ASCEL alerta de una loba muerta, presuntamente envenenada, en Castilla y León
ASCEL alerta de una loba muerta, presuntamente envenenada, en Castilla y León.
"Denunciamos la ausencia de protocolos eficaces para la recogida de lobos muertos y el absoluto desinterés de la Junta de Castilla y León en la persecución de la caza ilegal", agregan.
Naturalistas vallisoletanos encontraron recientemente el cadáver de un ejemplar de lobo hembra al sur de la provincia de Valladolid en la comarca de Tierra de Medina, con evidencias de muerte provocada por el ser humano.
El hallazgo fue comunicado tanto al SEPRONA (Guardia Civil) como a Agentes Medioambientales, como es obligación ciudadana ante un episodio similar y en particular, con especies protegidas.
En ASCEL están a la espera de la información oficial del informe técnico-facultativo de necropsia. En caso de que el mismo confirme relación de la muerte con caza ilegal (disparo, envenenamiento, etc.) instarán a la Junta, según anuncian en un comunicado, a la comunicación al SEPRONA o a presentar la correspondiente denuncia a la Fiscalía ambiental, con el objeto de investigar este presunto delito y dirimir cualquier responsabilidad penal, identificando a los autores de la muerte de la loba, dando por supuesto que la Junta no ampara a delincuentes.
En este sentido, desde ASCEL aprovechan para dar a conocer públicamente que la Junta carece de un protocolo eficaz para la recogida de cadáveres y realización de necropsias de especies protegidas en general, y del lobo en particular, a pesar de ser la ilegal la principal causa de mortalidad de esta especie en España, y de constituir un delito en toda Castilla y León desde septiembre de 2021.
Tras revisar recientemente la información oficial actualizada facilitada por la Junta de Castilla y León sobre la mortalidad de lobo, han podido comprobar retrasos hasta meses entre las actas de recogida de lobos muertos y las de ingreso en el CRAS de Valladolid, así como también la incomprensible demora en el tiempo, hasta de varios meses, desde el ingreso de los cadáveres hasta que se realizan las necropsias de los ejemplares.
Por último, aprovechan para solicitar a la ciudadanía que comunique y denuncie ante las autoridades ambientales, todas aquellas acciones humanas que afectan a la conservación de especies protegidas, como los lobos, porque constituyen un delito.