Las ventajas del seguro de responsabilidad civil para empresas y autónomos

El desempeño de una actividad laboral y por tanto, económica, ya sea como autónomo o empresario, acarrea una serie de responsabilidades que no podemos ni debemos evitar. Así mismo, es imposible controlar todo lo que pasa a tu alrededor, hay multitud de circunstancias y acontecimientos adversos que no dependen directamente de nosotros. Lo único que sí se puede hacer al respecto es conseguir la debida protección con medidas preventivas frente a las adversidades o accidentes que pudieran comprometer a la empresa y / o a tu figura como autónomo.

Para hacerlo, lo más recomendable es contratar un seguro de responsabilidad civil, general o profesional, pues tiene numerosos beneficios y conseguirás la seguridad de ver cubierto y protegido tu negocio para poder dormir tranquilo por las noches.

Y es que desconectar del trabajo para un empresario o para un trabajador autónomo es realmente complicado, son muchos los factores que hay que tener en cuenta para mantenerse al día y en regla en todos los sentidos el negocio, pues, como ya hemos comentado, estar al frente de él conlleva una serie de obligaciones de las que tú eres responsable de forma directa o indirecta. En este sentido, es mejor cubrirse las espaldas con la contratación de un buen seguro por lo que pueda pasar.

El Seguro Responsabilidad Civil, es que el que cubre esos riesgos, como su propio nombre indica, derivados por la responsabilidad civil, que queda recogida en el Código civil artº 1902, y que dice así "... El que por acción u omisión cause daños a otro, interviniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño causado ...".

Es un seguro básico muy recomendable, obligado, se podría llegar a decir, para cualquiera que lleve a cabo una actividad económica por cuenta propia, muy demandado también por las empresas y organizaciones mercantiles.

En este sentido las búsquedas que más se realizan en internet para localizarlo a buen precio son: seguros, precios, responsabilidad civil y empresas, autónomos, precio seguro responsabilidad civil.

Entre los tipos de seguros de responsabilidad civil destacamos el seguro de responsabilidad civil general y el seguro de responsabilidad civil profesional, que detallaremos a continuación.

El Seguro de Responsabilidad Civil General

Este seguro es el encargado de cubrir los daños materiales y personales ocasionados a terceras personas, ya sea durante el ejercicio de la actividad profesional o por ser el propietario de un bien.

Para clarificar el concepto nada mejor que poner un par de ejemplos cuyos perjuicios quedarían cubiertos por esta póliza. Por un lado, imaginemos que un tendero vende un alimento que se encuentra en mal estado y el cliente sufre una intoxicación alimentaria. Por otro lado, un cliente al entrar en un establecimiento tropieza en un suelo que se encuentra en mal estado y se rompe una pierna.

En los dos casos expuestos, el empresario tiene asumir, según la ley, a reparar el daño producido, de forma directa o indirecta. Si los autónomos de los ejemplos tienen un seguro de responsabilidad civil contratado, la seguradora cargaría con los gastos, pero si por el contrario no cuentan con él, el tendero que ha producido esa intoxicación se vería forzado a cerrar su negocio y el dueño del establecimiento con el suelo en mal estado tendría que pagar una elevada suma de dinero como indemnización por el perjuicio causado.

Como decíamos al principio, no hay forma de poder evitar los accidentes, pero las empresas y autónomos sí pueden protegerse frente a sus consecuencias con la contratación de un seguro de responsabilidad civil que se ajuste a las necesidades de cada negocio.

El Seguro de Responsabilidad Civil Profesional

Estos seguros se dirigen a todos aquellos profesionales que en el ejercicio de su actividad profesional pueden provocar daños a terceros, tanto económicos, como patrimoniales o físicos. No hay empresa o autónomo que no esté expuesto a cometer errores en su trabajo, o incluso a sufrir actos deshonestos de mano de sus propios empleados y que, como consecuencia, den lugar a una demanda por parte de terceros.

Como ejemplos en este sentido podemos citar a un abogado que por equivocarse en la presentación de documentación en un juicio hace que su cliente pierda la sentencia, a un médico que confunde los síntomas del paciente y le receta una medicación incorrecta o a un fisioterapeuta que, al tartar al paciente, de manera involuntaria, le provoca una lesión.

Como podemos ver hay oficios que son más proclives a sufrir este tipo de errores que otros, y por tanto de recibir demandas, por su naturaleza, y por los daños provocados que pueden afectar a la integridad física o patrimonial de su cliente. Por este motivo, para ellos contratar un seguro de responsabilidad civil profesional que les proteja ante estas situaciones es prácticamente obligatorio.

Una característica de este tipo de seguros de responsabilidad civil profesional es el requerimiento por parte del profesional que los solicita de tener una titulación académica que le permita desempeñar su labor.

Fuente: Diario de Valderrueda

Fotografía: Unancor