Los 'secretos' del Roscón de Reyes artesano de Casa Chucho en Boñar
Los 'secretos' del Roscón de Reyes artesano de Casa Chucho en Boñar.
Aunque su fama se la han dado los míticos 'chuchos', el obrador con un solete Repsol elabora en torno a 400 unidades de este postre tradicional.
El Roscón de Reyes es uno de esos dulces imposibles de replicar en casa, su elaboración artesanal tiene ese "no se qué, que qué se yo" conocido tan solo por los obradores más tradicionales, como es el caso de la confitería-pastelería Casa Chucho en Boñar.
Aunque famoso por sus típicos 'chuchos', esos exquisitos hojaldres elaborados con deliciosas láminas de almendra rellenas de cabello de ángel y aderezadas con azúcar glas, el obrador con un solete Repsol elabora en torno a 400 unidades de este postre tradicional a partir de la alabada masa madre.
"El secreto... Contar con ingredientes de primera calidad y mucho amor, eso lo primero, además somos un obrador artesanal y tradicional, y hace mucho la mano del maestro pastelero, el hecho de hacerlos de pocos en pocos y con mucho cuidado", cuenta Belén Barba González, la tercera generación al frente de Casa Chucho.
Entre los ingredientes básicos para empezar están la levadura, el agua, la sal y la harina, y tal y como explica Belén Barba, "con ello hacemos la masa madre. Después de que esté fermentada le añadimos leche, huevos, mantequilla, más harina y azúcar. Todo ello se bolea, se fermenta y se prepara, y cuando está formado se decora con frutas escarchadas para pasar a cocer. Al terminar decoramos con gelatina de manzana para que brille y con unos granitos de azúcar".
Y según el gusto del consumidor, en este establecimiento regido por artesanos pasteleros de la Montaña Oriental Leonesa, se sirve relleno de crema, de chocolate, de nata o sin rellenar, estos dos últimos los favoritos de los boñarenses. Por último, no pueden faltar el haba y el rey, al igual que la corona, para cumplir con la tradición.
Historia del Roscón
El origen del roscón de Reyes se remonta a las fiestas de las saturnales, dedicadas al dios Saturno y celebradas por los romanos coincidiendo con el solsticio de invierno para dar la bienvenida a un nuevo periodo de luz, al comenzar los días más largos, y poner fin al duro trabajo en el campo.
Para la celebración elaboraban unas tortas redondas con higos, dátiles y miel en las que se introducía un haba seca. Estas eran repartidas entre plebeyos y esclavos, y aquel que encontraba en el dulce el haba era nombrado 'rey de reyes' durante un tiempo, un premio relevante principalmente para los esclavos, que quedaban libres durante las saturnales.
Sin embargo, con la llegada del cristianismo el roscón quedó en el olvido, excepto en Francia, donde se conservó bajo el nombre del 'rey del haba'. Más tarde, en el siglo XVIII, Luis XV le dio el empujón definitivo a la tradición escondiendo una moneda dentro y extendiéndolo entre la corte, mientras que en España fue su tío Felipe V quien introdujo el roscón de nuevo, convirtiéndose en una fiesta popular que terminó uniéndose a la celebración del día de los Reyes Magos.
En la actualidad, quien encuentra el haba se lleva el "castigo" de pagar el roscón, y aquel que da con la figura de un rey es coronado. Además, se ha innovado y algunos roscones, como el de la Confitería Conrado de La Bañeza, llevan increíbles premios económicos.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Casa Chucho