La Trashumancia reaviva las tradiciones con la gran Fiesta de Prioro. 

 El ambiente olía a historia viva en El Rodabal durante uno de los grandes homenajes a la tradición pastoril en la Montaña Oriental Leonesa.

 
Desde primera hora de la mañana, el ambiente olía a historia viva en El Rodabal de Prioro. Cientos de personas se dieron cita en el histórico pueblo, referencia mundial de pastores trashumantes, para celebrar la Fiesta de la Trashumancia, que llegaba a su XXXI edición. Un evento que, año tras año, va a más y se consolida como uno de los grandes homenajes a la tradición pastoril en la Montaña Oriental Leonesa.

“Esta es la XXXI edición y de la organización se encarga el propio Ayuntamiento, pero siempre con la colaboración de la Asociación Cultural La Beroja y la ayuda de los mozos y mozas de Prioro, que se organizan para celebrar la fiesta y todo lo que conlleva el trabajo de preparación”, señala Manuel Herrero, alcalde de Prioro.

A las once de la mañana arrancaba la celebración y los ya tradicionales y esperados corros de Lucha Leonesa, deporte autóctono que no dejó indiferente a nadie, con participación masculina y femenina en distintas categorías. 

A continuación, el Concurso de Siega con guadaña volvió a coronar como campeón a José María del Cojo, de Los Espejos de la Reina, mientras el público aplaudía con admiración y entusiasmo a un segador de más de 90 años, llegado desde Villalboñe de la Sobarriba, y a un valiente representante berciano que, según su esposa, allí presente, se entrenaba para el concurso en el jardín de la casa familiar.

Pero, sin duda, el momento más esperado del día llegó pasada la una de la tarde: la entrada triunfal en el recinto del rebaño trashumante encabezado por su propietario, José Manuel Sánchez, y compuesto por más de 1.700 ovejas merinas de muy buena estampa. Llegó el pastor acompañado de sus padres y del primer edil municipal, y precedido por el desfile de numerosos pendones concejiles, llegados de varios pueblos del entorno de Prioro. 

Las mejores imágenes de la Fiesta de la Trashumancia 2025 en Prioro

Fue un momento emocionante porque el rebaño había recorrido los cerca de 600 kilómetros que separan Huerto de Ánimas (Cáceres) de Prioro, en apenas 38 largos y duros días, por la histórica Cañada Real Oriental Leonesa. “Bueno, el camino ha sido duro, pero bastante bien. Hubo algunos problemas al cruzar por la provincia de Valladolid porque lo agricultores no están respetando la cañada y están reduciendo mucho el paso del ganado”, relató José Manuel Sánchez, que pasará el verano en una majada de Valverde de la Sierra, en las faldas del pico Espigüete, por segundo año consecutivo.

Las ovejas fueron conducidas por un total de 11 personas, entre ellas, la propia madre del pastor, que arreó el ganado durante toda la travesía. También le acompañó por primera vez Óscar Gutiérrez, pastor de Valderrueda: "Para mí fue una gran experiencia y un placer acompañar al rebaño de José Manuel".

“En Prioro en todas las familias hay alguien que ha sido pastor trashumante con lo que la trashumancia forma parte de todos los vecinos de Prioro”, asegura Herrero explicando la esencia de la Fiesta de la Trashumancia. 

Tras el emotivo recibimiento del rebaño, se celebró una multitudinaria y exquisita comida pastoril, donde los pastores que acompañaron a las ovejas merinas desde Extremadura ocuparon un lugar privilegiado, como no podía ser de otra manera. El festín estaba compuesto de los platos típicos de pastores: caldereta de cordero y chanfaina, servida con diligencia y mimo por los mozos y mozas de Prioro en el polideportivo del pueblo. Se completó el menú con una manzana reineta, café de puchero con orujo y dulces y pastas típicos del pueblo. Y todo ello servido con mucha generosidad donde hubo lugar a repetir de todos los platos. Nadie se quedó con hambre en Prioro. 

“Esta edición creo que es la que más gente ha reunido, no solamente por los puestos que ofrecen productos de la zona, sino también por la asistencia de público en general. El corro de lucha infantil ha sido récord con más de 140 luchadores inscritos. También en la comida se han agotado los tickets, dando de comer a más 300 personas en el polideportivo, y los bares y restaurantes están todos llenos. Hoy habrán comido en Prioro más de 800 personas, más todos los que comen en sus casas. Ha sido, sin duda, una de las mejores ediciones, en lo que asistencia de público se refiere”, resalta el alcalde, haciendo un pequeño balance de esta XXXI edición.

En los puestos de venta de productos locales, entre ricos embutidos, quesos, mieles o artesanía, destacaba por su sencillez el puesto de las Madres Benedictinas del Monasterio de Santa Cruz de Sahagún, que acercaron por primera vez sus dulces del convento, entre los que destacaban los amarguillos y los crujientes de hierro. “Es la primera vez que venimos y nos ha ido muy bien, aunque teníamos un poco de miedo porque el pueblo no es muy grande, pero parece que la feria llama mucho la atención de la gente y estamos muy contentas”, destacó una muy joven sor Marta, acompañada por otra joven religiosa, sor María Soledad, oriunda de Honduras.

La tarde continuó con una sorprendente exhibición de cetrería de la empresa leonesa Medieval Falcón: halcones, serpientes pitón, un búho real e incluso un hurón cautivaron a niños y adultos por igual, que disfrutaron con las habilidades de las aves y la gran pericia y profesionalidad de los cetreros. 

Así, Prioro volvió a demostrar que la trashumancia no es cosa del pasado, sino una tradición que sigue viva en la memoria colectiva de un pueblo que no olvida sus raíces y que cada año se vuelca con una fiesta declarada desde 2009 de Interés Turístico Provincial.
 

Fuente: Enrique Martínez Pérez

Fotografía: Enrique Martínez Pérez