Sobre la moción autonomista leonesa
Sobre la moción autonomista leonesa.
"En León no queremos vivir entre traidores. Apoyamos las causas nobles...", por Fernando Rodríguez, portavoz del Partido Popular de Cistierna.
En León no queremos vivir entre traidores. Apoyamos las causas nobles. Sobre todo si es para ayudar a los que se baten por proteger a nuestros abuelos y a nuestros hijos.
Seguramente no pregunten si esta moción es importante; sino si es correcta. Es digna de ser contestada, pero no por los que la plantean, sino por los que sienten de corazón que León está sometida a algo que no la beneficia. En el PP no nos reímos del honor de nadie y por eso les escuchamos.
En muchos pueblos los compañeros ya se han decidido, coincidiendo o no con nosotros. Pero de lo que no cabe duda es que hay que tener gratitud por aquellos que adoptan la ley para tramitar cualquier decisión; y orgullo porque formen parte de nuestras filas.
El regionalismo es un problema que afecta a España, como una guerra, y por patriotismo todos dan todo. Sirves a España y no te sirves de ella. Si amamos nuestro País y elegimos el camino del bien, no podemos silenciar las malas formas que, estás sí lo son, tratan de desautorizar un acto limpio para muchos.
Así se marca la diferencia: un misionero católico en África sirve a los pobres; un dictador comunista se sirve de ellos. Esos políticos que inventan y plantean el problema, son indignos de sus votantes. Los pueblos necesitan creer en algo y en alguien: sabiendo que se preocupan por ellos, y se anteponen los intereses de la Patria a los particulares.
Los leoneses necesitan esperanza. En este caso la publicidad ha sido reducida para todo lo que engloba, y eso que es de lo que más se escribe últimamente. Cualquiera que critique esto en cualquier foro es una víbora sin alma, con más veneno que sangre y que no tiene perdón de Dios ni, en última instancia, sentido de patria chica.
Sabemos perfectamente que no es lo mismo el vicio que la virtud. Apoyemos todos las causas nobles y no nos callemos ante la infamia, la envidia o la falta de solidaridad. Estamos en un barco que se llama España, y en estos momentos de enfermedad, muerte y miseria no estamos para formalismos hipócritas ni para cinismos envidiosos ni frívolos.
Los leoneses siempre hemos sido austeros con nosotros y generosos con los demás. No nos callamos la verdad ni la pervertimos.
En el año 2003 la UPL dio la llave del Ayuntamiento de Cistierna al PSOE. Llave que estos han mantenido, gracias a ese pacto, 5 legislaturas. 20 años de PSOE en Cistierna gracias al voto de un concejal, ahora procurador en las Cortes, que se autodenomina leonesista y que lleva varias legislaturas cobrando del Parlamento de Valladolid.
En el 2019 la UPL volvió a dar la espantada y se posicionó con el PSOE para echar al partido que más concejales obtuvo en los pueblos leoneses. Y esto es así porque los autoproclamados leonesistas, a pesar de no entrar ni siquiera en el pódium provincial, anteponen sus intereses partidistas y particulares a la verdadera democracia leonesa.
Nosotros que somos Cuna del parlamentarismo, tenemos que sufrir que un partido que lleva en sus siglas el buen nombre del antiguo Reino, ponga en entredicho y aniquile la voluntad de nuestro territorio.
Dan el poder a un partido conocido por su habilidad para crear una red clientelar allí donde gobierna, para que luego sea casi imposible echarles.
La lucha no va de territorios, es lo que nos han hecho creer y es la raíz de muchos problemas de España. La lucha va de una clase parasitaría de otra: una casta que vive del contribuyente y del explotado. Nos enfrentan por política, porque no saben hacer verdadera política. Una especie de feudalismo alimentado por esclavos cada día menos fuertes para reclamar ningún derecho. Las autonomías socialistas se hacen grandes y numerosas y los españoles nos hacemos pequeños y débiles: como las libertades y los derechos. Y ante esta tesitura, ¿qué se hace?
Hay personas que dicen servir a León, cuando en realidad se sirven de León para crearse puestos asociados a la política y mantener un alto nivel de vida.
Los que más quieren a León son aquellos que se levantan por la mañana y se ponen a trabajar discretamente, sin aspavientos: atendiendo a su ganado, abriendo sus bares, sus mercerías o sus pescaderías. Son aquellos que pagan facturas para que otros jueguen a políticos. Son aquellos que no se pasan el día enfrentando a unos españoles con otros. Son aquellos que tienen una vida rica y completa y por eso no necesitan buscarse excusas para querer influir en las vidas de los demás. Pero ¿un “León solo” serviría realmente para mejorar sus vidas? O, como es probable, ¿serviría solo para adornar más butacas de políticos ambiciosos con más presupuesto a cargo del contribuyente leonés?
La realidad es que no hay posibilidad alguna de que Zamora o Salamanca se incluyeran voluntariamente en una autonomía leonesa. De lo que sí habría posibilidades es de que el Bierzo acabase separado administrativamente de León. Por todo ello, lo probable es que acabáramos divididos, rotos, reducidos, pequeñitos... perdiendo hermandad y vínculos. ¿Qué conseguimos en la práctica? que si necesitamos asistir a un médico de Palencia, éste no tuviera acceso a nuestro historial. O que en caso de incendio en Benavente, tuviera que ir un helicóptero que estaba en Cihuela.
En varios medios nacionales se ha citado al “independentismo” leonés como un movimiento similar al que padecen en Cataluña. Por eso deberíamos, por el bien de los comercios, economía y empresas locales, alejar ese estigma que solo provoca rechazo en el resto de España.
En la Diputación se lavan las manos: como no es tempero, no interesa discutirlo. Sabiendo que el gobierno provincial depende de la UPL deberían tener claro que es tempero y que no lo es. Pero en esto también hay dos UPL: la cobarde que quiere poder y la dicharachera que quiere poder. Puede haber dos razones para no decantarse: una es la cobardía por la escasa fuerza electoral que moviliza ese partido en la provincia; otra puede ser un momento de lucidez: en Zamora y Salamanca el leonesismo no tiene ningún apoyo significativo, y en León es bastante escaso en el Oeste provincial. Esto significa que ninguna provincia se unirá a nosotros, pero sobre todo algo terriblemente profético si esto sigue adelante: la ruptura de la provincia en dos, llevada a cabo por partidos rupturistas. Los partidos leonesistas y los secesionistas de El Bierzo tienen claro su objetivo pero, al igual que los que padecen en Cataluña o en las provincias vascas, no calculan la trayectoria de sus tiros. La verdadera razón es significarse políticamente, hacer sonar una voz, tener sueldo público-político a costa del contribuyente, aumentar un parlamento el coste a la nación, crear consejerías, asesores y un nido de corrupción caciquil en el que la cleptocracia solo se rinda a la avaricia de políticos provinciales con ambición-vocación de querer ser autonómicos. Y eso lo consiguen enfrentando.
Nuestro voto afirmativo es el más justificado y motivado, sin embargo queremos explicar al menos la razón principal: no nos fiamos de quienes quieren capitanear este proyecto, y a pesar de que ahora mismo ni es tempero ni es viable, cabe la posibilidad de que se materialice en el futuro. Y si ha de ser así, es muy posible que nuestro partido sea el que más tenga que decir ya que es el que mejor conoce esta región, su historia y sus gentes, y por ello somos los más leonesistas. No nos asusta que utilizasen los sentimientos de la gente para atacarnos, pero tampoco creemos que debemos quedarnos fuera de un sentimiento generalizado en nuestra comarca.
¿Y por qué no nos fiamos? No nos fiamos principalmente porque desconfiamos de los intereses políticos de quien quiere llevarlo a cabo. Honestamente creemos que esos intereses son perjudiciales para León y así debemos decirlo.
Por un lado tenemos al PSOE, de vergüenza ajena, que en la capital provincial ha querido sumarse a la idea proautonómica y sin embargo en la Diputación, el principal órgano administrativo provincial, donde gobierna con la UPL, no se atreve a posicionarse. Sus repentinos intereses en esta causa proceden, quizás, de un golpe de realidad: se han dado cuenta de que en las horas más bajas del PP, son incapaces de presentarse como alternativa al gobierno de la Junta. Y esto es así porque nadie de las 9 provincias se fía de ellos: ni del alcalde de Valladolid, que quiere centralizar todos los recursos autonómicos allí, ni del iluminado de León-capital que no sabe poner Maraña en el mapa.
Y esto sucede porque en el PSOE no hay una idea clara de identidad: siempre quieren estar a las maduras. Es por ello que pactan con secesionistas y proetarras donde necesitan de ellos para gobernar. Ni principios, ni identidad, ni inteligencia, ni patriotismo. El PSOE es una organización dañina para España y para el conjunto de sus provincias, pero sus miembros no llegan tarde para saberlo: se mueven por sus instintos primarios, delincuentes a veces, con tal de gobernar. En la Valladolid dicen una cosa, en la ciudad de León la contraria y en la Diputación no dicen nada. Han elegido el peor momento para meternos en este jaleo.
La basura que enreda este asunto está lejos de gustarnos, pero no hay una alternativa pensada que sea buena para León. Cuando más denostado está el sistema autonómico, que ellos mismos propiciaron, es cuando más quieren perpetrar autonomismo.
Y por otro lado la UPL, que quiere pescar en rio revuelto y que a día de hoy no ha llamado para explicarnos el proyecto, ni perspectivas, ni ha intentado buscar nuestro apoyo. Como se sabe es un partido formado por líderes que buscan un Parlamento autonómico, chiringuitos políticos, con sus asesores y dietas. Muy alejado de la vocación nacional que tiene el PP, y sin embargo no dejan de ser torpes en lo suyo. Y decimos torpe porque anteponen sus sucios intereses partidistas a la inteligencia: no se dan cuenta de que han prometido una Comunidad Autónoma en la que dos provincias, Zamora y Salamanca, no quieren estar. Y por otro lado, debido a su escaso éxito electoral en las regiones del Oeste leonés, han prometido a los partidos secesionistas bercianos la fractura de León.
No quieren que León aumente de tamaño, ni les importa romper la provincia en dos. Son sabedores que esto no tiene futuro, y que un proyecto de un León fuerte debe pasar por los leoneses, por los pueblos, por la Economía, por los servicios privados y públicos, por las empresas, por las tradiciones, por una demografía más próspera... y eso lamentablemente para ellos no lo van a conseguir los políticos ni los cortoplacistas. Quieren su sueldo y nada más, sin pensar en las consecuencias.
Solo les importa reburdiar en los periódicos, enfrentar, hacerse notar, engañar a leonesistas de verdad, nombrar personas no gratas desde sus alcaldías a otros españoles... Esas técnicas nos recuerdan al señor Torra y a toda la bazofia secesionista.
En León todos serán bienvenidos, seguiremos siendo la madre de España y todos los hijos serán muy bien recibidos.
No hay políticos ni en la UPL ni en el PSOE con capacidad para no empeorar León. Estamos en una situación límite y cualquier cambio que se produzca debería de ser a mejor.
Por ello y a pesar de ello, consideramos que el PP debe estar cerca de sus vecinos, defendiendo con decencia la gran acogida que está teniendo esta propuesta en nuestra Comarca. Es el PP el que siempre ha querido que la montaña y la ribera se sientan libres para decidir su futuro. Es el PP el que más ha hecho por defender nuestras tradiciones, nuestros empleos, nuestras empresas, nuestra salud, nuestra educación... y todo ello se ha hecho gracias a que hemos sido el Partido en el que más han confiado nuestros pueblos.
León dio los mejores guerreros a las más nobles causas; los Reyes leoneses eran emperadores de toda España; dimos vida al Parlamentarismo en las Cortes de 1188; el primer escrito en lengua castellana nació en la ribera del Esla; luchamos contra conquistadores latinos y africanos... y sobre todo dimos vida a lo que hoy es España. De no ser por León, por la generosidad de nuestros antecesores, no tendríamos el País en el que vivimos. La Historia nos exige vista de águila, volar alto y no caer en la trampa de juzgarnos mejores que nadie. Los odios regionalistas suelen nacer de la ignorancia y de la falta de conocimientos sobre su propia tierra. Si nuestros antepasados consideraron que era mejor estar unidos, es porque eran más sabios que algunos dirigentes actuales. Además sabemos de sobra que los regionalistas son insaciables: cuando consiguen la mano, te cogen el brazo. Para los del “país leonés” al principio la Autonomía está bien, pero luego atacarán por conseguir más independencia. Y es que en los territorios donde la política es llevada por regionalistas, la nobleza se extirpa.
Nadie nos va a quitar nunca lo que está tierra ha conseguido, ni nuestro Reino, ni nuestra “sangre a torrentes vertida“, ni los logros históricos de nuestros paisanos héroes... pero ahora somos algo mejor que todo eso: parte de España.
Queremos estar a la altura, porque sabemos que León siempre ha estado a la altura, con creces, de lo exigido. León es mucho más que aprovecharse de un sentimiento político, es nuestro hogar y la casa original de una España que demostró que sin enfrentamientos fraternales es donde más rédito podíamos sacar a nuestro valor. Nuestro arraigo nos exige coraje y fuerza para no dejar en manos de los cobardes una decisión tan importante. La valentía es un valor al alza que lamentablemente escasea entre aquellos políticos que están a gusto en su hipócrita poltrona (allá donde dicen que no quieren estar), pero que sin embargo quieren que los de abajo les hagan su trabajo alborotando y enfrentando a las poblaciones para las que nada cambiaría si sus planes tienen éxito.
Ellos, que solo buscan el puesto político aunque rompan la convivencia y la provincia, nos tendrán en frente para preservar el verdadero leonesismo, que es el leonesismo hospitalario, de agricultores, de ganaderos, de los autónomos, de la acogida, de los funcionarios que cumplen con sus obligaciones, de los hosteleros... para nosotros servir a León es un honor, no el sustento político de nadie.
Es el PP, el partido de los pueblos leoneses, el que debe liderar y canalizar cualquier causa por León que sea bien recibida por nuestros paisanos, además de vigilar que los chupopteros cumplen la Ley y no desarmen nuestra tierra.
Fernando Rodríguez, portavoz del PP de Cistierna
Fuente: Fernando Rodríguez
Fotografía: Catedral de León
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