Más de 10 cosas para hacer y ver en Puebla de Lillo este verano 2024
Más de 10 cosas para hacer y ver en Puebla de Lillo este verano 2024.
El municipio guarda paisajes que quitan el hipo, pintorescos pueblos, un pasado de historia y tradiciones, y un territorio de leyendas en pleno Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre.
El municipio de Puebla de Lillo, dentro del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre, es un territorio repleto de paisajes que quitan el hipo, con pintorescos pueblos que son testigo de su histórico pasado y de tradiciones como la trashumancia, pero también un territorio de leyendas donde moran personajes mitológicos como la Vieja el Monte, el cuélebre y el trasgu.
Para los amantes de la naturaleza, una de las visitas imprescindibles es el Pinar de Lillo, una joya de la flora catalogado como Zona de Reserva del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre. Es uno de los más importantes del género pino silvestre (Pinus sylvestris) de toda España, y se caracteriza por ser uno de los bosques mejor conservados de la Cordillera Cantábrica.
Otro de los tesoros que guarda esta zona de la Montaña Oriental Leonesa son dos bellos lagos de origen glaciar, a los que se llega a través de dos rutas de senderismo. Por un lado, desde la gasolinera de Puebla de Lillo podremos iniciar un recorrido de dificultad baja que nos llevará al Lago de Isoba, situado a 1.120 metros de altitud en el entorno de la conocida como Vega Fonda.
Por su parte, con salida en el parking de Cebolledo de la Estación Invernal de San Isidro encontraremos la ruta PR-LE 26, muy bien señalizada, que nos llevará hasta el Lago Ausente, uno de los lagos de origen glaciar más bonitos de la Cordillera Cantábrica. A 1.750 metros de altitud y con una profundidad de 15 metros, sus aguas de un azul turquesa nos ofrecen una estampa inolvidable en un entorno escondido junto a la Peña Requejines.
El patrimonio natural es inagotable, pero no podemos olvidar una de las cumbres más destacadas de la Montaña Leonesa, el Pico Susarón, que constituye uno de los mejores miradores sobre el embalse del Porma con sus 1.878 metros de altitud. El ascenso es de dificultad media y el recorrido total desde Puebla de Lillo alcanza unos 10 kilómetros.
Y en la misma tónica, conocer las Cascadas de los Forfogones de Cofiñal es otro de esos planes indispensables. Una vez más el agua es la protagonista y nos ofrecerá una experiencia única, especialmente durante el deshielo por la belleza de los saltos y su fuerte rugir. A ellas se puede acceder desde el Lago Isoba por el sendero PR-LE 17, desde el kilómetro 5 de la LE-333, o bien desde Isoba mediante la ruta Entrevados-Valle del Pinzón (PR-LE 27).
Otro buen plan es descubrir los secretos del municipio, la fauna, flora y riqueza del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre, junto con las costumbres, cultura y tradiciones de sus gentes, a través de la Casas del Parque de Puebla de Lillo.
Por un lado está 'El Torreón', situada en un antiguo Torreón medieval, que además de sus exposiciones cuenta con un mirador que merece la pena visitar, y por otro, la Casa del Parque Valle del Porma, en las antiguas escuelas de dicha localidad. Esta última alberga una sala audiovisual y cinco exposiciones para conocer a través de los sentidos este Espacio Natural.
Además, podemos disfrutar de un paseo por algunos de sus pueblos. Por ejemplo, en Cofiñal nos sorprenderá la Iglesia de San Adriano, un templo del siglo XVIII encaramado en lo alto de la peña los Serrones, en mitad del casco urbano, y con una espadaña que es todo un símbolo del Alto Porma. Son llamativas también sus casas indianas o las galerías acristaladas de algunas de sus viviendas.
También es un buen plan descubrir Redipollos, una pintoresca población de la que no nos podemos marchar sin conocer su particular fuente coronada por un rebeco, o la Iglesia, aunque los más aventureros tienen cerca una Escuela de Escalada con dos zonas diferenciadas: El Castillo y La pared de Barberante.
Por otro lado, es recomendable conocer las 'ruinas' de Camposolillo, un pueblo que quedó abandonado tras la construcción en 1968 del Embalse del Porma. Sus casas y sus tierras fueron expropiadas y muchas de ellas inundadas por las aguas, lo que avocó a sus gentes al éxodo.
Y quienes tengan inquietud por el patrimonio bélico no pueden irse sin acercarse al ‘Fortín Alboleya’, emplazado en uno de los grandes quiebros que hace la carretera antes del Lago de Isoba. Constituye una de las fortificaciones más espectaculares de la Guerra Civil en la provincia de León y fue construida por soldados republicanos del frente norte astur-leonés. En él destaca el nido de ametralladoras que sobresale hacia el exterior en una de las galerías de fusilería.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Patrimonio Natural de Castilla y León; Archivo - DDV