Denuncian las trabas para emprender en un pueblo con 21 vecinos en la Montaña Palentina

Denuncian las trabas para emprender en un pueblo con 21 vecinos en la Montaña Palentina.

Dos jóvenes proyectaron una granja de huevos de oca ecológicos en Villaoliva de la Peña con el apoyo de la Junta, pero el Ayuntamiento lo rechaza por las alegaciones de algunos vecinos.

Soraya Rabanal, de Santibáñez de la Peña, se planteó hace un tiempo con su pareja apostar por el emprendimiento, a pesar de tener trabajo fijo en el sector galletero, y hacerlo en la Montaña Palentina. Su idea era instalar una pequeña granja de huevos ecológicos para lo que encontraron una localización perfecta, una nave en Villaoliva de la Peña, un pueblo en el municipio de Santibáñez de la Peña con apenas 21 vecinos. Sin embargo, cuatro años después, siguen peleando por un proyecto que no ve la luz por el rechazo de algunos vecinos. 

Su iniciativa arrancó con un plan de viabilidad que la Junta de Castilla y León recibió con muy buenos ojos, sería la primera granja de este tipo en Palencia y una de las pocas de toda la Comunidad, e incluso cumplía los requisitos de la administración autonómica para recibir subvenciones por suponer inversión, incorporación de jóvenes al sector ganadero, junto a la posibilidad de crear en empleo y asentar población en zonas rurales. Después, localizaron la nave que se amoldaba a sus necesidades en Villaoliva, un espacio que había llegado a albergar unas 700 ovejas y que había cesado su actividad en 2014 por jubilación. 

A continuación, el Ayuntamiento de Santibáñez les concedió la cédula urbanística para llevar a cabo este proyecto sin problema y de manera favorable, y se tramitó un informe a través del servicio de asistencia a municipios de la Diputación de Palencia con el mismo resultado. Tras ello, la pareja invierte en la compra de las instalaciones. 

En el siguiente paso comenzaron a surgir los problemas. Tras informar al alcalde pedáneo de Villaoliva de la Peña, así como a gran parte de sus vecinos, el Ayuntamiento informó en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) acerca del proyecto. El resultado, numerosas alegaciones de algún vecino y de otros muchos desconocidos no residentes ni siquiera en la Montaña Palentina en contra del proyecto.   

Según explica Rabanal, planteaban que su explotación iba a dejar sin agua el pueblo, "aunque el consumo diario equivale al de una vivienda de tres personas"; que provocaría contaminación acústica, que habría peligro por la gripe aviar, que no podrían ir a descansar al pueblo y, "la única justificada, la distancia con el casco urbano" que ha de situarse en 50 metros mientras la nave cuenta con una esquina a 48,5 metros y "nosotros nos comprometimos a anular la esquina tabicando internamente 2,86 metros cuadrados para cumplir con la legalidad". 

La pareja, quiso hablar con los vecinos que estaban en contra para intentar alcanzar una solución, pero la respuesta es que sus "nietos ya no iban a poder venir los fines de semana a estar tranquilos en el pueblo". A esto se suma un nuevo informe desfavorable, aunque no vinculante, de la Diputación de Palencia, institución que en un primer momento sí dio el visto bueno. 

"Estamos parados, no entendemos que un ayuntamiento no promueva el emprendimiento y desarrollo de la zona. Llevamos detrás de ello desde octubre de 2019 y desde la Junta nos están ayudando porque están a favor. Igual al empezar solo estoy yo, pero ¿Quién dice que el día de mañana no necesitamos contratar empleados?", afirma Rabanal.

La decisión está en manos del Ayuntamiento de Santibáñez de la Peña, que en un primer momento consideró oportuno el proyecto y ahora se niega a emitir un informe favorable, a pesar de las soluciones que plantea Soraya Rabanal ante las alegaciones. Por tanto, ante dicho informe desfavorable del consistorio la Junta de Castilla y León, aunque está de acuerdo en el cumplimiento de la legalidad y la viabilidad de la granja de ocas, se ve obligada a dar la iniciativa por desfavorable.

"El problema es la inversión, compré la nave y las instalaciones allí porque me dijeron que no había ningún problema. Ahora ¿Para qué quiero una nave? No sé qué es lo que tienen algo en contra de que se monte", reconoce apenada. La situación es difícil para la pareja, que tenía la ilusión de construir su propio negocio en su tierra, a pesar de tener una vida acomodada con un trabajo fijo en el sector galletero. Pero ya llevan cuatro años peleando con un dinero invertido, y ahora se encuentran con el rechazo de algunos de sus propios vecinos.  

Fuente: Diario de Valderrueda

Fotografía: Soraya Rabanal