Trucos para divorciarse y no arrepentirse después
La promesa del amor eterno es uno de los compromisos más bellos que podemos hacer a lo largo de toda nuestra vida. Cuando tomamos la decisión de dar un paso en firme en la relación de pareja, para formalizarla con el matrimonio, pensamos que el cariño que nos tenemos va a durar para siempre, es decir, que nada ni nadie nos podrá separar jamás. No obstante, el paso de los años suele convertirse en un verdadero reto, que puede resultar muy complicado de superar. Porque el romanticismo está muy bien, pero cuando la realidad llega, son muchos los matrimonios que se desvanecen. Ante tal situación, es importante actuar con cautela y tomarse las cosas con calma, asegurando que la decisión tomada sea definitiva, y no nos traiga arrepentimientos.
¿Realmente es necesario el divorcio?
Esta es la primera pregunta que te debes hacer. Puede que los problemas hayan salido a la luz y que pienses que el daño es irreparable, no obstante, te animamos a que hagas pruebas para tener claro como saber si debo separarme test. De este modo, podrás plantear todos los interrogantes adecuados, para averiguar si efectivamente poner fin al matrimonio es la mejor opción.
Sí, las discusiones pueden hacer que el amor se tambalee, también los conflictos económicos, por no hablar de la pérdida de confianza. Una serie de problemas que poco a poco van calando en la pareja, haciendo que el vínculo inicial se vaya estropeando. Sin embargo, con todo esto, toca buscar soluciones para cada situación que se pueda estar viviendo.
El divorcio es la opción más radical, es romper con todo para empezar de cero, en muchas ocasiones, no hay más remedio, y no por ello hay que hacer un gran drama. Eso sí, si lo haces, asegúrate de que no pones la vista atrás, algo para lo que es necesario valorar previamente todas las posibilidades que puedan ayudar a salvar el matrimonio.
La importancia de una buena comunicación
Uno de los trucos antes de divorciarse más efectivos, es cambiar la dinámica de comunicación con la pareja. ¿A cuántas personas les pasa que un día se despiertan y creen no conocer a quien tienen al lado? Es algo completamente habitual en los matrimonios, sobre todo, si tenemos en cuenta lo mucho que vamos cambiando conforme pasan los años.
En este orden de ideas, es fundamental conectar y recuperar esa pasión por escuchar y entender a nuestro compañero o compañera de vida. Nada de estar a la defensiva o actuar desde el rencor o los miedos, todo lo contrario, el objetivo es entender a quien amamos, para así recuperar esa confianza mutua que se ha ido perdiendo con el tiempo.
Esto es especialmente relevante cuando hablamos de la vida sexual. Las relaciones matrimoniales son un factor clave para la supervivencia del matrimonio y, a menudo, ambas partes llegan a una situación de insatisfacción por miedo a contar las fantasías que tienen. Hablar puede ayudar a solucionar las cosas, aportando ese factor extra de pasión que tanto estaba complicando la rutina diaria.
Déjate asesorar por las personas adecuadas
Es importante rodearse de las personas adecuadas cuando se está pasando por una mala racha. ¿Conoces el tópico de las suegras que destruyen matrimonios? Bien, pues no siempre es una exageración. Y es que cuando hablamos con un ser querido, tendemos a contar solo nuestra versión, y dichas personas, sobre todo las madres, suelen opinar desde cierta subjetividad.
No dejes que esto ocurra y relaciónate con personas objetivas, como lo puede ser un abogado de familia. Estos profesionales se encargan de lidiar con todas las gestiones relacionadas con el divorcio, sin embargo, su papel empieza antes incluso de comenzar con la separación. Se trata de un especialista que te dará un punto de vista diferente, para que adquieras una visión general de tu matrimonio.
Al igual que los abogados, los psicólogos también pueden suponer una ayuda radical para salvar la relación. De hecho, la terapia de pareja es uno de los servicios más destacados en esta rama sanitaria. Con esto en mente, si a pesar de todos los esfuerzos, el matrimonio es insalvable, entonces no quedará más remedio que acudir a un buen abogado y proceder con la separación definitiva.