La compleja construcción del Embalse del Porma por 245 millones de pesetas
La compleja construcción del Embalse del Porma por 245 millones de pesetas.
Las obras se extendieron casi siete años y emplearon 345.000 metros cúbicos de hormigón, para que en 1967 comenzase el llenado con el que quedaron anegados seis pueblos.
La construcción del embalse del Porma, el segundo en importancia de la Provincia de León, constituyó un complejo proyecto que comenzó a fraguarse a comienzos de siglo XX, pero que no culminaría hasta 1969 tras una inversión de 245 millones de pesetas, 345.000 metros cúbicos de hormigón y seis pueblos anegados.
Un ambicioso y extenso plan hidrológico recogía en 1902 la creación del 'Canal de San Ciprián y pantano de las Cuevas' para regar 6.000 hectáreas en los municipios de Boñar, Vegas del Condado, Mansilla de las Mulas, Villafruela, Santibáñez, Villavente, Toldanos, Villaturiel, Mancilleros. Por aquel entonces, la ubicación prevista era distinta y dejaba a salvo el Valle de Vegamián.
Pero con el paso de los años, de los regímenes políticos y hasta de la Guerra Civil Española, aquel proyecto hidrológico parecía haber quedado en el olvido. Hasta que la Dictadura franquista retomó con fuerza la construcción de pantanos y en 1947 los ingenieros de caminos Antonio Martínez y Mariano Palancar empezaron a estudiar la mejor ubicación para un embalse sobre el río Porma.
Entonces se llegó a la conclusión de que la ubicación de las Cuevas no permitía construir allí la presa por el tipo de rocas, lo que condenó al antiguo municipio de Vegamián. Aun así, tuvieron que pasar otros 14 años para que dicho proyecto comenzase su andadura y arrancasen las obras, dirigidas por Mariano Palancar por parte de la Administración y por el ingeniero Juan Benet, sustituido después por Jacinto Hidalgo Velilla, por parte de la empresa constructora, M.Z.O.V.
Los trabajos de preparación comenzaron en el verano de 1961 con la construcción de caminos de acceso, líneas de transporte de energía eléctrica y edificaciones necesarias como las oficinas, talleres, o viviendas para los operarios. De igual manera, también fue necesario dar forma a una nueva carretera que sustituyera a la que quedaría anegada bajo las aguas, y que discurría paralela al río Porma, y crear otra vía de acceso a Valdehuesa y Rucayo, para no dejarlos incomunicados al quedar fuera del embalse.
Sin embargo, lo que añadió complejidad a las obras fue la incorporación al proyecto inicial de un túnel de unos cinco kilómetros a través de la montaña para trasvasar agua del río Curueño, lo que permitiría aumentar la capacidad del pantano.
Por ello, para conseguir llevar a cabo la actuación cuanto antes, se solicitó un permiso especial para trabajar las 24 horas del día todos los días de la semana, incluso los domingos, y se obtuvo con la condición de que se celebrara misa en el lugar.
Así, en la primavera de 1962 se inició el montaje de las instalaciones, comenzando por el desvío del río. A continuación se llevó a cabo la cimentación de la presa, que se extendió hasta el verano de 1963 dado que la crudeza del invierno impidió una campaña de hormigonado más larga, y seguidamente comenzó a levantarse el muro de la presa, construido mediante módulos de 15 metros de ancho, adosados unos a otros.
Finalmente, el 22 de diciembre de 1967 se inició el llenado en pruebas que inundaría Campillo, Ferreras, Quintanilla, Armara, Lodares y Vegamián, y que culminaría en febrero de 1968, dando por concluidos casi siete años de obras en los que se emplearon 345.000 metros cúbicos de hormigón, y se invirtieron 245 millones de pesetas.
Pero, a pesar de estar terminado, no fue hasta junio de 1969 cuando se produjo la inauguración oficial del Embalse del Porma, con la visita del entonces ministro de Obras Públicas, Federico Silva, momento en que la infraestructura llegó a su máximo nivel en la cota 1.086 con un volumen de cerca de 214 hectómetros cúbicos.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Lorenzo Calvo Población