Lana y trashumancia marcan con gran éxito el Wool Fest 2025 en Salamón
Una buena afluencia de público en una jornada marcada por un calor sofocante en esta zona de la Montaña Leonesa.
 

Nada se dejó al azar en la IV edición del Festival de la Lana de Salamón, un precioso pueblo enclavado en la margen izquierda del río Dueñas, en pleno Parque Regional de la Montaña de Riaño y Mampodre. Esta cuarta edición, primera celebrada en verano, resultó un rotundo éxito de principio a fin. El festival comenzó en 2022 y se hacía coincidir con el 9 de abril, fecha en que se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Lana. “No entendíamos este festival sin las ovejas. Lo hemos dejado para finales de junio cuando los rebaños ya están aquí arriba”, señala Alberto Díaz, máximo organizador de esta singular actividad, que pone en valor uno de los productos mas deseados de la oveja merina, la excelente calidad de su lana. 

LAS MEJORES IMÁGENES EN SALAMÓN

De esta manera, el Wool Fest convirtió al habitualmente tranquilo pueblo de Salamón en el epicentro de la lana y la tradición; un festival que rinde homenaje no solamente a la lana, sino también a la oveja merina, a la trashumancia y a los oficios ligados a este ancestral recurso natural. Las altas temperaturas, ya previstas, no impidieron la gran afluencia de público que demostró gran interés por la lana y sus múltiples usos.

“Muy buenos días a todos y todas, los que habéis venido a compartir con nosotros una jornada única. Una jornada que nos conecta con nuestras raíces, con los caminos que cruzaron los pastores, con las ovejas que hilvanaban paisajes y con la lana”. Así comenzó Teresa su brillante presentación en un lugar improvisado de la plaza. A su lado, demostraciones en directo del proceso de transformación de la lana merina: desde el esquilo hasta convertir la lana en prendas, tejiendo con agujas y pasando por el escarmenado y cardado, en riguroso directo. Todo un espectáculo para quienes están interesados en este tipo de labores puramente artesanales. 

En un pequeño estrado se llevó a cabo la labor del esquilo por todo un profesional, Toni, natural de Sabero, que lleva en el mundo del esquilo 23 años. “Antes estuve en la construcción, pero ahora me dedico en exclusiva a esquilar ovejas y estamos todo el año esquilando. Las ovejas de ordeño se esquilan dos veces por año y por eso tenemos trabajo todo el año. Trabajo, sobre todo en Castilla y León, aunque ya empezamos a bajar a Extremadura. No tengo otro medio de vida. Esquilar ovejas es mi profesión”, señala el esquilador de Sabero, que demostró una gran profesionalidad, esquilando dos enormes ovejas merinas en un abrir y cerrar de ojos, con gran perfección y un trato exquisito con el animal, muy a tener en cuenta hoy día, cuidando el bienestar de la res.

“Organizamos todo esto desde Las Hidalgas, nuestra firma de lana merina trashumante, junto con La Yaya. Lo que pretendemos con este festival es traer la lana, lo que es la moda y todo lo relacionado con el mundo de la lana, a su origen. Tenemos el apoyo incondicional del Ayuntamiento de Crémenes, lo cual es muy de agradecer, también de la Junta Vecinal de Salamón; también interviene el ILC y Caixa Bank. Pero, sobre todo, quiero dar las gracias a todos los voluntarios y también al Ayuntamiento de Crémenes que ha apostado definitivamente por nuestra iniciativa”, señala Alberto Díaz.

Tuvo lugar a continuación una hila musical en la iglesia parroquial, con una gran puesta en escena, donde las profesionales y firmas de moda que acudieron al festival, hicieron una breve presentación de su profesión y su relación con el mundo de la lana merina. Entre presentaciones, la extraordinaria música de la ancestral zanfoña, tañida por Miguel Ángel García, de Robles de la Valcueva, que se llevó grandes y merecidos aplausos no solo por su excelente actuación en directo, sino por su estudio y mantenimiento de la música tradicional leonesa.

El público asistente se dirigió luego a las eras, donde se había preparado una exquisita caldereta de cordero, estilo pastoril. Más de doscientas personas pudieron degustar este manjar, bajo unas carpas instaladas al efecto que libraron del sol, pero no del excesivo calor que arreció durante todo el día.
Tuvo lugar a continuación uno de los platos fuertes del día: la hila de pastores. Argimiro Rodríguez, “Miro”, de Tejerina, séptima generación de pastores y cuarenta años de profesión; Melchor Fernández, de Tejerina, vivió muchos años en Extremadura y ligó toda su vida a la trashumancia y José Antonio Fernández, motril en el puerto de Las Pintas, y en algunos otros, durante su infancia.

Estuvieron coordinados por toda una autoridad en el mundo de la trashumancia, el científico del CSIC Don Manuel Rodríguez Pascual, posiblemente, una de las personas que más sabe en todo el mundo de las ovejas merinas. Los pastores contaron jugosas anécdotas de su vida y su trabajo como pastores que hicieron las delicias del público, aplaudiendo a rabiar sus intervenciones, que estuvieron amenizadas con la música de Miguel Ángel, esta vez con el rabel leonés, el instrumento típico de los pastores. Si una sola palabra pudiera definir a estos profesionales esa sería la humildad. 

La intervención magistral de Rodrigo Martínez fue todo un regalo. No ofreció el músico leonés un concierto al uso, sino que hizo un concierto didáctico con explicaciones interesantes sobre instrumentos construidos únicamente para hacer música. Así, habló de la voz, primer instrumento, la pandereta, el pandero cuadrado, el acordeón diatónico, el rabel o la gaita de fole, con la que hizo una demostración cantada sin amplificación y soplando a la vez, lo que demuestra la calidad y el gran potencial de este estudioso de la música tradicional leonesa.

“Vamos a ver ahora un desfile de moda donde todas las firmas que van a desfilar trabajan la lana merina y abogan por una moda ética y sostenible. En definitiva, es una aspiración muy grande, pero, desde la humildad y añito a añito, lo que pretendemos es que esta pasarela sea un referente a nivel nacional e internacional para todas aquellas firmas que abogan por una moda sostenible”, explica Alberto Díaz, organizador y coordinador de este Wool Fest. 

Lo que sucedió luego en las eras de Salamón fue casi de ciencia ficción: un gran desfile de moda de altísimo nivel, con modelos profesionales, que hicieron un brillantísimo trabajo, con un público entusiasta sentado sobre alpacas de hierba. Y como fondo, además de los impresionantes paisajes que rodean el pueblo, un rebaño de 500 ovejas merinas, llegado desde Huelva, propiedad de la Fundación Monte Perdido, cuya presidenta, Ernestine Ludeke, estaba allí presente. Estuvo amenizado por un grupo de pandereteras, unidas para la ocasión, que no pasaron desapercibidas y que hicieron un gran trabajo cantando y haciendo percusión sobre una mesa de madera. El desfile de moda fue un éxito de principio a fin y nada extrañaría que, con el tiempo, se llegue a convertir en lo que pretende su creador, Alberto Díaz.

“Estoy supercontento. Nos ha costado mucho y aún tenemos mucho que aprender, que modificar. Pero hay algo con lo que no vamos a poder; y es la climatología. Hoy nos ha pegado el sol demasiado fuerte, pero no podemos hacerlo en otra fecha si queremos contar con las ovejitas. El resultado para mi ha sido superpositivo y creo que ha merecido mucho la pena y continuaremos ahí”, señala Alberto Diaz a modo de resumen.

El Wool Fest 2025 en Salamón no solo celebró la lana, sino también el entorno natural y la forma de vida que durante siglos ha modelado el paisaje leonés. Salamón, con su entorno montañoso y su vinculación histórica a la ganadería, se mostró como el escenario perfecto para este evento que mezcla tradición, sostenibilidad y cultura local.

Esta edición estival ha demostrado incluso que ni el calor puede frenar la pasión por la lana.
 

Fuente: Enrique Martínez Pérez

Fotografía: Wool Fest 2025 Salamón - Enrique Martínez Pérez