¿Qué es una prueba de ADN y para qué sirve?

Las pruebas de ADN tienen como finalidad hallar semejanzas entre las personas al cotejar las muestras de cada uno. De esta manera se puede demostrar si existe una relación familiar entre los involucrados. La precisión de estas pruebas es bastante alta.

De hecho, la prueba más frecuente es la de paternidad por ADN, la cual puede realizarse en laboratorios especializados como Cefegen. Con esta prueba se determina si el hombre que hace la prueba es o no, el padre biológico de otra persona sometida al mismo tipo de test.

Origen de las pruebas de ADN

Las pruebas o test de ADN tienen más de una aplicación, más allá de establecer la paternidad, ya que también se suelen realizar para apoyar procesos legales o delictivos, incluso, de índole forense.

Hace 72 años se supo que las moléculas de ADN se pasan de una generación a otra, de padre a hijos, y así en adelante. En 1953, los científicos Watson y Crick fueron los que descubrieron la estructura del ADN y cómo se entrelazan.

El ADN se encuentra en todo nuestro cuerpo,y las hebras que lo componen poseen información codificada que define nuestros rasgos y características específicas. La forma en que se ordenan las bases en el ADN se le llama “secuencia” de ADN.

Bajo esta información, se afirma que cada persona tiene su propia secuencia única, algo similar a las huellas dactilares. Ahora bien, parte de esta secuencia de ADN es idéntica y no varía entre personas de una misma familia. Por lo tanto, cada ser humano tiene la mitad de su ADN por su padre y la otra por su madre.

Sin embargo, son las diminutas variaciones que se heredan de padres y progenitores en la secuenciación del ADN, las que hacen posible que se determine el parentesco.

Proceso de Análisis del ADN

Lo primero que se hace para realizar una prueba de ADN es tomar la muestra. Cada una de las células de nuestro organismo contienen ADN, siendo las células en la parte interna de la mejilla de donde se extrae la muestra para llevar a cabo el análisis en cuestión.

Después de que se han tomado las muestras de las personas cuyos ADN serán comparados, los científicos las someterán a una purificación para poder observar las pequeñas variaciones. Esta lectura se hace como si fuera un código de barras utilizando un secuenciador de ADN en el que se colocan las muestras.

Los códigos de barra de ambas pruebas (padre e hijo) se alinean uno al lado del otro. Con esto se puede observar fácilmente si los códigos tienen partes que coincidan. En caso de que quienes se someten a la prueba no están emparentados biológicamente, no habría ni una sola coincidencia en una sola de las barras.

Dicho de otra manera, en caso de que un hombre se someta a esta prueba para comprobar su paternidad y resulta que su supuesto hijo no coincide con ninguna barrera, entonces se afirma que no hay ninguna relación biológica entre ambos. De hecho, esta prueba puede garantizar si el paciente es el padre o no.

¿Qué debo tener en cuenta al elegir un centro de ADN?

Hay muchos laboratorios que realizan las pruebas de paternidad, algunos con precios bastante bajos. No obstante, la calidad de las pruebas no suele ser la misma. Por tal razón, es necesario tomar ciertas medidas a la hora de elegir el centro de ADN, ya que un resultado erróneo puede perjudicar a varias personas.

Así que, lo primero es averiguar si el centro de ADN está acreditado por organismos internacionales como AABB e ISO 17025. Estas acreditaciones provienen de la Asociación Americana de Bancos de Sangre (AABB) que es el que se encarga de certificar a los laboratorios. En el caso de ISO, se trata de una certificación estándar que tiene validez mundial en cuanto a centros de diagnóstico médicos de este tipo.