Más de 500 personas se concentran en Guardo en favor de la hostelería

Más de 500 personas se concentran en Guardo en favor de la hostelería.

Hosteleros y vecinos de toda la Montaña Palentina se unieron ayer en una manifestación de apoyo al sector.

La hostelería de la Montaña Palentina, entre ellos representantes de Cervera de Pisuerga, Aguilar de Campoo, Guardo, Velilla del Río Carrión o Santibáñez, junto con hosteleros de Saldaña y varios de la Montaña Leonesa, se reunieron ayer en una manifestación por las Calles de Guardo para mostrar su descontento con las medidas decretadas tanto por la Junta de Castilla y León como por el Gobierno de España.

Más de 500 personas finalizaron una concentración en la Plaza del Ayuntamiento guardense, donde fueron acompañados además por vecinos de la comarca, que quisieron mostrar su apoyo a un sector muy importante en una zona donde la industria brilla por su ausencia salvo en la zona de Aguilar.

Antes de la finalización del acto, tuvo lugar la lectura de un manifiesto por parte de Toni Speranza, hostelero guardense.

- Manifiesto completo: 

En primer lugar queremos transmitir nuestro apoyo más rotundo los cientos y miles de personas afectadas por esta terrible enfermedad y sobre todo trasladar nuestro más sincero pésame por los fallecidos a sus familiares y amigos y en un gesto de respeto rogamos un minuto de silencio.

Desde la Asociación de hostelería de Guardo quiero trasladaros también nuestro agradecimiento por el apoyo recibido a todos los vecinos y vecinas que os encontráis hoy aquí, a los que por diversos motivos no podéis hacerlo pero sabemos que os mantenéis a nuestro lado en nuestra reivindicación y sobre todo en especial a nuestros compañeros de Aguilar, Cervera y Saldaña que hoy se han trasladado hasta nuestro municipio en un gesto de unión de un sector que estamos padeciendo uno de los azotes económicos más gravosos derivados de la pandemia sanitaria de la COVID 19.

Desde su inicio es innegable que el colectivo de la hostelería ha sido uno de los más castigados, con el cierre de sus negocios desde un primer momento y, con la criminalización del sector, señalándolo como uno de los principales vectores de propagación de la enfermedad cuando los estudios nos señalan como únicamente un índice del  3%  y aún así nos obligan a mantener nuestros negocios cerrados de nuevo.

Con todo ello, los profesionales de la hostelería estamos haciendo un enorme esfuerzo por mantener el ánimo y por sacar fuerzas de donde no las hay para no cerrar la persiana y tirar la toalla.

Nos esforzamos cada día por poner la mejor de nuestras sonrisas para nuestros clientes, como si no pasara nada, para que no noten el dolor y el cansancio que llevamos a la espalda.

Cada día que no se puede subir una persiana deja a negocios en la ruina y a muchas familias sin ingresos con los que subsistir.

Porque no nos olvidemos que de los negocios de hostelería dependen muchas familias, tanto las de los gerentes o propietarios, como las de nuestros equipos y proveedores.

¡Porque ante la criminalización que está sufriendo el sector no podemos quedarnos callados!

Desde aquí queremos manifestar que somos plenamente conscientes de la situación sanitaria por la que estamos atravesando y que han de tomarse medidas, ¿pero es necesaria tanta dureza?

Después de un duro estado de alarma en el que tuvimos que hacer el esfuerzo de cerrar nuestros negocios, y por tanto nuestro medio de vida; tuvimos que reabrir de una forma que distaba mucho de lo habitual. Nos pidieron controlar los aforos, y lo hicimos. Nos pidieron distanciar las mesas reduciendo la capacidad de negocio, y lo hicimos. También nos pidieron que desinfectásemos mesas y sillas después de cada uso, y también lo hicimos. Cartas desechables, limpieza de locales, medidas de protección personal… etc, y como no, lo hicimos. Y de nuevo, recrudeciendo más nuestra situación nos hicieron reducir el horario de apertura, y aunque nos quejamos, lo cumplimos. Ahora, de nuevo,  nos volvemos a ver con la persiana cerrada, sin ningún ingreso y como punto de mira de la sociedad.

Con nuestras reducciones horarias y ahora el cierre hemos ido viendo como crecen exponencialmente las fiestas clandestinas. Y es que señores La HOSTELERÍA SOMOS PARTE DE LA SOLUCIÓN Y NO DEL PROBLEMA.

Nosotros mantenemos el compromiso en firme con la sociedad y la salud de todos nuestros clientes. Hemos seguido escrupulosamente las medidas sanitarias. Nuestros locales son espacios públicos y controlados únicamente necesitamos el esfuerzo y desde aquí hago un llamamiento a la responsabilidad individual y personal.

La Junta de Castilla y León decreta un nivel 4 de afectación en toda nuestra comunidad. El nivel de alarma más elevado. Toma una serie de medidas restrictivas con el fin de hacerse con el control de la epidemia, bien. Pues desde aquí reclamamos a todos los dirigentes políticos que nos gobiernan en la autonomía que éstas acciones vengan acompañadas de una serie de medidas que nos permitan continuar subsistiendo. Tienen los medios económicos para hacerlo frente, lo necesitamos YA.

SOMOS UN SECTOR INDISPENSABLE PARA EL DESARROLLO, EL PROGRESO Y LA VITALIDAD DE NUESTRO MUNICIPIO, Y SI NO LO REMEDIAMOS PRONTO, MUCHA DE ESTA VIDA SE APAGARÁ SIN REMEDIO

Nos condenan a la ruina y a nuestros trabajadores al paro. Hoy nos concentramos para demandar que nos supriman el Canon de las terrazas,  que tengamos una rebaja en la presión fiscal. INGRESOS CERO, IMPUESTOS CERO. Que se generen ayudas en condiciones, tomen ejemplo de otras comunidades autónomas, de otras localidades.  NECESITAMOS OXÍGENO.

Y a todos los dirigentes, desde el gobierno central, autonómico y local : No somos el problema,  cumplimos con las medidas, controlamos que se cumpla, y  pedimos PODER TRABAJAR. Hoy nos reunimos aquí para solicitar APOYO pero sobre todo  que nos permitan abrir, que no nos aparten de nuestro medio de vida, que nos ayuden con el convencimiento de que no somos el problema, en resumen, QUE NOS DEJEN GANARNOS LA VIDA COMO SABEMOS, AL SERVICIO DE LA GENTE DETRÁS DE UNA BARRA DE BAR.

Fuente: Diario de Valderrueda

Fotografía: Restaurante San Francisco Guardo