Guía para hacer una ruta en coche a Ronda desde Málaga
Se trata de una de las ciudades más conocidas y pintorescas de la provincia de Málaga. Cargada de historia, patrimonio, cultura y tradición, desde la capital de la Costa del Sol se puede llegar fácilmente en coche a esta localidad, sabiendo que se recorrerán alrededor de 100 kilómetros por el litoral mediterráneo hasta el interior y que, durante el camino, se podrán ver rincones maravillosos y sorprendentes donde la naturaleza es una de las grandes protagonistas.
Aunque la provincia de Málaga alberga rincones dignos de conocer, lo cierto es que Ronda es una de las localidades de mayor interés turístico al ser una ciudad histórica que combina cultura y patrimonio con naturaleza. En este sentido, una de las mejores opciones para conocerla es hacer una ruta por carretera bien detallada, de esta forma, hay quienes se decantan por el alquiler de coches aeropuerto de Málaga y a partir de ahí, comenzar el viaje.
Lo cierto es que hacer una ruta en coche es un plan estupendo, teniendo en cuenta que, en un solo viaje, se podrá disfrutar de mar y montaña. El tiempo de duración de la ruta puede establecerse en función de las necesidades de cada uno, ya que, al ser pocos kilómetros se puede hacer perfectamente en un día, no obstante, siempre se recomienda hacerlo en dos o tres jornadas para disfrutar mejor de todo el paisaje. En cualquier caso, para garantizar que el viaje será en las mejores condiciones, es importante marcar en el mapa la mejor ruta.
Málaga: el comienzo del camino
Claro está, el punto de partida del viaje será Málaga capital. Lo cierto es que la urbe merece la pena conocerla, ya que cuenta con un gran número de lugares de interés. De esta forma, antes de iniciar la ruta en el coche, no está de más darse un paseo por las calles malacitanas, el centro histórico, el barrio del Soho y probar algo de su cocina tradicional. Una vez hecho esto, y sabiendo que se cuenta previamente con un servicio de Malaga rent a car, es el momento de comenzar la aventura.
Benalmádena: primera parada
Para poder ir a Ronda desde Málaga es conveniente tomar la dirección oeste y de esta forma, dirigirse hasta Benalmádena que será la localidad en la que se haga un primer alto en el camino. Lo cierto es que es uno de los municipios más turísticos de la Costa del Sol y merece la pena hacer una visita. En este caso, los usuarios tienen la oportunidad de montar en el teleférico y llegar al monte Calamorro, que cuenta con 800 metros de altura. En sus 15 minutos de trayecto se podrá disfrutar de unas vistas panorámicas increíbles, combinando la costa malacitana, con Sierra Nevada e incluso la costa de África.
Pueblos blancos: otro alto en el camino
Dejando atrás Benalmádena hay que continuar hasta Mijas, otro de los pueblos de la zona de obligada visita. La localidad es conocida por sus fachadas adornadas y calles empedradas, donde predominan las macetas llenas de geranios coloridos. Entre algunos puntos de interés que se pueden conocer destaca el santuario de la Virgen de la Peña, situado en una roca excavada o montar en el burro-taxi.
Sierra de las Nieves y Parque Nacional: un poco de naturaleza pura
Continuando con el recorrido, es recomendable detenerse en el Parque Nacional de la Sierra de las Nieves, sin duda, uno de los rincones naturales más conocidos de España donde poder disfrutar de especies como los pinsapos, algunos con más de 300 años. Se trata de un paraje que alberga numerosos senderos, donde también se puede ver la fauna más autóctonas o disfrutar de los vuelos de grandes rapaces como es el caso del águila real.
Ronda: final del camino
Tras todas estas paradas se llegará a Ronda, el destino del viaje. Una vez se entre en la localidad es importante aparcar en las afueras y pasear por el centro histórico. Aquí, por supuesto, hay que destacar el Puente Nuevo, una infraestructura que une la Ronda más moderna con la vieja y todo ello sobre el Tajo. También es importante visitar la plaza de toros, escenario de múltiples corridas goyescas, sus edificios palaciegos y sus iglesias. Para terminar el viaje, nada como disfrutar de un buen plato de migas o de rabo de toro.