Cueva de los Franceses, un tesoro geológico en plena Montaña Palentina
Cueva de los Franceses, un tesoro geológico en plena Montaña Palentina.
La única cavidad visitable en la provincia conserva un inaudito paisaje subterráneo de alagmitas, estalactitas y columnas, al que se suma una atmósfera de cuento con la iluminación ambiental.
La Cueva de los Franceses, situada cerca de Revilla de Pomar y dentro del Espacio Natural de Covalagua, que forma parte a su vez del Geoparque Mundial de Las Loras, es un auténtico tesoro geológico en plena Montaña Palentina.
Se trata de la única cavidad visitable en la provincia y conserva un inaudito paisaje subterráneo de alagmitas, estalactitas y columnas, al que se suma una atmósfera de cuento con la iluminación ambiental.
Fue dada a conocer en 1904 por don Luciano Huidobro, sacerdote, catedrático y erudito local; y se le dio el nombre de Cueva de los Franceses por haber sido el lugar en el que se lanzaron los cuerpos de los soldados galos caídos durante un combate entre las tropas napoleónicas y un destacamento de húsares cántabros, que tuvo lugar en el páramo de la Lora en plena Guerra de la Independencia.
Entonces el acceso se realizaba por una sima de 6 metros de profundidad que se abre en medio de un impactante páramo calizo, por ello, ante el interés que despertaba y las numerosas visitas que recibía la gruta, en 1972 arrancaron las obras de acondicionamiento para su desarrollo turístico.
Los trabajos se prolongaron a lo largo de dos años para perforar un túnel artificial perpendicular al recorrido de la caverna, horadando en la caliza más de 60 metros. Posteriormente y debido a esta actuación, en 1981 fue necesario llevar a cabo nuevas labores de rehabilitación en la cavidad, que había sufrido grandes deterioros a consecuencia de las voladuras incontroladas realizadas durante las obras primigenias, y al cambio climático en su interior que supuso la apertura de dicho túnel.
Finalmente, los métodos y técnicas empleados para su recuperación consiguieron devolver a esta magnífica gruta el nivel de humedad adecuado y la escasa 'vida' que albergaba, y en la actualidad encontramos un acceso a través del moderno edificio de 'La Roca', una galería con tres puertas esclusa que aíslan el microclima interior y que recogen una exposición sobre la cueva y la Montaña Palentina.
Tras adentrarnos en las entrañas de la tierra, el recorrido por este misterioso paisaje geológico alcanza 482 metros de longitud y 21 metros de profundidad, lo que nos permitirá descubrir las maravillosas formaciones kársticas que el agua ha construido a lo largo de miles de años. Mantos, coladas, estalagmitas, estalactitas y columnas, junto a la iluminación ambiental, dejan obnubilado al visitante con el poder de la naturaleza.
Además, la caverna cuenta con hasta 1.000 metros de extensión, aunque debido al riesgo es imposible llegar hasta el final, donde se encuentran dos grandes salas formadas por el desprendimiento de gigantescos bloques que conforman un lecho caótico; y se han localizado tres simas de escasa profundidad.
Sin embargo, pese al atractivo de la Cueva de los Franceses, en estos momentos tendremos que esperar para volver a disfrutar de ella, puesto que el pasado 2 de septiembre de 2024 cerró sus puertas para llevar a cabo nuevas actuaciones para su recuperación ambiental, para mejorar y digitalizar las visitas, así como para sustituir la iluminación y poner fin al 'mal verde',
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Diputación de Palencia