"Camino de leyenda, tras los pasos del viajero", por Iñaki A. Lamadrid
"Camino de leyenda, tras los pasos del viajero", por Iñaki A. Lamadrid.
La nueva sección de Diario de Valderrueda "Senderos a lo alto", impulsada por Marina Díez Fernández, sigue mostrando el homenaje literario de varios escritores a nuestra tierra y nuestra montaña.
Cuando un amante de la montaña es también escritor y filólogo nacen libros como Camino de leyenda, tras los pasos del viajero. Hoy Iñaki nos muestra un trocito de ese recorrido que hace por el Curueño a través de las páginas de su obra.
Fragmento de Camino de leyenda, tras los pasos del viajero
Antes de seguir remontando el río, desde Nocedo parte una carretera en una trepidante subida de curvas y más curvas hasta el pequeño pueblo de Valdorria, al que he aludido antes. Es un trayecto que he hecho muchas veces en coche, y al menos una andando (de subida y de bajada) y digo al menos, porque de una estoy seguro, y si ha habido más mi cabeza las ha olvidado. Qué tortura. Sin embargo, una vez arriba, el pueblo de Valdorria ofrece al visitante unas vistas espectaculares de la montaña central leonesa, y brinda la oportunidad de seguir una pequeña ruta de peregrinación hasta la ermita de San Froilán, en la montaña, en un enclave sin parangón.
Consiste un camino, tallado en parte en la roca y que cuenta, según dicen, con 365 escalones, por los que llevan al santo en peregrinación el 5 de octubre, San Froilán. Yo no soy mucho de santos, ni mucho ni poco, pero hay que reconocer que supieron elegir un enclave para la ermita que raya lo místico.
De vuelta en Nocedo, salimos del pueblo siguiendo la carretera, adentrándonos más y más en las majestuosas Hoces del Curueño. La perspectiva de tantas montañas y con tanto desnivel es abrumadora. He visto a multitud de gente perder el habla, mirar hacia arriba con la boca abierta, y a más de un aguerrido escalador contemplar este paisaje por primera vez y querer venirse a vivir aquí, admirando con deseo cada cima, cada canal, cada tapia, cada resalte. Y he creído que le iba a salir espuma por la boca al darse cuenta de que necesitaría más de una vida para poder hacer toda la actividad que está pensando que se puede hacer aquí.
Vídeo y fotografía: Iñaki A. Lamadrid
Escribe tu comentario