El guarda que hizo resurgir Riaño como alcalde, y cuando la política UNE

El guarda que hizo resurgir Riaño como alcalde. y cuando la política UNE.

"Para mí, aquel día, Fernando Moreno demostró que ya no era el guardabosques que me quería quitar de niño la escopeta, sino que podría ser un buen alcalde...".

Corrían los años 90 y una terrible noticia nos amargaba el verano. Un nuevo Guarda había llegado al valle, para truncar nuestros veranos de libertad armados con nuestras escopetas de perdigón. Este guarda era tan solo un veinteañero flacucho y moreno recién llegado, pero, ¡qué de tardes nos hizo pasar escondidos en cuadras o portaladas!, esperando que terminara su turno y así, ver pasar su coche de regreso a su casa.

Ese guarda, terminó enraizando y creando su familia y hogar en Riaño, se adaptó tan bien, que terminó siendo el alcalde de la localidad y dejando aparte las tardes de verano que nos amargó en la juventud. 

Quisiera hablar sobre su etapa de alcalde. Quizás no sea lo más políticamente correcto hablar bien o halagar a alguien de otro partido, pero en este caso creo que debo hacer la excepción, porque él se lo ha ganado.

Lo que más admiro en política y más valor demuestra a mi entender es, cuando crees que los tuyos no lo están haciendo bien, volverte contra ellos y plantarles cara, o al menos, decir y reconocer que no se está haciendo bien. Y esto, en mi presencia, lo demostró Fernando Moreno años atrás.

Hace unos años, gracias a un grafiti-protesta en la fachada de la Casa del Parque, empezamos la batalla por darle sentido a este Parque Regional que compartimos y que no tenía ni siquiera un nombre reconocible y del que la Junta de Castilla y León se había olvidado. Comenzamos por reunirnos todos los alcaldes en el Salón de Plenos de Riaño y, en vista de posibles "donde dije digo, digo diego", hicimos un texto para plasmar nuestras reclamaciones, previamente a la reunión con el consejero que se iba a dignar a visitarnos para calmar los ánimos y traernos unas golosinas que nos dejaran tranquilos.

OOOOHHH ¡QUÉ SORPRESA! En el momento en que Fernando Moreno, alcalde de Riaño, comenzó a leer ese texto, a todos les había entrado una amnesia galopante, ya nadie recordaba ese texto ni la reunión previa. De esa reunión nos fuimos con una propinilla, el cambio de nombre del Parque y un concierto todos los años en verano en Riaño. ¡Ah! y un trocito de empanada con la que nos halagó el consejero. Por eso, por un trozo de empanada y un concierto, vendimos nuestros ríos, montañas y valles.

Para mí, aquel día, Fernando Moreno demostró que ya no era el guardabosques que me quería quitar de niño la escopeta de perdigón, sino que podría ser un buen alcalde.

En mis veranos universitarios, para sacarme un dinerillo, trabajé durante 8 veranos conduciendo el barco turístico por el pantano de Riaño. Yo en aquellos años estaba solo en el embarcadero, amarraba, conducía y vendía tiques; también alquilaba pedaletas y canoas. Por aquel entonces, Riaño sólo era un punto de paso para acceder a Picos de Europa. 

Si este verano disponen de tiempo, pásense por el embarcadero, verán que para lo que yo hacía solo, ahora hay unas 10 personas. Ahora ahí abajo, todo rebosa vida y prosperidad económica. Riaño ha evolucionado, crecido y se ha transformado en el lugar de moda de toda la provincia. Evidentemente, esto no ha sido por casualidad y para que esto haya pasado se han tenido que reunir varios factores, pero, pese a quien le pese, el motor de este cambio ha sido Fernando Moreno.

Este 28 de mayo, Fernando se retira y deja su puesto de alcalde.

A mí siempre me ha gustado la historia y aquí en la montaña hace siglos teníamos una forma de gobierno a través de los "hombres buenos". No se me ocurre un adjetivo más bonito ni un piropo mejor, ¿acaso te pueden llamar algo mejor que llamarte Hombre o Mujer Bueno o Buena? Pues para mí, y por mi experiencia en estos años, Fernando Moreno, ha sido un HOMBRE BUENO.

Fuente: Omar Rodríguez Bulnes

Fotografía: Fernando Moreno - Omar Rodríguez Bulnes