"Qué caro es este libro"
"Qué caro es este libro".
"Os voy a tratar de resumir de una forma un tanto burda cómo es el proceso de creación de un libro, por lo menos en Mariposa Ediciones".
Me gustaría contaros una historia, la de una poeta que es editora a la que le hacen gracia, por el desconocimiento, las frases como «qué caro es este libro» o «si es que los editores se llevan todo dinero y no les dejan nada a los pobres autores». Y es que, queridos lectores, aquí una es escritora y editora, y con ambas cosas, se desternilla por no llorar. Os voy a tratar de resumir de una forma un tanto burda cómo es el proceso de creación de un libro, por lo menos en Mariposa Ediciones.
Primero, recibimos el manuscrito del autor y nos lo leemos, valoramos la calidad de la obra -si está correctamente escrito, si es de lectura amena, si puede atraer al lector...-. Para eso movemos a un equipo de cinco lectores «betta» que deciden si la obra merece ser publicada. Después, uno de nuestros correctores se encarga de corregir la obra junto con el autor, para que no tenga faltas y que mejore incluso algunas palabras que faciliten su lectura.
Una vez que está todo ese proceso terminado y con el visto bueno de corrector, escritor y editora, la obra pasa a manos de uno de nuestros maquetadores, quien le da forma al libro para, nuevamente, pasar por el visto bueno de autor, corrector y editora; es entonces cuando el libro se envía a imprenta, que también tiene varios procesos internos de producción hasta llegar al papel; después, desde la imprenta pasa a la distribuidora y de nuevo a la editorial y al escritor, junto con un montón de libros de camino a las librerías para que los lectores puedan hacerse con él.
Pensaréis que sí, que lleva trabajo. Pues sí, y además es un trabajo que se paga, y no os cuento nada del tema de las ilustraciones y las fotografías, por acortar el resumen a lo mínimo posible. El editor se juega su dinero y paga a todos los profesionales del proceso hasta que llega a la librería.
El autor se suele llevar un 10% de la obra, junto con el 52% de la distribuidora. Si le restamos de ahí los gastos en sueldos de los trabajadores y la imprenta, en el mejor de los casos puede que llegue también a un 10% de los beneficios de cada libro, pero no suele ser ese el porcentaje porque, entre los gastos de envío y algunos imprevistos, raro es que lleguemos al 5% por ejemplar.
Por eso, vosotros que ahora me leéis, os pido que tengáis en cuenta todo esto y que la próxima vez que veáis un libro lo miréis con otros ojos y, sobre todo, no miréis su precio. En el mejor de los casos, en realidad, debiera valer mucho más.
Fuente: Marina Díez Fernández
Fotografía: Marina Díez Fernández