La biología triunfa en Reyero con los talleres de la 'Caravana Biometac'
La biología triunfa en Reyero con los talleres de la 'Caravana Biometac'.
Los asistentes aprendieron sobre superbacterias, a reconocer animales y las características de los alimentos, los sonidos de la fauna, o el efecto del fuego en nuestros montes.
El pasado sábado, la biología fue la protagonista de una entretenida jornada en Reyero, de la mano de los talleres itinerantes de la 'Caravana Biometac', impartidos por el grupo de innovación docente Biometac, con profesores y estudiantes de la Universidad de León, para llevar la ciencia al mundo rural.
Durante siete talleres distintos, los asistentes aprendieron sobre superbacterias, a reconocer animales y las características de los alimentos, los sonidos de la fauna, o el efecto del fuego en nuestros montes.
El primero de ellos hizo referencia a las superbacterias y permitió descubrir a los participantes la presencia casi ubicua de microorganismos en el entorno que nos rodea, mostrando la diversidad microbiana existente en la naturaleza y la identificación de estos microbios en función de distintos criterios. Además, mostró las estrategias que se siguen para diagnosticar los microbios causantes de diversas enfermedades en hospitales y centro de investigación.
En segundo lugar, tuvo lugar el taller 'De la Tierra a la mesa'. En él enseñaron a distinguir anatómicamente animales, por ejemplo, a reconocer un gato y una liebre por sus huesos; así como las diferentes características bioquímicas de los alimentos más habituales, para saber qué alimentos de nuestra dieta tienen más almidón y qué producto lácteo tiene una mayor densidad microbiana.
A continuación, profesores y alumnos se sumergieron en la fisiología animal con dos actividades. En la primera realizaron un frotis sanguíneo con muestras de sangre de distintas especies animales y descubrieron la técnica de coloración del mismo, que nos permite reconocer los diferentes tipos de células que hay en la sangre. En la segunda se llevó a cabo una detección de la presencia de proteínas en diferentes alimentos utilizando también el color que toma la muestra al ser teñida por una sustancia.
Por otro lado, también aprendieron acerca de los sonidos de la fauna en un mundo cambiante. En este proyecto ejecutaron actividades de reconocimiento de los sonidos realizados por los animales más habituales en la zona, como el cernícalo o la ranita de San Antonio. A ello se sumó una identificación de animales, principalmente insectos, y un análisis de la importancia de que las relaciones entre los seres vivos para el buen funcionamiento de los ecosistemas.
En el quinto taller se centraron en la relación entre la geología, la botánica y los usos tradicionales. El objetivo principal era dar a conocer la estrecha relación que existe entre los vegetales y el medio geológico, que explica la presencia de determinadas especies usuales en esta zona de la Montaña Oriental Leonesa sólo en algunos lugares. Precisamente la existencia de determinadas especies de plantas está en la base de su uso tradicional tanto en alimentación, como en higiene, salud y belleza.
La jornada continuó entrelazando ciencias para mostrar cómo se estudia un ser humano ya fallecido. Los participantes pudieron aprender cómo desde la antropología forense se reconoce el sexo de esta persona y algunos de sus rasgos físicos en el momento de su muerte. Después, desde la genética vieron cómo analizar información genética para determinar diferentes rasgos de la persona.
Por último, el protagonista fue el fuego con cuatro actividades relacionadas con el efecto que tiene en nuestros montes. En la primera abordaron cómo se analiza la severidad de los incendios utilizando el diámetro de las ramas de brezo; en el segundo trataron cómo se analiza la comunidad bacteriana que está presente en suelos quemados y sin quemar; en tercer lugar indentificaron cambios en la textura del suelo y de la vegetación utilizando sólo el sentido de las manos; y por último, utilizaron una maqueta interactiva para ver el efecto de los incendios sobre el paisaje y cómo gestionar los diferentes elementos vegetales para minimizar el riesgo de incendios de grandes dimensiones.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Ayuntamiento de Reyero