El trasgu encandila a los niños en la ruta mitológica de Carande
El trasgu encandila a los niños en la ruta mitológica de Carande.
Decenas de pequeños y mayores disfrutaron de la música, del ambiente primaveral y de los personajes de nuestra mitología recorriendo esta zona de la Montaña de Riaño.
Niños y mayores disfrutaron por igual con un recorrido teatralizado por la ruta mitológica de Carande, que tuvo lugar el domingo y en la que cobraron vida durante unas horas los personajes más famosos de nuestra mitología.
La primavera fue la anfitriona en la Montaña de Riaño y Mampodre, representada en la persona de Camino Gutiérrez, que se encargó de presentar la ruta a todos los participantes, unos 75 entre adultos y niños. Como primavera, dio a conocer algunas de las plantas más icónicas de la zona, como la caléndula, la gamonita, los dientes de león o los tréboles.
Antes de arrancar, los rabelistas Javier y Tere contribuyeron a la creación de un ambiente mágico, animando a todos a cantar. Después, para hacer más fácil el camino, los gaiteros Feliciano y Jandro tocaron mientras los senderistas leían el cartel para no perderse y daban comienzo a la ruta.
Aunque el tiempo quiso dar un susto y unas gotas de agua mojaron ligeramente a los visitantes, no impidió que se detuvieran en el tunel de avellanos para difrutar una vez más de la música del rabel. Mientras tanto, un ruido puso en alerta a los niños... ¡La vieja del monte! Apareció por el lugar para contarles su historia y les habló de la tradición leonesa de recoger gamones para dar de comer a los cerdos.
No podía faltar su cesta llena de rosquillas, nueces y manzanas que hicieron las delicias de los más pequeños, que danzaron y rieron al son de la música. La vieja del monte se encargó de acompañarles hasta su propia estatua, donde repartió un mazapan entre los asistentes.
Sin embargo, el personaje favorito de los niños fue el trasgu, que apareció por la zona del hayedo de Valdecolina. Se trata de un duende que, según la leyenda, entra en nuestras casas cuando dormimos para divertirse de una manera muy particular, limpiando, barriendo y colocando las cosas en su sitio. El duende sorprendió a los niños mientras sonaba la gaita y les gustó tanto que al despedirlo preguntaban "¿Pero ya no va a volver el trasgu?".
A lo largo de la ruta, la primavera iba contando curiosidades y dejó a todos boquiabiertos al explicar que en Carande también reciben la visita del oso pardo, pero que no había que tener miedo porque con el ambiente festivo de la ruta no se iba a acercar.
Los senderistas llegaron entonces al lugar donde habita la moura, acompañados del sonido de una flauta. Al llegar a la laguna descubrieron allí a la moura, la ninfa de las aguas. El entorno, la música de los gaiteros y el relato de la moura crearon un ambiente mágico.
Para culminar, todos juntos subieron al Mirador del Reñuberu, donde aprovecharon para descansar mientras sonaban los rabeles. Allí, el grupo se hizo una foto para grabar en su memoria los momentos vividos.
La ruta fue un éxito que encandiló a todos los asistentes, especialmente a los niños. Antes de descender, desde el mirador gritaron juntos bien fuerte "Viva la montaña, ¡Viva!", y pusieron rumbo al pueblo donde se dispersaron para comer y regresar a casa.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Carlos Álvarez Alvarado y Camino Gutiérrez
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