Cuatro mineros se encierran indefinidamente para luchar por el futuro de la minería
David Garguño, Álvaro Rodríguez, Sócrates Fernández y Elías Ortega son los cuatro mineros de la Hullera Vasco Leonesa que ayer, hacia las cuatro y media de la tarde, bajaron al pozo Aurelio de Santa Lucía de Gordón para iniciar un encierro indefinido a 200 metros de profundidad, en la planta 975. La medida de protesta es fruto de la desesperación de los 200 trabajadores de la empresa minera en liquidación, a quienes el próximo 31 de julio se les acaba el expediente de regulación de empleo y que ven como única oportunidad de seguir en el tajo integrarse en las labores de cierre de la unidad de producción de interior de la Vasco.
Sin embargo, la falta de fondos pone en peligro el plan de cierre de la mina, cifrado en casi 20 millones de euros, y que prevé una duración de 36 meses para las labores de clausura de las unidades productivas. El Instituto del Carbón no tiene previsto convocar las ayudas y la única opción es apelar a la «voluntad política». Así lo señaló ayer el presidente del comité de empresa de la Vasco, Julio César Gómez, quien apuntó que el encierro de los compañeros responde al intento de presionar a quién tiene en su mano una solución digna al conflicto laboral que ha provocado la liquidación de la emblemática minera leonesa. Una vez que ven cerrada la posibilidad de que, aunque fueran convocadas, llegaran a tiempo las ayudas al cierre del Instituto del Carbón, los trabajadores reclaman que la financiación llegue a través de un real decreto del Gobierno o que sea la Junta de Castilla y León quien adelante el dinero para llevar a cabo las labores.
Estas propuestas fueron ayer planteadas por los representantes de los trabajadores a la subdelegada del Gobierno en León, Teresa Mata, y al director general de Energía y Minas de la Junta, Ricardo Mantero, en una reunión que tuvo lugar en la Subdelegación, un encuentro del que el comité de empresa no salió con buenas expectativas. «Nos han transmitido su voluntad de llegar hasta donde puedan, pero tanto la subdelegada con el director de Minas se han mostrado muy prudentes en darnos muchas esperanzas», señaló Gómez.
El carácter indefinido del encierro da idea de hasta dónde tienen previsto llegar los mineros para conseguir sus objetivos. «Vamos a seguir moviéndonos», asegura el presidente del comité, para quien la prioridad ahora es atender las necesidades de los compañeros encerrados.
La preocupación, más allá de que los mineros de la Vasco puedan seguir trabajando en el cierre de la mina, es que se vele por la seguridad del pozo. Gómez recuerda el riesgo de no tomar las precauciones necesarias y abandonar las instalaciones sin tareas de mantenimiento. Un informe de la administración concursal alerta de la necesidad de mantener el bombeo de agua continuo en la mina de interior, porque su acumulación podría causar inundaciones en La Robla. Además, el fluido eléctrico es imprescindible para mantener la ventilación y evitar la acumulación de gases explosivos.
Fuente: diariodeleon.es, Agencias, ddv
Fotografía: diariodeleon.es