Los bosques más fascinantes de la Montaña Oriental Leonesa
Los bosques más fascinantes de la Montaña Oriental Leonesa.
Auténticas joyas botánicas se esconden en sus valles y laderas, algunos son zona de Reserva del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre, y otros, en Picos de Europa, Patrimonio de la Humanidad.
La Montaña Oriental Leonesa conserva bosques fascinantes, auténticas joyas botánicas con ejemplares de gran valor. Algunos son zona de Reserva del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre, como el Bosque de Hormas y el de Pardomino; mientras que los hayedos de Asotín y Cuesta Fría, en los Picos de Europa leoneses, han conseguido el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad.
BOSQUE DE HORMAS
Se encuentra situado en ladera sur de la Sierra de Hormas, entre los municipios de Riaño y Boca de Huérgano, y constituye una de las zonas de reserva del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre. Se trata de una masa forestal prácticamente inalterada por el hombre y con un altísimo valor ecológico, formada por hayas, roble albar, y acebos principalmente, aunque también podemos encontrar en él avellanos, abedules, serbales de los cazadores y mostajos. Constituye, además, el hogar perfecto para uno de los animales más emblemáticos de la zona, el oso, y es refugio de especies tan protegidas como el urogallo y el lobo y el mencionado oso pardo.
Para acceder a él es necesario pedir previamente autorización al Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.
BOSQUE DE PARDOMINO
Otro espacio que está catalogado como zona de reserva del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre es el impactante Bosque de Pardomino, una extensa masa forestal que alcanza las dos mil hectáreas. Se sitúa en el Alto Porma, entre los municipios de Boñar y Reyero, y está dominado todo él por árboles centenarios de distintas especies, como robles, hayas, abedules y acebos. Su valor ecológico es enorme tanto por su riqueza faunística como por su gran variedad botánica, y está considerado uno de los bosques mejor conservados de Europa.
Para acceder a él es necesario pedir previamente autorización al Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.
EL PINAR DE LILLO
El Pinar de Lillo es uno de los más importantes de la península ibérica del género pino silvestre, uno de los bosques mejor conservados de la Cordillera Cantábrica, además de uno de los pocos pinares autóctonos que se conservan en la Península Ibérica. Por ello, y por sus altos valores ecológicos debido a su gran diversidad de flora, hongos y fauna, está declarado también como zona de reserva del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre.
Se encuentra en el Alto Porma, dentro del municipio de Puebla de Lillo, y tiene una antigüedad de unos 4.000 años, lo que le convierte también en una singularidad en el sur de Europa, que marca el límite occidental del pino silvestre autóctono. Además, aunque es un pinar, acoge también otras especies de la zona como robles, hayas y acebos, lo que da lugar a un ecosistema fascinante. Para acceder a él es necesario pedir previamente autorización al Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.
SABINAR DE CRÉMENES
De nuevo nos vamos a una zona de reserva del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre, el Sabinar de Crémenes, una reliquia viviente de los bosques que existieron en épocas frías del Cuaternario que se encuentra ubicado en la ladera caliza existente entre dicha localidad y Las Salas. Es también uno de los sabinares más occidentales de Europa, y destaca por ofrece un paisaje único entre ejemplares de Sabinar albar que crecen sobre sustratos calizos.
En él podemos encontrar también alguna encina carrasco o quejigo, junto a un estrato arbustivo compuesto por sabinas rastreras y enebros. Para acceder a él es necesario pedir previamente autorización al Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.
HAYEDO DE ARGOVEJO
Otros de los paisajes más fascinantes en la Montaña Oriental Leonesa son los hayedos, entre los que destaca el milenario hayedo de Argovejo, uno de los más visitados por su belleza y por el mágico entorno que crean sus arroyos y cascadas. La visita es especialmente recomendable durante el otoño, cuando lo invaden los colores ocres y anaranjados, aunque cualquier época del año es buena para sumergirse en este mundo digno de las ninfas de la mitología leonesa.
HAYEDO DE TRONISCO
El Hayedo de Tronisco, en Cofiñal, es otro de esos enclaves singulares dentro del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre y uno de los rincones con mayor encanto del Alto Porma. Adentrarse en él permite descubrir increíbles estampas que ganan con la llegada del otoño, cuando los tonos anaranjados y ocres lo inundan.
Para recorrerlo, existe una ruta de senderismo circular con inicio en el área recreativa a las afueras de Cofiñal. Esta se dirige por la carretera del Puerto de las Señales para desviarse hacia la derecha, donde comienza el hayedo de Tronisco.
HAYEDO DE CUESTA FRÍA
En el Valle de Valdeón, dentro del Parque Nacional de los Picos de Europa, se encuentra esta auténtica joya de la naturaleza que está declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 2017. Se sitúa en la vertiente meridional del Macizo Occidental, al pie de las cumbres calizas de los Moledizos, y ocupa una abrupta ladera en la cabecera de la cuenca del río Dobra.
Deslumbra por su estado de conservación y sus espectaculares ejemplares de hayas, que ya eran testigos de la historia del Valle leonés hace cientos de miles de años. Aunque, curiosamente, el árbol más reconocido de este hayedo es un imponente roble, conocido como el Roblón de Cuesta Fría, que alcanza los 7 metros de perímetro. Se puede acceder a Cuesta fría a través de la Vega de Vegabaño, desde la vecina población de Soto de Sajambre.
HAYEDO DE ASOTÍN
Junto al Hayedo de Cuesta Fría, el de Asotín es el segundo declarado Patrimonio de la Humanidad en el Valle de Valdeón, dentro de la vertiente leonesa de Picos de Europa. Se encuentra encajado a mitad de la canal de Asotín, que da acceso hacia Collado Jermoso, en el Macizo Central del Parque Nacional.
El acceso a esta maravilla natural es bastante complicado y requiere de práctica montañera, lo que hace pensar que su remota ubicación es el motivo de su excelente estado de conservación. Para llegar, hay que realizar una caminata de unos 50 minutos desde Cordiñanes por la conocida como Senda de la Rienda, un viejo sendero utilizado por pastores y lugareños que ahora es la vía más empleada para alcanzar Collado Jermoso.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Archivo - DDV; Javier Díez Barrera; Bicho Producciones; Ayuntamiento de Posada de Valdeón
Hayedo de Tronisco - Terranostrum
Hayedo de Argovejo - Turismo Montaña de Riaño