La ashwagandha: ¿cómo tomarla y cuáles son sus propiedades?
La ashwagandha, también conocida como withania somnifera, es una planta medicinal de la tradición india. Se trata de un arbusto de hoja perenne que crece en Asia y África y cuya parte medicinal es la raíz. Las propiedades farmacológicas de la ashwagandha como adaptógeno y antiinflamatorio vienen derivadas de su composición. La raíz de la ashwagandha contiene alcaloides y fitosteroles, como withanólidos y witaferina A.
Propiedades de la ashwagandha
La ashwagandha tiene múltiples propiedades y las veremos en detalle en esté artículo sobre sus beneficios. Vamos a mencionar algunos de los más resaltantes.
1. Es un excelente adaptógeno
La ashwagandha es un adaptógeno porque cumple con los tres criterios que definen a esta categoría de sustancias:
- No tiene una respuesta específica en el organismo. Es decir, no es un estimulante ni un sedante, sino que su efecto depende de las necesidades del organismo.
- Debe poder mejorar la tolerancia de cualquier estresor. Esto significa que puede ayudar al organismo a adaptarse a diferentes tipos de estrés, tanto físicos como psicológicos.
- Libera una hormona llamada cortisol, cuyos niveles elevados pueden repercutir en la salud.
- Actúa sobre el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HHS), que es el sistema encargado de regular la respuesta al estrés.
2. Es antioxidante y antiinflamatorio
La ashwagandha es antioxidante y antiinflamatorio porque contiene una serie de compuestos con propiedades como las siguientes:
- Ginsenosides: son los compuestos activos principales de la ashwagandha con extraordinarias propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antiestrés.
- Polifenoles: contiene una variedad de polifenoles, como la catequina, la epicatequina y la procianidina.
- Saponinas: contiene una variedad de saponinas, como la withanolide A, la withanolide B y la withanolide D.
3. Es un estimulante del sistema inmunológico
En concreto, la ashwagandha tiene los siguientes efectos beneficiosos sobre el sistema inmunológico:
- Aumenta la producción de células inmunes: puede aumentar la producción de células inmunes, como los linfocitos T y B.
- Aumenta la actividad de las células inmunes: aumenta la actividad de las células inmunes, lo que les permite funcionar mejor.
- Reduce la inflamación: tiene propiedades antiinflamatorias, por lo que puede ayudar a reducir la inflamación y fortalecer el sistema inmunológico.
4. Mejora el sueño y reduce el estrés y la ansiedad
El estrés dificulta el sueño y aumenta los niveles de ansiedad. La ashwagandha está indicada por su influencia en la reducción de la ansiedad y el estrés, por lo que evidentemente, puede ayudar a mejorar la calidad del sueño.
La ashwagandha tiene los siguientes efectos beneficiosos:
- Ayuda a aumentar la producción de melatonina, lo que puede ayudar a mejorar la calidad del sueño.
- Ayuda a reducir la producción de cortisol, lo que permite reducir el estrés y la ansiedad.
- Aumenta la producción de GABA que es un neurotransmisor que ayuda a relajar el cuerpo y la mente.
- La ashwagandha puede ayudar a aumentar la producción de DHEA que es una hormona que tiene propiedades antiestrés y antidepresivas.
Cómo tomar la ashwagandha
La ashwagandha se puede tomar en forma de polvo, extracto, cápsulas o tintura. La dosis recomendada de ashwagandha para adultos es de 250 a 500 mg por día.
Si se toma en forma de polvo, se puede mezclar con agua, leche o jugo. Si se toma en forma de extracto se puede diluir en agua, zumo o tomar directamente. Si se ingiere en forma de cápsulas,se debe tomar con un vaso de agua.
Precauciones
La ashwagandha es generalmente segura para todos, pero así como debe hacerse con cualquier tipo de medicamento, es muy importante consultar a un médico antes de comenzar a tomarla, mucho más, si se tiene alguna condición particular de salud.
En específico, la ashwagandha puede interactuar con algunos medicamentos, como los recetados para la diabetes, la presión arterial y la ansiedad. También se recomienda evitar tomar ashwagandha durante el embarazo o la lactancia.
La ashwagandha es una planta segura y bien tolerada por la mayoría de las personas. Sin embargo, siempre es necesario tomar precauciones, hacer consultas profesionales y no consumir el producto en exceso.