La estudiante leonesa Eva Díez impulsa la viticultura sostenible con su beca RALBAR
La estudiante leonesa Eva Díez impulsa la viticultura sostenible con su beca RALBAR.
La joven realiza durante los meses de julio y agosto un proyecto con Bodegas Gordonzello para controlar plagas en viñedos de forma sostenible.
Consciente de que las nuevas políticas europeas promueven un uso sostenible de los recursos para proteger los ecosistemas y la biodiversidad, la estudiante leonesa Eva Díez, que cursa el Doble Grado de Ciencias Ambientales e Ingeniería Forestal de la Universidad de León (ULE), ha presentado a la convocatoria de Becas RALBAR un proyecto sobre viticultura sostenible: ‘Control sostenible de plagas en viñedos de León’.
La relevancia de su propuesta para la provincia, donde la cultura del vino está en auge, la ha llevado a obtener una de estas becas, impulsadas por la ULE y la Fundación Banco Sabadell. Así, la joven desarrolla durante julio y agosto su proyecto en la localidad de Gordoncillo con las Bodegas Gordonzello, que forman parte de la Denominación de Origen León.
El trabajo está dirigido especialmente a los viticultores del sur de León y surgió a raíz de los buenos resultados obtenidos por el Grupo de Investigación de Ingeniería y Agricultura Sostenible (GUIIAS) de la ULE con nuevas técnicas de control sostenible de plagas en cultivos importantes de la provincia, como la vid, el lúpulo y la alubia.
La viticultura sostenible gana cada vez más relevancia, por lo que Eva Díez explicaba en su propuesta que los viticultores que siguen modelos convencionales “deberían adoptar alternativas sostenibles para el control de plagas, cumpliendo con las políticas agrarias que son cada vez más restrictivas con el uso de productos fitosanitarios año tras año”.
La iniciativa cobra aún más importancia en el contexto actual de despoblación rural que enfrenta León, en parte debido a la baja rentabilidad del sector agrario y la escasez de alternativas de negocio. Bodegas Gordonzello, con sede en Gordoncillo, ha liderado esfuerzos para revitalizar el viñedo en la zona sureste de la provincia, buscando generar riqueza y estabilizar la población local. Desde finales de la década de 1990, la bodega ha impulsado la concentración parcelaria de las fincas de sus habitantes, permitiendo el cultivo compartido de viñedos en el municipio.
“Uno de los principales desafíos que enfrenta el cultivo de vid en la zona es el ataque de plagas, como el temido 'taladro de la vid'” apunta la joven leonesa. Por ello, con el objetivo de abordar este problema, el proyecto apuesta por “el control sostenible de plagas mediante el uso de 'cairomonas' presentes en las propias variedades de vid, una estrategia que ya ha demostrado ser altamente efectiva en otros cultivos”, especifica Díez.
La idea de presentarse a las Becas RALBAR, según la propia Eva Díez, surgió por su interés por trasladar a los viticultores un proyecto técnico de control de plagas, “ya que el cultivo de vid de vinos Denominación de Origen en la provincia de León es puntero, y por tanto, su salud también debe serlo para seguir siendo sostenible en el tiempo”.
La estudiante de la ULE asegura que su propuesta no solo beneficia a los viticultores de la zona, “sino también a toda la comunidad de Gordoncillo y a las personas que dependen de la viticultura para su sustento”. Y aunque sea pronto para hacer una valoración de la oportunidad de disfrutar de una Beca RALBAR, ya que aún le queda mes y medio de trabajo de campo y seminarios divulgativos, asegura que la experiencia está siendo “altamente enriquecedora”, ya que ha adquirido valiosos conocimientos y los ha puesto en práctica en los viñedos de Bodegas Gordonzello y en el laboratorio GUIIAS de la Escuela de Ingeniería Agraria y Forestal (EIAF) de la Universidad de León (ULE).
El impulso hacia una viticultura más sostenible “no solo tiene un impacto positivo en el desarrollo rural”, justifica Eva Díez, “sino que también ayuda a concienciar a la sociedad sobre la eficacia del control sostenible de plagas a través de trampas y atrayentes naturales, en comparación con el uso de insecticidas y productos químicos, que además deterioran el medio ambiente y representan un mayor costo para las empresas y los usuarios”.
Las becas RALBAR buscan fomentar que los jóvenes se impliquen en la búsqueda de opciones para un desarrollo sostenible en los entornos rurales y, a la vez, adquieran una conexión emocional con ellos, concibiéndolos como lugares en los que poder desarrollar proyectos laborales y vitales. Este año la iniciativa ha alcanzado su tercera edición permitiendo a los estudiantes realización de prácticas extracurriculares estivales en municipios rurales de la provincia de León, destinadas a la ejecución de proyectos de dinamización territorial que contribuyan a activar estos espacios en colaboración con empresas, entidades o instituciones locales.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Universidad de León