¿Es ético rastrear a alguien a través de su celular?

Puede parecer difícil de creer, pero en la actual era digital localizar personas sin que lo sepan es realmente sencillo. Y todo esto es gracias a la tecnología.

Mucho antes de que Whatsapp y Telegram activaran esta nueva función, en el mercado ya existían una gran multitud de opciones en lo que se refiere a apps de rastreo por GPS, seguimiento de mensajería y llamadas. Los software de rastreo de teléfonos celulares pueden ayudar a cualquiera a espiar el teléfono de otra persona sin su conocimiento.

La legalidad de estas aplicaciones es compleja de explicar. De ser usadas de forma ilegal, el usuario puede y debe ser condenado, sin embargo, el software como tal no es ilícito. Hay distintas maneras de utilizar sus funciones, y es cierto que pueden existir motivos legítimos para hacerlo. Estas aplicaciones pueden ser de gran utilidad para los padres que necesitan supervisar la ubicación de sus hijos o su actividad online. Esto puede aplicar también a familias buscando cuidar a miembros mayores del hogar. Además, directores de importantes empresas pueden usarlos para mantener la privacidad y la seguridad de los datos de sus compañías. Es más, estas aplicaciones pueden ser incluso empleadas para encontrar un teléfono celular perdido, o hasta robado.

¿Cuáles son los métodos de rastreo celular y cómo funcionan?

Los teléfonos Android son populares entre muchas personas. Sin embargo, no todos saben que estos celulares poseen una función de GPS preinstalada que puede activarse para conocer la ubicación de su usuario. Además, existen maneras de rastreo a través de correos electrónicos asociados a cuentas de Google.

Sin embargo, los métodos de rastreo más populares hoy en día son las aplicaciones móviles. Estos spywares pueden conseguirse en cualquier playstore, sea gratuitamente o pagando. Para utilizarlos, el sistema operativo del usuario debe ser compatible con la app, y debe poseer un buen sistema GPS. A continuación, solo se necesita el número de teléfono y el código del área de la persona a la cual se desea rastrear.

Estos servicios pueden ser increíblemente discretos, capaces de mantener un registro de llamadas, localización satelital y las más avanzadas ofrecen incluso intercepción de llamadas y atención al cliente las 24 horas del día, 7 días a la semana.

Algunas de las aplicaciones más populares son:

DondeEsta family: un software especializado en la ubicación de los más pequeños, utilizado comúnmente para los niños que vuelven solos a casa.

mSpy: un software pago el cual está diseñado para trabajar de forma indetectable en cualquier sistema operativo.

Cocospy: funciona en modo sigiloso, sin descargar la batería del teléfono, y proporciona la localización de la persona a través de GPS y wifi.

Hoverwatch: al igual que la anterior, también funciona en modo discreto, siendo capaz de grabar llamadas y acceder al historial de internet del teléfono intervenido.

Geofinder-mobil: funciona con todo tipo de dispositivos y está disponible en todo el mercado internacional, ofreciendo una ubicación exacta.

MobiStealth Pro: una aplicación que posee distintas funciones, desde tener acceso los datos y navegación, hasta conocer la ubicación en tiempo real.

El problema ético de las aplicaciones de seguimiento y rastreo

Indudablemente, el imparable desarrollo de la tecnología ha cambiado los hábitos y comportamientos del ciudadano promedio, a veces de forma positiva, y otras de forma negativa.

Para muchos no es una novedad que desde hace muchos años grandes compañías basadas en el internet han empezado a obtener beneficios financieros del así llamado espionaje tecnológico, siendo Facebook y su demanda de parte de Winston Smith sobre la venta de sus datos privados de navegación, un gran precedente. Con los tracking cookies, la venta de datos en internet, el rastreo de navegación para la creación de targeted adds, cualquiera diría que la realidad ha comenzado lentamente a transformarse en una especie de tributo a la novela orwelliana, 1984.

Los sistemas de seguimiento en los dispositivos electrónicos, en una era en que el teléfono se ha convertido casi en una extensión del ser humano, son una profunda invasión a la privacidad. Sin embargo, esto no impide que en muchas ocasiones estas aplicaciones cumplan funciones importantes y, a veces, necesarias. Esto crea el debate en sí es o no ético utilizarlas, es o no ético que grandes empresas conozcan la información más íntima de las personas.

La respuesta seguramente se encuentra también en el internet. En el año 2019 40 grandes empresarios firmaron una declaración digital en el Foro de Davos, estableciendo una serie de principios con la misión de crear una Ética Digital. La misma establece que el desarrollo tecnológico es una parte integral en el desarrollo educativo a nivel mundial, así como un importante beneficio para toda la sociedad. Y, sin embargo, también establece que el respeto a la privacidad ciudadana, incluidas sus datos, de forma responsable y segura es primordial para estas innovaciones.

¿Cambiará esto la manera en que se utilizan este tipo de aplicaciones? ¿Cambiará la forma en que grandes empresas como Google, Whatsapp o Facebook manejan la información? Seguramente solo el futuro lo dirá.