Extraño mucho a mi esposo fallecido
El fallecimiento de un ser querido es un momento extremadamente complicado de asumir. Se trata de una pérdida que nadie espera, por mucha consciencia que se tenga sobre la caducidad de la vida.
Desde el mismo momento en el que esta situación se produce, da comienzo una fase de duelo que se debe enfrentar con las máximas fuerzas posibles. Ahora bien, esto no significa que se esté solo ante el peligro. Hay múltiples apoyos que son de gran ayuda para plantar cara a la situación. Los recursos externos e incluso internos se antojan imprescindibles en estos momentos, en especial cuando se produce un evento tan crítico como la muerte de la pareja. Un “extraño mucho a mi esposo fallecido” es normal, pero el dolor se puede gestionar y superar. Veamos cómo hacerlo.
La compañía de un esposo incluso después de la muerte
Echar de menos a alguien implica haber compartido momentos únicos en el pasado, cargados de una felicidad encomiable. Es el trato que hacemos con la vida y las relaciones sociales: la alegría de hoy, inevitablemente, traerá sufrimiento en un futuro. Sin embargo, esto no significa que el dolor sea insuperable. Es importante asumir la pérdida para plantar cara a lo que vendrá con optimismo y una hermosa nostalgia.
En este contexto, las Joyas para las cenizas ya son toda una tendencia. Un abalorio que, tras la incineración del esposo, podrás llevar siempre contigo. Se trata, por lo tanto, de un recuerdo físico de todos los momentos de alegría del pasado.
Ahora bien, esta compañía también tiene un carácter espiritual. A pesar de que ya no esté a tu lado, todo lo que viviste junto a él forma parte de tu ser. Un legado imposible de borrar que sentirás siempre cerca, dejando que su presencia te sirva de compañía durante el resto de tus días. “Extraño mucho a mi esposo fallecido” puede resultar una expresión dura, pero en esa misma acción de echar de menos hay una belleza imposible de borrar que representa todas las experiencias que han merecido la pena compartir y que nunca olvidarás.
Pide ayuda a tus seres queridos y a especialistas
Es muy probable que detrás de un “extraño mucho a mi marido fallecido” haya otras tantas personas que también echan de menos a tu pareja. Hablamos de los hijos, de los hermanos, de los amigos… En definitiva, cualquiera que, al igual que tú, haya tenido la suerte de compartir tiempo con ese hombre tan especial.
Por consiguiente, lo más inteligente es pedir ayuda a todos aquellos que te van a entender a la perfección, dado que ellos mismos están atravesando dicho duelo. Rodéate de quienes van a caminar contigo esta etapa de superación, dando pasos en firme hacia un futuro mucho más esperanzador.
De igual modo, el apoyo psicológico tiende a ser una de las mejores maneras de enfrentar estos procesos. Los profesionales te otorgarán las herramientas emocionales que necesitas, evitando que el dolor se dilate más de la cuenta en el tiempo con todos los posibles trastornos que ello supone.
Date tiempo y permítete pasar por las diferentes fases del duelo
Quienes dicen “extraño a mi marido fallecido” o echan de menos a cualquier otra persona que se marchó, tienden a creer que esta situación va a ser imperecedera. La luz al final del túnel, en un principio, está completamente apagada.
Permítete llorar y pasar las etapas más duras del duelo. Pero jamás pierdas el foco en lo que verdaderamente importa: recuperar tu bienestar psicológico. Negación, ira, negociación, depresión y aceptación: estos cinco estados son muy habituales y todos ellos tienen su razón de ser cuando fallece alguien querido.
La muerte es la última fase de la vida y todos la tenemos que afrontar, siendo algo completamente natural. El dolor está ahí para recordarnos lo bonito de nuestras relaciones; pero no dejes que envuelva toda tu vida. Tu pasado, tu presente y tu futuro deben alinearse con tu integridad emocional.
