El taller de pandereta desborda todas las previsiones en Riaño
El taller de pandereta desborda todas las previsiones en Riaño
Decenas de participantes vivieron ayer en la localidad leonesa la magia de este "instrumento social" con el grupo 'Pandereteras Ruxideira'.
La concejalía de Cultura y Servicios Sociales del Ayuntamiento de Riaño, al frente de la cual está María del Camino Gutiérrez, había organizado una novedosa y singular actividad para la tarde de ayer sábado, 25 de enero.
La actividad consistía en un taller para poner en valor la pandereta como instrumento social. Las incógnitas eran muchas porque se trataba de una actividad cultural muy poco común. Con estos precedentes se esperaba una participación más bien escasa. Sin embargo, la cifra rondó los cuarenta participantes, una cifra que desbordó todas las previsiones.
La participación del grupo Pandereteras Ruxideira tuvo mucho que ver en el gran éxito de este primer taller dedicado a este popular instrumento popular, uno de los más comunes en la música tradicional. Las pandereteras de Ruxideira compartieron su arte y su sabiduría con los numerosos asistentes, llegados de diferentes puntos de la Montaña de Riaño, e incluso de lugares más alejados como Guardo, en el norte de Palencia. Se mostraron los muchos y diferentes sonidos que se pueden conseguir de ese instrumento de percusión, las diferentes formas de agarrar y manejar el instrumento, los materiales con los que se fabrica y hasta los diferentes instrumentos que pueden variar y cambiar de nombre según tamaño y formas.
Pero sin lugar a dudas, la parte más divertida para los asistentes fue coger una pandereta y tocar sin conocimientos previos. Demostraron gran interés y fueron capaces de tocar ritmos muy básicos, lo cual evidenciaba su satisfacción. También se entonaron cánticos a coro de temas muy populares, consiguiendo un profundo ambiente musical, muy del agrado de las monitoras de Ruxideira, que hicieron un gran esfuerzo para estar en Riaño e impartir el taller.
“La idea del taller surgió para presentar la pandereta como un instrumento social porque son los sonidos de nuestra tradición. Se hizo para recuperar esos sones y también para poner en valor lo que significa la pandereta dentro nuestra tradición como un instrumento vertebrador de lo que era el ocio y la diversión dentro de las sociedades rurales”, nos dice Camino Gutiérrez. “El taller está enmarcado dentro de un proyecto mucho más amplio ya que se pretende seguir enseñando pandereta siempre que haya demanda, con una frecuencia semanal o quincenal y haya disponibilidad de profesores para impartir las clases. El proyecto es extrapolable a otros ayuntamientos y con otros instrumentos y ha sido aceptado recientemente por Diputación como un proyecto social. El taller de hoy ha sido un rotundo éxito y se nos ha ido de las manos en cuanto a participación. Queremos que la gente experimente que la pandereta es un instrumento que proporciona grandes beneficios para la motricidad, para la coordinación, para la memoria. Es un ejercicio muy completo para las personas. Por eso lo hemos hecho ahora. Es para las personas que viven en este entorno rural durante todo el año, sin prejuicio de que se puedan hacer también en verano”.
El grupo Ruxideira lo componen tres expertas pandereteras con larga trayectoria en la música tradicional leonesa. Además de manejar la pandereta con evidente maestría, hacen temas vocales tradicionales a dos voces, con arreglos personales y ritmos muy variados como jotas, titos o corridos.
Xana, que hace de presentadora y coordinadora del grupo, tiene una gran experiencia y colabora con otras formaciones musicales como Son del Cordel, el excelente grupo leonés experto en música tradicional, con quien realiza conciertos por toda la provincia, y con el que ha grabado varios discos.
El Taller de Pandereta como Instrumento Social tuvo lugar en el salón multiusos del Ayuntamiento de Riaño, con la colaboración especial de la Asociación de Mujeres “Santa Águeda” y la Asociación Cultural de Carande, algunos de cuyos socios estuvieron presentes en el taller.
Fuente: Enrique Martínez Pérez
Fotografía: Enrique Martínez Pérez