Este es el patrimonio de la Montaña Palentina en la lista Roja de Hispania Nostra
Este es el patrimonio de la Montaña Palentina en la lista Roja de Hispania Nostra.
Son nueve los templos, monasterios, restos arqueológicos o infraestructuras los que se han hecho un hueco en ella, desgraciadamente, por encontrarse en muchos casos en ruinas.
La lista Roja de Hispania Nostra recoge aquellos elementos del patrimonio cultural español que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores, con el objetivo de darlos a conocer y lograr su consolidación o restauración.
En la Montaña Palentina son nueve los templos, monasterios, restos arqueológicos o infraestructuras que se han hecho un hueco en ella, desgraciadamente, por encontrarse en muchos casos en ruinas.
Monasterio de San Román de Entrepeñas - Santibáñez de la Peña
De este monasterio benedictino fundado en el año 940 tan solo quedan visibles los restos de un torreón, que se encuentra además en progresivo deterioro. Sus inicios en el siglo X estuvieron ligados a la familia de los Beni Gómez, que dieron origen al condado de Saldaña. Después, a lo largo de la Edad Media logró ganar bastante importancia, hasta ser considerado la cuna de la Repoblación en la Montaña Palentina.
Sin embargo, fue perdiendo poder en la Baja Edad Media hasta el punto de terminar anexionado al Monasterio de San Zoilo de Carrión de los Condes a mediados del siglo XV. Aunque el abandono definitivo del priorato se produjo durante la Desamortización de Mendizábal del año 1836.
Castro cántabro de La Loma y asedio romano - Santibáñez de la Peña
La situación de este castro cántabro, también en Santibáñez de la Peña, es más preocupante puesto que se encuentra en estado de abandono después de cuatro campañas de excavaciones en las que se pudieron desenterrar cabañas interiores, restos de un baluarte defensivo y parte de la muralla.
El castro de La Loma, situado a 1.124 metros de altitud, fue habitado por una de las tribus cántabras, los tamáricos o camáricos. Cuenta con 10,18 hectáreas de superficie, lo que refleja la importancia que debió tener en la antigüedad, con una muralla que supera los 12 metros de altura y un foso e V de cuatro metros de ancho tallado en el subsuelo rocoso.
Su final llegó cuando en el año 25 a.C., durante las campañas militares dirigidas por el emperador romano Augusto para someter a cántabros y astures, se produjo el asedio de La Loma. La victoria fue para los romanos, que arrasaron el castro, cegaron el foso y destruyeron la muralla, tras lo que el lugar quedó deshabitado durante toda la historia posterior.
Así, en torno al oppidum se han hallado también diversas estructuras de los campamentos romanos que asediaron el castro. De hecho, al sureste del mismo se encuentra el campamento legionario principal, cuya extensión casi alcanza las seis hectáreas.
Iglesia y necrópolis medieval de Navas de Sobremonte
Dentro del patrimonio románico de la Montaña Palentina se encuentra la Iglesia de Navas de Sobremonte, que en la actualidad se encuentra en ruinas y abandonada junto con su necrópolis medieval, además ambas fueron expoliadas.
El templo conserva pinturas murales del siglo XVIII y sobre el dintel de la puerta de la sacristía aparece pintada la leyenda 'ANO D 1759'. Además, junto a él es visible la necrópolis, tallada en un afloramiento rocoso y compuesta por siete tumbas antropomorfas orientadas con los pies hacia el este y la cabeza hacia el oeste, así como por un sarcófago exento, utilizado como abrevadero.
Ermita de la Virgen del Rosario de Grijera
Totalmente en ruinas y prácticamente conquistada por la vegetación está la Ermita de la Virgen del Rosario de Grijera, un templo que data del siglo XI, aunque una serie de vestigios indican que su origen es visigodo o mozárabe. Su campana y la Virgen de Grijera, una de las más antiguas de Palencia, se conservan en el museo de la Colegiata de San Miguel Arcángel, en Aguilar de Campoo.
La ermita fue utilizada para el culto y mantenida por los habitantes de la zona hasta 1960, pero una vez que la localidad quedó despoblada se abandonó a su suerte. Fue saqueada, y ha perdido todos los elementos interiores, además del arco de la entrada y piedras de las esquinas. En 2021 el Ayuntamiento de Aguilar de Campoo, tras años de conversaciones con el Obispado de Palencia, adquirió la ermita con la intención de rehabilitarla.
Ermita de la Virgen del Amparo - Villavega de Aguilar
Por su parte, la ermita de la Virgen del Amparo en Villavega de Aguilar está parcialmente derruida. Ha sido convertida en un almacén y su deterioro se aprecia en las innumerables goteras, el hundimiento de la pequeña sacristía o en el desprendimiento de las molduras que adornaban el alero de la cabecera.
Su origen está en un edificio de estilo románico levantado en el siglo XII, pero apenas conserva elementos de ese periodo debido a las remodelaciones que sufrió hasta el siglo XVII. A lo largo de su historia ha sido sede de varias cofradías, y su nombre se lo proporcionó la última que ocupó el templo. Al quedar inactiva dicha cofradía, durante años el edificio estuvo abandonado y la imagen de la Virgen se trasladó a la iglesia parroquial de San Juan Bautista. En la actualidad, la ermita forma parte del cementerio.
Parroquia de Santa Bárbara - Vallejo de Orbó
En similar estado se encuentra la Iglesia de Santa Bárbara en Vallejo de Orbó, con las ventanas rotas, los techos caídos, el interior destrozado, y tapiada con maderas. Se cree que se construyó en torno a 1755 para honrar a la patrona de los mineros, ya que fue la minería el origen de la fundación del pueblo. Sin embargo, con la pérdida de población tras el cierre de la minería, la iglesia tan solo se mantuvo hasta 2013 como un pequeño templo donde se celebraban misas todos los sábados. Finalmente, una vez que se dejaron de realizar oficios reliogosos su estado fue empeorando hasta llegar a tener incluso ocupas ilegales.
Iglesia de Boedo de Castrejón
Peor es la situación de la Iglesia de Boedo de Castrejón, se ha desplomado el techo y la maleza se ha adueñado de su interior, aunque el arco y la estructura general se mantienen sólidos por el momento. El templo data del siglo XVIII aproximadamente, y cuenta con espadaña y una nave que se articula en torno a un arco que la divide en dos, por un lado la parte para la feligresía y por otro el presbiterio, y termina en ábside cuadrado.
Su devenir ha estado marcado por la despoblación de la localidad, que ya en el siglo XIX se vio acelerada por las serias inundaciones y crecidas que sufría el pueblo, a las que se sumó la tardanza en la llegada de la luz eléctrica, que no se produjo hasta 2015.
Batán del Rey - Herrera de Pisuerga
En estado también deplorable está el Batán del Rey en Herrera de Pisuerga, ya que tan solo se mantiene partialmente la extructura exterior sin la cubierta. Está situado junto a la séptima esclusa del Ramal Norte del Canal de Castilla que data de 1791 y en sus orígenes se dedicó a la producción de paños, aunque posteriormente se destinó al ante y curtido.
La fábrica, que contaba con tres pisos y una zona de cárcavos por donde discurre el agua, aprovechaba la infraestructura y energía hidráulica del Canal de Castilla para funcionar, lo que permitió que en torno a 1800 llegase a contar con todo tipo de maquinaria para pelar, descalar y zurrar. Sin embargo, pese a ello resultaba deficitaria y en 1820 se convirtió en fábrica de harinas. Más tarde, en 1866, quedó parcialmente destruida por una tormenta eléctrica y, aunque en 1869 fue recuperadapor un nuevo arrendatario, quedó en desuso poco después, a finales del siglo XIX.
Pinturas de la ermita de Nuestra Señora de la Piedad - Herrera de Pisuerga
Por último, en la lista Roja de Hispania Nostra figuran las pinturas de la ermita de Nuestra Señora de la Piedad en Herrera de Pisuerga, que presentan multitud de humedades y desconchados de importancia.
El templo fue erigido a instancias de Don Pedro Fernández de Velasco, primer conde de Haro y señor de la villa de Herrera, gran devoto de la advocación mariana de La Piedad. Se levantó en el siglo XV y en 1715 se le añadieron dos cuerpos, el camarín, el coro y las demás dependencias. Pero no sería hasta 1902 cuando comenzaría la obra pictórica en la ermita, para lo que se contrató al pintor palentino Mariano Lantada.
Los trabajos finalizaron en 1904 y como resultado no quedó ningún espacio sin decorar con pinturas al óleo sobre una superficie de estuco. Las pinturas recogen los dolores de la Virgen, mientras que en la parte superior de cada dolor aparece una escena del antiguo testamento, como es el caso de Adán y Eva expulsados del paraíso, Moisés salvado de las aguas, Judit y Holofernes o Abraham e Isaac. Por su parte, en las bóvedas aparecen plasmadas la apoteosis del Cordero, la apoteosis de la Cruz con ángeles y arcángeles.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Hispania Nostra
