico de Matallana ha determinado que esta sima del castillo se comunica con la cueva de la Cardosa, cueva "donde suspira la molinera encantada y se oye la tarabica del molino interior donde hay un pavo de oro con sus polluelos".
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Fundación Reserva de la Biosfera Alto Bernesga