Lois, el espectacular y señorial pueblo escondido en la Montaña Leonesa

Lois, el espectacular y señorial pueblo escondido en la Montaña Leonesa. 

De noble cuna y con el río Dueñas como banda sonora, suma un importante patrimonio, desde la imponente Catedral de la Montaña hasta su afamada Cátedra de Latín.

Escondida en la Montaña Oriental Leonesa se encuentra la localidad de Lois, de noble cuna y aspecto señorial, que en su pequeña extensión conserva uno de los mayores patrimonios culturales de la Provincia de León. Su origen bajo el nombre actual se sitúa en el Siglo X, pero mucho antes ya estaban poblados estos montes, que pudieron formar parte de la antigua Vadinia, una ciudad celta cuya ubicación es todavía desconocida.

Tanto es así, que Lois, en el municipio de Crémenes, es el territorio donde mayor número de lápidas vadinienses se han encontrado. Un patrimonio histórico al que se suman la imponente Catedral de la Montaña, sus casas señoriales, la Escuela de Primeras Letras, la Cátedra de Latín, que estuvo en funcionamiento durante más de dos siglos; o la Casa del Humo. Por no hablar del entorno natural, a 1.200 metros de altitud, que lo convierte en un pueblo de ensueño. 

Si paseas por sus calles podrás reconocer la nobleza de sus construcciones, fruto de su época má floreciente, cuando en el siglo XVI albergó a numerosas familias nobles que construyeron allí sus palacios. Existieron allí cuatro mayorazgos de los que se han heredado soberbias casas: El Palacio de los Castañones (S. XVIII); la casa de los Álvarez, que fundaron el Mayorazgo en 1594; el Palacio de los Álvarez Acevedo, cuyo Mayorazgo fue instituido en 1668; y el suntuoso Palacio de los Álvarez Reyero, con varios blasones junto a inscripción de su fundación en 1795.

El Palacio de los Castañones (S. XVIII), construido por el obispo D. Francisco Castañón; la casa de los Álvarez, que fundaron el Mayorazgo en 1594; el Palacio de los Álvarez Acevedo, cuyo Mayorazgo fue instituido por D. Diego Álvarez Acevedo en 1668; y el suntuoso Palacio de los Álvarez Reyero, con varios blasones junto a inscripción de su fundación en 1795 por D. Baltasar Álvarez Reyero, Coronel y Regidor Perpetuo de la Ciudad de la Plata en Perú.

Pero sin duda, fue en el siglo XVIII cuando alcanzó su mayor desarrollo de la mano de los Rodríguez Castañón, que convirtieron Lois en un referente cultural al fundar la Escuela de Primeras Letras y su propia Cátedra de Latín, ante su gran preocupación por la formación de los vecinos. La primera se creó con los albores del siglo, en 1701, impulsada por el primero de la saga, Pedro Rodríguez Castañón, como escuela para los niños pobres; y la segunda en 1740 por Jerónimo Rodríguez Castañón, que llegó a ser conocida como 'la Universidad de la montaña'. 

Esta Cátedra de Latín estuvo en funcionamiento durante más de dos siglos, y reproducía los métodos de enseñanza de la Universidad de Alcalá para los niños de Lois, Maraña y toda la comarca. De hecho, algunos de sus alumnos alcanzaron posteriormente puestos de responsabilidad en distintas disciplinas, y otros continuaron como ganaderos y agricultores, en mejor situación por sus conocimientos. 

Pero sin duda, si por algo es reconocido Lois es por su Catedral de la Montaña, una iglesia parroquial levantada en el siglo XVIII y cuyas obras, que se completaron en Se completó en 1764, estuvieron patrocinadas por el mencionado Jerónimo Rodríguez Castañón, junto a sus parientes los obispos Francisco y Juan Manuel Rodríguez Castañón, y el también prelado Antonio Álvarez Acevedo. 

Su particular tono rosa, que le da una apariencia espectacular a su colosal figura, se debe a la piedra con la que se construyó, la piedra caliza de la zona de mármol rojo veteado. Su arquitecto fue el maestro mayor de la Catedral de Toledo, Fabián Cabezas, que proyectó una construcción de estilo tardo-clasicista, que junto a sus retablos, tallas y orfebrería, constituye un conjunto verdaderamente fantástico. 

Y por último, pero no menos importante, es reseñable la Casa del Humo, una edificación que se rehabilitó conservando la arquitectura montañesa tradicional en la Montaña de Riaño y Mampodre. En estas casas, como se puede observar en la construcción de Lois, no había chimenea y la cubierta era de paja. El humo se filtraba a través del techo dando lugar a una capa negra, a su paso, que funcionaba como aislante del exterior. En ella, además de revivir la vida tradicional de sus antiguos 'paisanos', se exhiben muestras y exposiciones. 

La cultura y el patrimonio corre por sus calles, como el agua que calmó la sed de sus antiguos pobladores por llevar el nombre de Lois por todo el mundo y convertirlo en un referente. 

Fuente: Diario de Valderrueda

Fotografía: Archivo - Lois, Lidia del Banco; Archivo - Cátedra, y Casa del Humo de Lois