Calabazas de Ibarrondo, un rincón rural de la Montaña Leonesa en Bilbao
Calabazas de Ibarrondo, un rincón rural de la Montaña Leonesa en Bilbao.
Javier de Lario, descendiente de Morgovejo, regenta un caserío en el que vende lo que produce junto algunos de los mejores productos de León en pleno corazón del País Vasco.
Javier de Lario, descendiente de Morgovejo, es un pequeño productor que desde su caserío de Erandio Goikoa, a 10 minutos de Bilbao, vende de forma directa lo que obtiene de su propia tierra y sus animales junto a algunos de los mejores productos de la Montaña Oriental Leonesa, aquellos que no cambia por nada porque son "un manjar".
Calabazas de Ibarrondo es una granja avícola, ovina, porcina y equina, en la que produce huevos frescos todo el año y verduras de temporada, pero es también su modo de vida y una forma de seguir conectado con Morgovejo, donde su abuelo, Maturino de Lario, fue muchos años guarda forestal.
"Yo nací ya en Bilbao pero he pasado mucho tiempo allí, mis padres tuvieron un restaurante y tengo mucha familia en la zona, mi tía tuvo la librería de Puente Almuhey y mi tío es fotógrafo allí", explica De Lario.
Fruto de toda una vida disfrutando de la Montaña Oriental Leonesa y su gastronomía, no podía faltar en Calabazas de Ibarrondo un hueco para ella, "vendo lo que como, si le gusta a la gente bien y sino también, pero tenemos la suerte de coincidir en los gustos", cuenta entre risas.
Por eso, precisamente, vende algunos de los mejores manjares de su tierra leonesa, chorizo de la Carnicería de Villarfrea, "y el de mi tía montse" apunta, gijas y cecina de la Carnicería Burón, queso de Abuelo Aïtalas, queso de Valdeón, la miel Adrián Cuna del Cea, premiada recientemente... En definitiva, como él mismo destaca, "chorizo y queso de León son apuestas sobre seguro".
Porque ha tenido la suerte "de haber crecido comiendo chorizo y pan, es la cultura que tenemos allí, mi abuelo era muy buen pescador, también comíamos truchas y setas, no hay otro manjar igual", cuenta.
Con ello y con todo lo que produce con sus propias manos, de manera natural, sin químicos y fresco al 100%, porque "no tenemos medios de refrigeración más que la temperatura natural", está teniendo gran éxito no solo entre sus vecinos, sino también en todo Bilbao. "La gente al final es lo que busca, un producto de cercanía, natural y cerca de la ciudad", aclara.
De hecho, varios programas de televisión de RTVE y ETB han contactado con ellos para conocer su proyecto, que más que un trabajo se ha convertido en un modo de vida: "nosotros vivimos como hace 100 años, no tenemos ni alcantarillado".
Sin embargo, llegar hasta aquí no fue fácil porque Calabazas de Ibarrondo era un caserío prácticamente en ruinas. "Estuvo deshabitado durante 20 años, después entraron okupas y estuvo 16 años okupado. Nosotros lo alquilamos en ruinas, sin puertas, sin ventanas, luz ni agua, con todos los arreglos a nuestra costa. Y como tiene 26.000 metros de terreno, junto a mi compañera Mari Carmen empecé a cultivar", relata Javier de Lario.
Pero el esfuerzo ha merecido la pena, cultivan 10.000 metros y los productos no se estropean en el caserío, algunas veces les faltan y se apoyan en la gente de la zona, e incluso practican el trueque. Colaboran con una panadería, venden lotes de carne, y además, son un rincón de la Montaña Oriental Leonesa en pleno Bilbao.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Javier de Lario