Los mejores planes para hacer y ver en La Pernía
Los mejores planes para hacer y ver en La Pernía.
Monumentos naturales e históricos se unen en este municipio de la Montaña Palentina para ofrecer una visita turística ideal.
Monumentos naturales e históricos se unen en el municipio de La Pernía, dentro del Parque Natural Montaña Palentina, para ofrecer una visita turística ideal. Te contamos los mejores planes para hacer y ver en él.
En sus miradores te sorprenderán sus impactantes vistas, en sus sendas encontrarás maravillas únicas, y en sus pueblos, descubrirás reminiscencias de leyendas e historia.
Mirador de Piedrasluengas
En primer lugar, una visita obligada es el mirador de Piedrasluengas, que ofrece unas impactantes vistas sobre gran parte de la Montaña Palentina y de la vertiente cántabra de los Picos de Europa. Se encuentra a escasos metros del pueblo de Piedrasluengas y se presenta como un balcón de madera en pleno paso entre Palencia y Cantabria.
Constituye uno de los mejores puntos para fotografiar, ya sea con la cámara o con la vista, la belleza paisajística de la alta montaña. Además, es punto de partida de varias rutas de senderismo que nos llevan, por ejemplo, hasta la Sierra del Albar o hasta Peñalabra.
Mirador de El Campo
Tampoco se queda atrás en cuanto a vistas el mirador de El Campo, ubicado en un lugar estratégico del municipio, sobre la confluencia de los principales valles de la cabecera del Pisuerga. Ofrece una estupenda panorámica sobre la Sierra de Peña Labra, Peña Abismo, y Peña Tremaya a un lado, y sobre el pueblo de El Campo, con las montañas del Cueto de Polentinos y Horca de Lores, al otro.
En concreto, este mirador está enclavado en la escombrera de una antigua explotación minera de carbón, actualmente rehabilitada y acondicionada como zona recreativa, con bancos y paneles interpretativos del paisaje, y para llegar hasta él tendremos que completar un agradable paseo de 1
kilómetro.
Senda de La Venganza del Conde
Para quienes les apasione el senderismo, o sean fanáticos del senderismo, encontrarán en la ruta de 'La Venganza del Conde' su destino ideal en La Pernía. Se trata de un recorrido circular de 7,2 kilómetros desde San Salvador de Cantamuda hasta Peña Tremaya, enmarcado en el bello entorno del Parque Natural Montaña Palentina.
A través de ella se rememora la leyenda local que da explicación al nombre de la localidad de la que parte el recorrido y que tiene por protagonistas al conde Munio, su esposa doña Elvira y una criada sordomuda que milagrosamente comenzó a hablar.
Bocarón del Cerraíllo - El Ojo de Caloca
Otra caminata interesante es la que nos lleva al Bocarón del Cerraíllo, también conocido como Bocarón de Casavegas, Ojo de Casavegas, o de Caloca, que se ubica en el límite entre La Pernía (Palencia) y Liébana (Cantabria).
Para llegar a uno de los lugares más pintorescos del entorno de la localidad de Casavegas tendremos que enfrentarnos a 8,5 kilómetros con 360 metros de desnivel por un itinerario de dificultad baja. La senda parte desde una pista situada por detrás del antiguo lavadero del pueblo, y comienza a ascender por una ladera ente brezos y escobas. Después se adentra en un pequeño hayedo y tras unos 2,5 kilómetros se bifurca, por lo que tendremos que seguir por la izquierda para subir hacia las peñas del Cerraíllo, donde se encuentra el Bocarón.
Justo antes de llegar abandonaremos la pista hacia la derecha, en dirección a los cortados de roca que delimitan Palencia y Cantabria, y que nos ofrecen un escenario de infarto: una enorme piedra colgada sobre el abismo con un gran agujero a través del que podemos contemplar la localidad de Caloca. Además, desde este punto también podremos disfrutar de vistas inigualables a Liébana, Peña Cigal, los Picos de Europa o la Sierra de Peña Labra.
Cueva de los Burros
La Cueva de los Burros, en Camasobres, es la única de la Montaña Palentina en la que se han hallado pinturas rupestres y por ello fue declarada Bien de Interés Cultural. Ubicada a 1.330 metros de altitud, en las proximidades de Peña Basa, toma su nombre de la utilización que se hizo de ella en el pasado, como refugio para guardar los asnos que los pastores trashumantes traían desde Extremadura.
El acceso al interior está restringido para evitar un mayor deterioro de las pinturas, descubiertas en 1934 por el arqueólogo Henri Breuil. Pero, pese a ello, existe una pequeña ruta para llegar hasta la entrada de la gruta. Sale desde el pueblo de Camasobres y discurre por un camino hasta llegar a los pies de la Peña Basa, donde será necesario bordear su lateral para alcanzar la otra cara y descubrir la cavidad.
El Ribero Pintado
El Ribero Pintado, en Santa María de Redondo, es una formación que para la geología es totalmente corriente pero que a nuestros ojos constituye un espectáculo visual incomparable, un capricho de la naturaleza en plena Montaña Palentina.
El itinerario para llegar hasta él apenas supone unos 3 kilómetros muy fáciles desde el parking de la Senda de Fuente Cobre. Allí tomaremos un camino asfaltado en ligero ascenso y nos dirigiremos hacia una antigua explotación minera, donde tomaremos una pista de tierra. Desde allí, seguiremos el curso del arroyo Lombatero y en apenas dos kilómetros alcanzaremos el Ribero Pintado, que en el pasado fue también una explotación a cielo abierto.
Una vez allí, descubriremos un mosaico de innumerables materiales, colores y texturas, compuesto por una increíble estratificación de sinclinales y anticlinales. Un espectáculo natural al que contribuye también el entorno que lo enmarca, pues se ubica al fondo de un valle, en una ladera sobre verdes prados que riega el arroyo Lombatero, y coronado por un robledal.
Colegiata de San Salvador de Cantamuda
Al margen del patrimonio natural, en el municipio de La Pernía también podremos encontrar emblemáticos edificios como la Colegiata de San Salvador de Cantamuda. Fue construida entre finales del siglo XII y principios del XIII por orden de la Condesa Doña Elvira de Castilla, sobrina del monarca Fernando I, que la eligió como lugar de enterramiento.
Cuenta con una planta de Cruz Latina formada por una nave central y dos más inferiores. En ella destacan sus ventanas pequeñas y troneras, además de una gran espadaña con doble hueco de campanas y cornisa con muchos canecillos.
Abadía de Lebanza
Entre el patrimonio cultural también merece una mención la Abadía de Santa María, situada a tan sólo tres kilómetros de Lebanza, que llegó a ser uno de los centros religiosos más importantes de la zona con derechos y privilegios sobre muchas villas y lugares.
Fue fundada por los Condes de Peñas Negras en el año 932 y según la tradición, se erigió en este lugar donde las gentes del lugar decían que se había aparecido la Virgen sentada sobre una peña. Sin embargo, en 1747 un aparatoso incendio la destruyó, por lo que no queda nada del antiguo edificio románico. Así, entre 1776 y 1780, por mandato de Carlos III, se llevó a cabo la reconstrucción de la Residencia de Canónigos; y entre 1780 y 1787 se reconstruyó la iglesia; todo ello en un nuevo estilo neoclásico.
Tras la Desamortización de Mendizábal la abadía fue subastada y todas sus reliquias y documentos fueron trasladados a Palencia. Desde entonces, pasó por varios dueños y diversas utilidades: explotación agropecuaria, hostelería, sanatorio de tuberculosos... Hasta que el Obispado Palentino la adquirió en 1943 para instalar el Seminario Menor. Actualmente el edificio se utiliza en los meses de verano para colonias y campamentos.
Rollo de justicia de San Salvador
Por último, en la plaza de San Salvador de Cantamuda podemos contemplar el rollo de justicia, un elemento que se levantaba en las villas con jurisdicción plena y simbolizaba el régimen al que estaban sometidas.
En este caso, como testigo del antiguo poder judicial que los obispos de Palencia tenían en La Pernía, nos encontramos una sencilla estructura columnar del siglo XVI con 9 tambores de piedra y asentada sobre una grada de 6 peldaños. En ella, junto con un escudo, en la parte superior del capitel se conservan cuatro cabezas de animales y una pica a la que se han añadido posteriormente una cruz y una veleta de hierro.
Además, el rollo de San Salvador, declarado Bien de Interés Cultural, mantiene también una de las argollas que servían para inmovilizar y exponer a los reos ajusticiados ante el pueblo, como medida de escarmiento, demostrando su uso como picota.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Turismo La Pernía